viernes, 29 de enero de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO : 4º DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B – (31-1-2021)

 Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,21-28


“En aquel tiempo, Jesús y sus -discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad.

Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenla un espíritu inmundo, y se puso a gritar:

- «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.»

Jesús lo increpó:

- «Cállate y sal de él.»

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos:

- «¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen.»

Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea.”


EL PROFETA ANUNCIADO

“Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas”. Este texto del Deuteronomio, que se proclama en este domingo del tiempo ordinario (Dt 18,15-20), recoge una promesa que Moisés dice haber recibido del mismo Dios.

El pueblo de Israel ha de saber que le será enviado un profeta semejante a Moisés. Él transmitirá las palabras de Dios. Gozará de la autoridad que el Señor le concede. Y el pueblo será responsable de escuchar su mensaje.

En consonancia con esa promesa, el salmo responsorial nos lanza una advertencia siempre necesaria: “Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: No endurezcáis vuestro corazón” (Sal 94).

En la segunda lectura, evocamos de nuevo las observaciones que san Pablo envía a los Corintios con relación al matrimonio (1Cor 7,32-35).


LA CONFESIÓN

El evangelio sitúa a Jesús y a sus discípulos en la ciudad de Cafarnaúm (Mc 1,21-28). Es un día de sábado. Y Jesús es invitado a enseñar en la sinagoga. Los asistentes “se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad”.

Pero hay un gesto que acompaña a las palabras. En la sinagoga hay un hombre enfermo. En aquel tiempo se pensaba que tenía un espíritu malo. De alguna forma era un marginado en la sociedad. De pronto se dirigió a Jesús gritando:

- «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios». Una vez más una confesión de fe se pone en boca de la persona más inesperada. En un hombre que se supone dominado por un mal espíritu.

- «Cállate y sal de él». Esta es la tajante respuesta de Jesús. Como se puede observar, aquel que es la palabra viviente de Dios es capaz de imponer el silencio a los espíritus del mal, que se manifiestan precisamente en un lugar santo y en un tiempo sagrado.


LA ATENCIÓN

El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió de aquel hombre. El hecho era sorprendente. Así que todos los asistentes hicieron algunos comentarios que revelaban su admiración:

• “¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo”. La admiración es el principio de la sabiduría y de la fe. Reconocer la novedad del Evangelio es un buen punto de partida para aceptar la fe y para tratar de comunicarla. Jesús es el profeta anunciado por Dios a Moisés.

• “Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen”. El Señor es más fuerte que el mal. Los espíritus inmundos no pueden hacer daño a quien se confía con fe y con esperanza al amor de Dios que se ha manifestado en Jesucristo.

- Señor Jesús, también ante nuestros ojos se manifiesta cada día la belleza de tu palabra y la misericordia de tus actuaciones. No queremos vivir en la indiferencia. Queremos prestar atención a tus gestos y tus palabras. Amén.

José-Román Flecha Andrés

domingo, 24 de enero de 2021

NUESTRA HERMANDAD EN 1992 EN IMÁGENES DE ONDA JEREZ

Traemos hoy extractos referentes a nuestra Cofradía y entresacados del vídeo subido a la plataforma YouTube por el usuario La Pasión de Jerez.

https://www.youtube.com/watch?v=Jr2TbQ5n1f0

Dichas imágenes son originarias de la emisora local ONDA JEREZ RTV del viernes santo del año 1992.

En dicho año hay que recordar que se jubiló nuestro Director Espiritual y Párroco de San Pedro el Rvdo. P. D. José Rodríguez Jiménez,haciéndose cargo de la parroquia y de la dirección espiritual de la Hermandad el Rvdo. P .D. Buenaventura Sánchez Falcón,ambos ya fallecidos.

En las imágenes podemos ver a D. José portando en el pecho la segunda medalla de oro concedida hasta entonces por nuestra corporación.

Como datos de interés comentar que en este 1992 se estrena la actual Cruz de Guía,vemos un número importante de nazarenos seguramente en parte debido a que aquel año se aprobó la incorporación de la mujer en las filas nazarenas, la utilización de la cera morada en el cortejo procesional por parte de los nazarenos,las banderas recogidas en señal de luto,la banda de música tras el paso, etc...


sábado, 23 de enero de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO : 3º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – (24-1-2021)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 14-20

“Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

- «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Pasando junto al lado de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.

Jesús les dijo: «Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.»

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.”


LA MISIÓN

“Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré” (Jon 3,1). Ese es el mensaje que Dios dirige a Jonás para que invite a la conversión a los ninivitas.

El profeta piensa que esa es una misión totalmente imposible. Nínive es el símbolo de la prepotencia y de la crueldad. Él no se siente con fuerza para adentrarse en la ciudad que había sembrado el terror en los pueblos vecinos.

Este breve libro es un cuento delicioso que pone de relieve la incredulidad del creyente frente a la fe de los paganos, que prestan atención al mensaje y se convierten. Sirviéndose de rasgos inverosímiles, se subraya la misericordia de Dios con todos los pueblos.

Efectivamente, “el Señor enseña el camino a los pecadores”, como proclama el salmo responsorial (Sal 24). Es necesario prestarle atención.

El mensaje que Pablo dirige a los Corintios es válido para todos los tiempos. Si pasa la representación de este mundo, es preciso vivir de otra manera (1 Cor 7,29-31).


DON Y TAREA

En el texto del evangelio de san Marcos que hoy se proclama (Mc 1,14-20) se menciona como de paso la muerte de Juan el Bautista. “Después” de este asesinato, Jesús vuelve a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

El texto ofrece un significativo resumen de su mensaje: “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio”. El don de Dios exige la responsabilidad de la tarea.

• “Se ha cumplido el tiempo y está cerca el Reino de Dios”. Esta es la propuesta de Dios. En sus manos están el tiempo y los acontecimientos. Él ha decidido manifestarse como el Señor. Es la hora de aceptarlo como Rey.

• “Convertíos y creed en el Evangelio”. Esta es la exhortación que se dirige a los hombres. Esta es la tarea que de ellos se espera. No hay conversión sin el ejercicio de la fe. Pero, al mismo tiempo, no vive en la verdad quien pretende creer sin cambiar de vida.


EL ENCUENTRO

El texto evangélico contiene una segunda parte igualmente interesante. Jesús es el mensajero del Reino de Dios. En realidad se identifica con el mismo Reino. Por eso busca discípulos que han de ser colaboradores de su misión. Son Simón y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. Tres verbos resumen el encuentro:

• Jesús los llamó. En tiempos de Jesús, los discípulos buscaban un maestro de la Ley. En este caso Jesús es el Maestro que elige y llama a sus discípulos.

• Ellos dejaron los aperos de pesca y hasta su familia. Los pescadores del Lago de Galilea dejan su profesión y su familia. El futuro prometido vale más que el pasado.

• Y se marcharon, siguiendo a Jesús. Nadie deja todo por nada. El seguimiento de Jesús constituye el centro y el sentido de este nuevo discipulado.

– Señor Jesús, nos asombra ver los discípulos que eliges para anunciar la llegada del Reino de Dios. Se ve que tu libertad es tan grande como tu misericordia. Te rogamos que sigas buscando y llamando también en nuestro tiempo. Tu Iglesia necesita pescadores humildes y generosos. Bendito seas por siempre. Amén.

José-Román Flecha Andrés .

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sábado, 16 de enero de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 2º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – (17-1-2021)

 Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 35-42

“En aquel tiempo, estaba Juan con dos de sus discípulos y, fijándose en Jesús que pasaba, dice:

- «Éste es el Cordero de Dios.»

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que lo seguían, les pregunta:

- «¿Qué buscáis?»

Ellos le contestaron:

- «Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?»

Él les dijo:

- «Venid y lo veréis.»

Entonces fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día; serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encuentra primero a su hermano Simón y le dice:

- «Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo)».

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:

- «Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que se traduce Pedro)».”


LA LLAMADA

“Vino el Señor, se detuvo y llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel! Y él respondió: Habla Señor, que tu siervo escucha”. En este precioso relato por tres veces llama el Señor al niño Samuel en el santuario, donde se encontraba el Arca de Dios (1Sam 3,3-10.19).

La palabra de Dios irrumpe en medio de las tinieblas. Dios elige a un niño y lo llama durante la noche. El niño cree que es el sacerdote Elí y acude a él. Cuando al fin se convence de que es Dios quien lo llama, se muestra dispuesto a escuchar su voz. Y Dios lo hace portador de una palabra que ha de dirigir al sacerdote.

Con toda propiedad el salmo pone en nuestros labios una oración que evoca la disponibilidad de aquel niño-profeta: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” (Sal 39).

De la reflexión de san Pablo a los Corintios sobre la dignidad del cuerpo humano (1Cor 6,13-20) podemos subrayar hoy una conclusión que responde a nuestra verdad más profunda: No nos pertenecemos, puesto que hemos sido comprados a un alto precio.


LA BÚSQUEDA

En el texto del evangelio de san Juan que hoy se proclama (Jn 1,35-42) aparece una vez más la figura de Juan Bautista. Mirando a Jesús que pasa, se dirige a dos de sus discípulos y les dice: “Este es el Cordero de Dios”. Basta esa indicación para que ellos se decidan a seguir a Jesús. El evangelio recoge tres frases de un diálogo definitivo:

• “¿Qué buscáis?” Esas son las primeras palabras de Jesús que aparecen en el evangelio de Juan. Jesús comienza su misión preguntando. Esa pregunta la repetirá en el huerto de Getsemaní a los que llegan a prenderlo. Y la dirigirá también a María Magdalena el primer día de la semana.

• “Maestro, ¿dónde vives?” En los salmos aparece la pregunta: “¿Dónde está Dios?” Mientras las gentes de Israel buscaban a Dios en el Templo. Dios se hace presente en Jesús. Donde quiera que él viva allí resonará la voz de Dios.

• “Venid y lo veréis”. Las gentes de Israel temían acercarse a la montaña de Dios. Serían invitadas con frecuencia a “escuchar” la voz de Dios. Esa actitud será siempre válida. Pero ahora la palabra de Dios se ha hecho carne. Ha llegado el momento de “ver”.


EL ENCUENTRO

El texto nos deja en suspenso ante el secreto de las palabras que pudieron cruzarse entre Jesús y los dos discípulos de Juan. Solo contamos con una frase que no puede dejarnos indiferentes: “Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con él ese día”.

• “Fueron”. También hoy es preciso salir de nuestra comodidad para ponernos en camino y acercarnos al que es la verdad y la vida.

• “Vieron donde vivía”. También hoy es necesario abrir los ojos para percibir la presencia del Señor en nuestro mundo.

• “Se quedaron con él ese día”. También hoy se nos ofrece la oportunidad de permanecer junto a nuestro Maestro para hacer nuestro su mensaje.

- Señor Jesús, los discípulos de Juan te siguieron a la hora del incienso de la tarde. Mientras las gentes de Israel acudían al templo, ellos se encontraron contigo. Tú eres ya para nosotros la revelación de Dios. Tú eres la Palabra que nos invita al seguimiento. La Palabra que puede cambiar nuestra vida. Bendito seas por siempre. Amén.

José-Román Flecha Andrés.

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sábado, 9 de enero de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR – CICLO B – (10-1-2021)

 Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, 7-11

“En aquel tiempo, proclamaba Juan: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias.

Yo os bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo». Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizará el Jordán. Apenas salió del agua, vio rasgarse el cielo y al Espíritu bajar hacia él como una paloma. Se oyó una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto».


EL MISTERIO DEL AGUA

“¡Todos los sedientos, id por agua, y los que no tenéis plata, venid, comprad y comed, sin plata y sin pagar, vino y leche!” Con esta invitación tan sugestiva se abre la primera lectura que se proclama en este domingo, en que celebramos la fiesta del Bautismo de Jesús (Is 55,1-11).

Después de haber meditado durante los días de Navidad el misterio de la Palabra que se ha hecho carne, se nos invita hoy a alimentarnos de ella. Solo la palabra de Dios puede calmar nuestra sed. Y saciar nuestra hambre. Con palabras del libro de Isaías, repetimos en el salmo responsorial: “Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación”

El agua aparece también en la segunda lectura, tomada de la primera carta de Juan (1 Jn 5,1-9). Pero Jesucristo ha venido a nosotros “no solamente con el agua, sino con el agua y con la sangre”. El Espíritu, el agua y la sangre dan testimonio de él.


EL SEÑOR Y EL ESCLAVO

En el texto del evangelio de san Marcos que hoy se proclama (Mc 1,7-11), volvemos a escuchar la palabra de Juan el Bautista. Él anuncia al que ha de venir y confiesa su propia incapacidad de ofrecer la salvación que esperan obtener los que llegan a escucharle.

• “Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco ni agacharme para desatarle las sandalias”. Es evidente que el que viene ha de ser grande y poderoso. Llegará con la autoridad que Dios le ha conferido. Juan ni siquiera se considera a sí mismo digno de ofrecerle el servicio de un esclavo.

• “Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo”. Juan contrapone dos fuerzas de la naturaleza: el agua y el viento. Las dos son benéficas, pero pueden llegar a ser tremendas. Juan bautiza con agua e invita a las gentes a la conversión. No es poco. Pero el que viene detrás de él moverá a las gentes con el vendaval de Dios.


EL HIJO AMADO

El que había de venir es Jesús, que llega desde Nazaret para ser bautizado por Juan en el Jordán. No hay en su boca palabra alguna. Pero ve que los cielos se rasgan, mientras el Espíritu baja sobre él como la paloma que descubrió la tierra después del diluvio. Es la hora de la revelación. De pronto se oye una voz celestial:

“Tú eres mi hijo amado, mi predilecto”. Ese oráculo divino identifica a Jesús con el misterioso Siervo de Dios, al que se refieren los famosos cantos que se hallan en el libro de Isaías (Is 42,1). Jesús es el elegido. Es el enviado por Dios. Es el que ha de redimir a su pueblo con su entrega.

• “Tú eres mi hijo amado, mi predilecto”. Esas palabras se dirigían ya al pueblo de Israel, en tiempos del exilio que lo llevó a Babilonia. Pero se dirigen hoy al nuevo pueblo de Dios, excluido y perseguido en muchos lugares de la tierra. También él está llamado a vivir confiando en la misericordia de Dios.

- Señor Jesús, bautizado en las aguas del Jordán, tú eres la luz que ilumina nuestro camino. Nuestra fe te acoge y confiesa como el Salvador y Mesías enviado por Dios. El que se ha revelado como tu Padre, nos recibe a nosotros como hijos, rescatados por ti del sepulcro del mal y del pecado. Bendito seas por siempre. Amén.

José-Román Flecha Andrés.

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miércoles, 6 de enero de 2021

SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR – CICLO B – (6-1-2021)

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 2, 1-12


“Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes.

Entonces, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

- «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.»

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó, y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos sacerdotes y a los escribas del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías.

Ellos le contestaron:

- «En Belén de Judea, porque así lo ha escrito el profeta:

"Y tú, Belén, tierra de Judea, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judea, pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel."»

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén, diciéndoles:

- «Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.»

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que habían visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño.

Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron; después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.”


NACIDO PARA TODOS

En el libro de Isaías se incluye una vibrante profecía, en la que se exhorta a Jerusalén a levantarse y vestirse de luz. El mundo está sumergido en la oscuridad, pero la gloria del Señor amanece sobre la ciudad. A ella se encamina la peregrinación de los pueblos de la tierra. Un día llegarán desde lejos hasta su templo, “trayendo incienso y oro, y proclamando las alabanzas del Señor” (Is 60, 1-6).

Entonces se postrarán ante el Señor todos los reyes de la tierra y todos los pueblos le servirán, según se proclama en el salmo responsorial (Sal 71). Se anuncia, por tanto, una fiesta universal que encontrará su motivo final en la salvación esperada por toda la humanidad.

Con razón se dice en la carta a los Efesios que también los no judíos son coherederos de esa gracia. Todos los habitantes de la tierra son miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa que se ha realizado en Jesucristo, por el Evangelio (Ef 3,2-3a.5-6).


EL CAMINO DE LA ESTRELLA

Así pues, el texto evangélico nos invita a pensar en la universalidad de la salvación, a agradecerla y a convertirla en motivo de nuestro compromiso (Mt 2,1-12). Los pastores que adoraron a Jesús representaban al pueblo de Israel. Los Magos que llegan de oriente, siguiendo la luz de una estrella, evocan la vocación de los demás pueblos.

En los gestos de los Magos descubrimos las actitudes que van llevando al hombre a descubrir la luz y a caminar a su resplandor. La atención a la naturaleza, el ponerse en camino y postrarse en adoración son la parábola del seguimiento cristiano.

• Nacido en Belén de Judá, Jesús se muestra al mundo por medio de una estrella. Tampoco ahora faltan los signos de la presencia de Dios en la historia humana. Pero hace falta salir de nuestros propios intereses para prestar atención a esas señales de salvación.

• Los Magos buscan la manifestación de Dios y la encuentran en Jesús. Es decir, en la fuerza de Dios que se manifiesta en la pequeñez, en la sencillez y en la debilidad de la vida. Eso les llena de una inmensa alegría.

• Los Magos siguen un camino difícil que tiene por meta al Mesías Jesús. La búsqueda sincera del Señor no quedará defraudada. Pero necesitamos superar el temor y la comodidad, las críticas y las frustraciones que encontraremos a lo largo del camino.


LOS PASOS DEL CAMINO

Recordando a los Magos, comenta San Juan de Ávila: “Los hombres que por miedo, por vergüenza, dejan de servir a Dios y se vuelven atrás de lo comenzado no son buenos para el cielo”. Así que también nosotros nos preguntamos qué pasos del camino nos llevarán hasta Jesús.

• Para llegar hasta el Señor, como los Magos, hay que estar dispuestos a abandonar la comodidad y la rutina de cada día para ponerse en camino.

• Hay que escudriñar las señales de los tiempos y consultar las Escrituras, hay que decidirse a adorar solo al Señor y ofrecerle lo mejor de nosotros mismos.

• Y hay que decidir volver a nuestros quehaceres y compromisos por un itinerario diferente y con un espíritu renovado por el encuentro con el Señor.

Como dijo el papa Benedicto XVI, “los Magos que vienen de Oriente son solo los primeros de una larga lista de hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres humanos, y que nos indica el camino”.

- Señor Jesús, Tú eres la meta de nuestros caminos. Como los Magos, también nosotros queremos dejar nuestra comodidad y mantenernos en peregrinación y en búsqueda. Que tu luz nos guíe para que, abiertos a la verdad, podamos adorarte y ofrecerte lo mejor de nuestros dones. Amén.

José-Román Flecha Andrés.

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sábado, 2 de enero de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 2º DE NAVIDAD – CICLO B – (3-1-2021)

 Lectura del santo evangelio según san Juan 1,1-18

“En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios. La Palabra en el principio estaba junto a Dios. Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho. En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.

La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre. Al mundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal, ni de amor humano, sino de Dios.

Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo: - Éste es de quien dije: «El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo». Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia, porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás. El Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.”


DESDE LA ETERNIDAD.

En el principio, antes de los siglos, me formó y existiré para siempre. Este principio al que se hace referencia en la 1ª lectura es la eternidad. La Sabiduría es una propiedad divina, es eterna y se identifica con Dios. El Prólogo del Evangelio de san Juan comienza con las mismas palabras: En el principio… para destacar la eternidad del Verbo de Dios, de esa Palabra que en el tiempo se encarna. La Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Aquí está expresado de manera concentrada el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica habla de cuatro motivos para la Encarnación. El Verbo se encarnó: para salvarnos reconciliándonos con Dios; para ser nuestro modelo de santidad; para que nosotros conociésemos así el amor de Dios; y para hacernos partícipes de la naturaleza divina, concediéndonos la filiación divina. Como hemos leído en la 2ª lectura, Dios antes de la creación del mundo (…) nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por Jesucristo.


FILIACIÓN DIVINA.

Vino a los suyos, y los suyos no le recibieron. Pero a cuantos le recibieron les dio poder para ser hijos de Dios. Recibamos a Cristo, abrámosle las puertas de nuestro corazón a Jesús, dejemos que Él ilumine con su luz -esa luz verdadera que ilumina a todo hombre– nuestra mente. Y seremos hijos de Dios. Cristo es Hijo de Dios por naturaleza; nosotros, por gracia. La gracia nos hace realmente hijos de Dios. El 29 de mayo de 1982, en el estadio de Wembley, con los graderíos lleno de gente joven, Juan Pablo II celebró la Santa Misa. En la homilía, dijo unas palabras que, por fuerza, debieron impresionar a los que allí estaban: Al mirar a esta gran asamblea, siento un respeto enorme por cada uno de vosotros. Sois hijas e hijos de Dios.


ORGULLO SANTO.

Cuando una hija del rey Luis XV de Francia, Luisa, fue reprendida por una de sus servidoras, replicó con enojo: ¿No soy acaso la hija de tu rey? La otra no se amilanó ante semejante impertinencia, sino que supo poner a la princesa en su lugar con esta respuesta: Y yo, ¿no soy acaso la hija de tu Dios? La princesa siempre recordó estas palabras. Pasados los años, siendo carmelita, guardaba gran reconocimiento a quien supo darle tan provechosa lección.

Agradezcamos a Dios el habernos concedido la filiación divina. Dios es Padre. No nos trata como simples criaturas, sino como hijos suyos. El mismo Jesucristo nos enseñó a llamar Padre a Dios. Tratemos a Dios como Padre, con sinceridad, con amor, con confianza. El saber que Dios es Padre nos da seguridad, paz y alegría. Somos hijos de un buen Padre, que piensa más en nosotros que nosotros en Él… Sólo debemos procurar estar bien con Dios, no tener pecados en el alma y amarle, y luego ningún temor: Dios nos está mirando y es imposible que nos olvide. Tengamos deseos de contentar a Dios.

José-Román Flecha Andrés.

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