El texto evangélico es de Mt 20, 20-28 y dice lo siguiente:
“Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacer una petición. Él le preguntó: -¿Qué deseas? Ella contestó: -Manda que, cuando reines, estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús le contestó: -No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber la copa que yo he de beber? Ellos replicaron: -Podemos. Jesús les dijo: -Mi copa la beberéis, pero sentarse a mi derecha e izquierda no me toca a mí concederlo; será para los que mi Padre ha destinado. Cuando los otros diez lo oyeron, se enfadaron con los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: -Sabéis que entre los paganos los gobernantes tienen sometidos a sus súbditos y los poderosos imponen su autoridad. No será así entre vosotros; más bien, quien entre vosotros quiera llegar a ser grande que se haga vuestro servidor; y quien quiera ser el primero, que se haga vuestro esclavo. Lo mismo que este Hombre no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por todos.”
* El grupo de seguidores de Jesús eran personas normales y corrientes, con sus aspiraciones y luchas interiores. La madre de los Zebedeos intercede por sus hijos, porque quiere para ellos el Reino, lo más grande, como todas las madres. Pero ella no había comprendido aún lo que significaba el Reino.
El Reino es una llamada a la humildad y al servicio: serás el primero cuando seas el esclavo de todos.
* Nuestra misión en la vida es clara, la de servir. De ello nos da ejemplo el apóstol Santiago que no dudó en entregar su vida por amor a Jesús.
Santiago, hijo de Zebedeo, hermano de Juan, fue decapitado por orden de Herodes Agripa hacia el año 44. Desde el siglo IX su tumba, en Santiago de Compostela, es un importante destino de peregrinación. Es nuestro patrón y maestro en la fe, porque según la tradición, llegó a España a traernos la buena noticia, a servir y a entregar su vida por el evangelio, fue el primer evangelizador de la península. Así nos enseñó el camino para nuestra peregrinación hacia la Patria eterna.
La figura de Santiago, así como la de los demás apóstoles, nos da la certeza de que la fuerza de Dios se sobrepone a nuestra debilidad, y la certeza de que Jesús cumple la Palabra que un día proclamó a los suyos: que a pesar de sus limitaciones llegarían a ser sus testigos por el mundo entero.
* Santiago apóstol, peregrino de la fe, asístenos en nuestro camino espiritual de seguimiento de Jesús. Haznos comprender que necesitamos la ayuda de Dios para fortalecer nuestra convivencia y mantener la fe. Ilumina a nuestros gobernantes en la búsqueda y cuidado del bien común.
Ten piedad de esta España que está sumida en una profunda crisis, sobre todo de valores. Una España que, habiendo evangelizado medio mundo, está actualmente tan alejada del Evangelio, y tan cercana a la cultura progresista de la muerte y el desprecio a la naturaleza del matrimonio y la familia.
Ayuda a los católicos españoles a caminar por tus sendas y atraer a los demás, con su palabra y su vida, al Evangelio de la vida, del amor y de la paz. Fortalece nuestra fe y líbranos de los obstáculos y excusas que nos impiden lanzarnos a la misión de evangelizar.
* María, modelo de fe, ayúdanos a que, como tú y el apóstol Santiago, ambicionemos no ser servidos sino servir.
Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario