sábado, 30 de junio de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 13º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – (1-7-2018)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43

“En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y, al verlo, se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva». Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.

Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de él, se volvió enseguida, en medio de la gente, preguntando: «Quién me ha tocado el manto?». Los discípulos le contestaron: «Ves cómo te apretuja la gente y preguntas: “¿Quién me ha tocado?”». El seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud».

Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?». Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe». No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: « ¿Qué estrépito y qué lloros son estos? La niña no está muerta, está dormida». Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.”



HERIDAS SECRETAS


Hija, tu fe te ha curado.

No conocemos su nombre. Es una mujer insignificante, perdida en medio del gentío que sigue a Jesús. No se atreve a hablar con él como Jairo, el jefe de la sinagoga, que ha conseguido que Jesús se dirija hacia su casa. Ella no podrá tener nunca esa suerte.

Nadie sabe que es una mujer marcada por una enfermedad secreta. Los maestros de la Ley le han enseñado a mirarse como una mujer «impura», mientras tenga pérdidas de sangre. Se pasado muchos años buscando un curador, pero nadie ha logrado sanarla. ¿Dónde podrá encontrar la salud que necesita para vivir con dignidad?

Muchas personas viven entre nosotros experiencias parecidas. Humilladas por heridas secretas que nadie conoce, sin fuerzas para confiar a alguien su «enfermedad», buscan ayuda, paz y consuelo sin saber dónde encontrarlos. Se sienten culpables cuando muchas veces solo son víctimas.

Personas buenas que se sienten indignas de acercarse a recibir a Cristo en la comunión; cristianos piadosos que han vivido sufriendo de manera insana porque se les enseñó a ver como sucio, humillante y pecaminoso todo lo relacionado con el sexo; creyentes que, al final de su vida, no saben cómo romper la cadena de confesiones y comuniones supuestamente sacrílegas... ¿No podrán conocer nunca la paz?

Según el relato, la mujer enferma «oye hablar de Jesús» e intuye que está ante alguien que puede arrancar la «impureza» de su cuerpo y de su vida entera. Jesús no habla de dignidad o indignidad. Su mensaje habla de amor. Su persona irradia fuerza curadora.

La mujer busca su propio camino para encontrarse con Jesús. No se siente con fuerzas para mirarle a los ojos: se acercará por detrás. Le da vergüenza hablarle de su enfermedad: actuará calladamente. No puede tocarlo físicamente: le tocará solo el manto. No importa. No importa nada. Para sentirse limpia basta esa confianza grande en Jesús.

Lo dice él mismo. Esta mujer no se ha de avergonzar ante nadie. Lo que ha hecho no es malo. Es un gesto de fe. Jesús tiene sus caminos para curar heridas secretas, y decir a quienes lo buscan: «Hija, hijo, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud».

José Antonio Pagola.
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viernes, 29 de junio de 2018

FALLECE D. LUIS DELEGADO, SACERDOTE QUE FUERA PÁRROCO DE SAN PEDRO

FALLECE D. LUIS DELEGADO, SACERDOTE QUE FUERA PÁRROCO DE SAN PEDRO, RECTOR DEL SEMINARIO Y DELEGADO DEL CLERO, VOCACIONES, MEDIOS Y VIDA CONSAGRADA

Monseñor José Mazuelos presidirá esta tarde, a las 18 h., eucaristía en su honor en la parroquia de Ntra. Sra. de las Virtudes de Villamartín y mañana, a las 10 h., habrá responso de despedida en el tanatorio de esta localidad

Ha fallecido Luis Delgado Serrano, sacerdote diocesano natural de Villamartín en cuya parroquia de Nuestra Señora de las Virtudes tendrá lugar esta tarde, a las 18:00 horas, una celebración de la Eucaristía en su memoria que será presidida por monseñor José Mazuelos Pérez. Del mismo modo, está previsto que mañana sábado, a las 10:00 horas, tenga lugar un responso de despedida en el tanatorio de esta localidad serrana.

Ordenado el 9 de marzo de 1968 en Sevilla, era párroco de San Pedro, en Jerez, aunque al inicio de su ministerio también desempeñó responsabilidades pastorales al frente de parroquias y capellanías en Sevilla y en Guadix-Baza. En ésta última llegó a ser secretario del obispo diocesano. Y en la de Asidonia-Jerez fue, en distintos momentos de su ministerio, rector del Seminario y delegado del Clero, Pastoral Vocaciones, Medios de Comunicación Social y Vida Consagrada.

Disfrutaba ya de su jubilación desde el 10 de diciembre de 2015, aun con la actividad y el compromiso que le era característico y que también evidenció hasta ese momento desde su condición de canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Jerez, director espiritual del Diaconado Permanente o consiliario diocesano de la Acción Católica General de Adultos.

Descanse en la Paz del Señor.




miércoles, 27 de junio de 2018

lunes, 25 de junio de 2018

MAÑANA,CABILDO GENERAL ORDINARIO DE CIERRE DE CURSO Y CUENTAS

Mañana martes celebraremos, en nuestra sede canónica de la Parroquia del Apóstol San Pedro, a las 20,45 h. en primera convocatoria y 21,15 h. en segunda y última, con arreglo al siguiente Orden del día:

1. Lectura del acta anterior y su aprobación si procede.

2. Memoria de actividades del ejercicio 2017-2018

3. Presentación para su aprobación de las cuentas del ejercicio 2017-2018.

4. Ruegos y preguntas.

Recordar que todos los hermanos mayores de 18 de años, con al menos un año de antigüedad en la Hermandad y que hayan realizado la Recepción Canónica tienen el derecho y el deber de asistir a los Cabildos Generales.


viernes, 22 de junio de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA – CICLO B – (24-6-2018)

Lectura del santo evangelio según san Lucas, 1,57-66.80


“A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como su padre. La madre intervino diciendo: ¡No! se va a llamar Juan. Le replicaron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaba diciendo: ¿Qué va a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel “.


REDESCUBRIR LA FIESTA


El Señor le había hecho gran misericordia...

La festividad de San Juan representa el pórtico de las fiestas que a lo largo del verano se irán celebrando en nuestros pueblos.

Pero, ¿qué es «hacer fiesta»? ¿Qué es lo que diferencia al día de fiesta de un día ordinario? «¿Por qué unos días son mayores que otros si todo el año la luz nos viene del sol?», se pregunta el libro del Eclesiástico.

Son bastantes los que piensan que el hombre actual está perdiendo la capacidad de «celebrar fiestas». Algunos llegan a hablar de una «civilización sin fiestas».

Cuando «la actividad desnuda», el trabajo y la eficacia marcan el sistema de una sociedad y nuestra vida entera, la fiesta queda como vacía de su contenido más hondo.

La fiesta se convierte entonces en día «no laborable», día de vacación. Un tiempo en el que, paradójicamente, hay que «trabajar» y esforzarse por conseguir una alegría que de ordinario no hay en nuestra vida.

Entonces la fiesta deja su lugar al espectáculo, el turismo, la huida de los viajes o la ebriedad de «las salas de fiesta».

Pero la fiesta es mucho más que una «suspensión del trabajo» o una distensión física. El hombre es mucho más que un «animal laborable» o una máquina que necesita recuperación.

Necesitamos algo más que unas vacaciones que nos distraigan y nos hagan olvidar las preocupaciones que tienen habitualmente nuestros días de trabajo. Algo que no puede lograr «la industria del tiempo libre» por muchas fórmulas que invente para llenar o, como se dice expresivamente, para «matar el tiempo».

Lo importante es «vivir en fiesta» por dentro. Saber celebrar la vida. Abrirnos al regalo del Creador. Despertar lo mejor que hay en nosotros y que queda oscurecido por el olvido, la superficialidad, la actividad y el ritmo agitado de cada día.

Vivir con el corazón abierto a ese Padre que da sentido y valor definitivo a nuestro vivir diario. Sentirnos hermanos de los hombres y amigos de la creación entera. Dejar hablar a nuestro Dios y gustar su presencia cariñosa en nuestra existencia.

Entonces la fiesta se carga de un significado auténtico, se tiñe de una alegría que nada tiene que ver con el goce del trabajo eficaz y bien realizado, nos regenera y nos redime del hastío y el desgaste diario.

Quien no lo haya descubierto seguirá confundiendo lamentablemente las vacaciones con la fiesta, sencillamente porque es incapaz de «vivir en fiesta».


José Antonio Pagola

lunes, 18 de junio de 2018

CABILDO GENERAL ORDINARIO DE CIERRE DE CURSO Y CUENTAS

Estimado/a hermano/a:

De orden del Sr. Hermano Mayor y según establecen nuestros vigentes Estatutos, tengo el honor de convocarle al CABILDO GENERAL ORDINARIO DE CIERRE DE CURSO Y CUENTAS que celebrará nuestra Hermandad el próximo día 26 de junio del presente año, en nuestra sede canónica de la Parroquia del Apóstol San Pedro, a las 20,45 h. en primera convocatoria y 21,15 h. en segunda y última, con arreglo al siguiente Orden del día:

1. Lectura del acta anterior y su aprobación si procede.

2. Memoria de actividades del ejercicio 2017-2018

3. Presentación para su aprobación de las cuentas del ejercicio 2017-2018.

4. Ruegos y preguntas.

Lo que le comunico a los efectos de citación, recordándole que todos los hermanos mayores de 18 de años, con al menos un año de antigüedad en la Hermandad y que hayan realizado la Recepción Canónica tienen el derecho y el deber de asistir a los Cabildos Generales.

Que Dios Nuestro Señor, que por su Santa Cruz redimió al mundo, y la Santísima Virgen de Loreto en su Soledad guarden a Vd. Muchos años.



D. Vicente Lozano González                                     Dña. Bella Mª Calderón Padilla

Vº Bº Hermano Mayor                                               Secretaria

viernes, 15 de junio de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 11º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – (17-6-2018)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 4,26-34


“En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: «El reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. El duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo.

La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega». Dijo también: «Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas».

Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.”



PEQUEÑAS SEMILLAS

Es la semilla más pequeña.

Vivimos ahogados por las malas noticias. Emisoras de radio y televisión, noticiarios y reportajes que descargan sobre nosotros una avalancha de noticias de odios, guerras, hambres y violencias, escándalos grandes y pequeños. Los «vendedores de sensacionalismo» no parecen encontrar otra cosa más notable en nuestro planeta.

La increíble velocidad con que se extienden las noticias y los problemas nos deja aturdidos y desconcertados. ¿Qué puede hacer uno ante tanto sufrimiento? Cada vez estamos mejor informados del mal que asola a la humanidad entera, y cada vez nos sentimos más impotentes para afrontarlo.

La ciencia nos ha querido convencer de que los problemas se pueden resolver con más poder tecnológico. Y nos ha lanzado a todos a una gigantesca organización y racionalización de la vida. Pero este poder organizado no está ya en manos de las personas, sino en las estructuras. Se ha convertido en «un poder invisible» que se sitúa más allá del alcance de cada individuo.

Entonces, la tentación de inhibirnos es grande. ¿Qué puedo hacer yo para mejorar esta sociedad? ¿No son los dirigentes políticos y religiosos quienes han de promover los cambios que se necesitan para avanzar hacia una convivencia más digna, más humana y dichosa?

No es así. Hay en el evangelio una llamada dirigida a todos, y que consiste en sembrar pequeñas semillas de una nueva humanidad. Jesús no habla de cosas grandes. El reino de Dios es algo muy humilde y modesto en sus orígenes. Algo que puede pasar tan desapercibido como la semilla más pequeña, pero que está llamado a crecer y fructificar de manera insospechada.

Quizás necesitamos aprender de nuevo a valorar las cosas pequeñas y los pequeños gestos. No nos sentimos llamados a ser héroes ni mártires cada día, pero a todos se nos invita a vivir poniendo un poco de dignidad en cada rincón de nuestro pequeño mundo. Un gesto amistoso al que vive desconcertado, una sonrisa acogedora a quien está solo, una señal de cercanía a quien comienza a desesperar, un rayo de pequeña alegría en un corazón agobiado... no son cosas grandes. Son pequeñas semillas del reino de Dios que todos podemos sembrar en una sociedad complicada y triste, que ha olvidado el encanto de las cosas sencillas y buenas.

José Antonio Pagola

sábado, 9 de junio de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 10º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO B – (10-6-2018)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,20-35


“En aquel tiempo, Jesús fue a casa con sus discípulos y se juntó de nuevo tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque decían que no estaba en sus cabales.

También los escribas que habían bajado de Jerusalén decían: «Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».

El los invitó a acercarse y les puso estas parábolas: «Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre». Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.

Llegaron su madre y sus hermanos y desde fuera lo mandaron llamar. La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan».

Les contestó: «Quiénes son mi madre y mis hermanos?». Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».”



LA FUERZA SANADORA DEL ESPÍRITU


El que blasfeme contra el Espíritu Santo.

El hombre contemporáneo se está acostumbrando a vivir sin responder a la cuestión más vital de su vida: por qué y para qué vivir. Lo grave es que, cuando la persona pierde todo contacto con su propia interioridad y misterio, la vida cae en la trivialidad y el sinsentido.

Se vive entonces de impresiones, en la superficie de las cosas y de los acontecimientos, desarrollando sólo la apariencia de la vida. Probablemente, esta banalización de la vida es la raíz más importante de la increencia de no pocos.

Cuando el ser humano vive sin interioridad, pierde el respeto por la vida, por las personas y las cosas. Pero, sobre todo, se incapacita para «escuchar» el misterio que se encierra en lo más hondo de la existencia.

El hombre de hoy se resiste a la profundidad. No está dispuesto a cuidar su vida interior. Pero comienza a sentirse insatisfecho: intuye que necesita algo que la vida de cada día no le proporciona. En esa insatisfacción puede estar el comienzo de su salvación.

El gran teólogo Paul Tillich decía que sólo el Espíritu nos puede ayudar a descubrir de nuevo «el camino de lo profundo». Por el contrario, pecar contra ese Espíritu Santo sería «cargar con nuestro pecado para siempre».

El Espíritu puede despertar en nosotros el deseo de luchar por algo más noble y mejor que lo trivial de cada día. Puede darnos la audacia necesaria para iniciar un trabajo interior en nosotros.

El Espíritu puede hacer brotar una alegría diferente en nuestro corazón; puede vivificar nuestra vida envejecida; puede encender en nosotros el amor incluso hacia aquellos por los que no sentimos hoy el menor interés.

El Espíritu es «una fuerza que actúa en nosotros y que no es nuestra». Es el mismo Dios inspirando y transformando nuestras vidas. Nadie puede decir que no está habitado por ese Espíritu. Lo importante es no apagarlo, avivar su fuego, hacer que arda purificando y renovando nuestra vida. Tal vez, hemos de comenzar por invocar a Dios con el salmista: «No apartes de mí tu Espíritu».

José Antonio Pagola

martes, 5 de junio de 2018

RETAZOS DE UN INTENSO FIN DE SEMANA SACRAMENTAL

Os mostramos hoy algunas fotos de momentos vividos en este fin de semana con motivo de celebrarse la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo


Altar montado en colaboración con la jerezana Hdad. del Transporte y cuya imagen central es la Virgen Comendadora de la basílica mercedaria de nuestra ciudad.


Momentos iniciales del montaje del altar propiamente dicho en plena Pza. de la Asunción delante del edificio municipal de nuestra ciudad.


Hermandad de Transporte y Loreto,unidas para dar mayor Honor y Gloria a Jesús Sacramentado


Como elemento decorativo pudimos contar,entre otras piezas de valor,con la coqueta peana del palio de Madre de Dios de las Misericordias.


Artísticas jarras con flores para ensalzar más aun si cabe el altar instalado para la ocasión


Algunos hermanos lauretanos en la parroquia en labores de carga de enseres necesarios para dicho montaje.


Un momento de refrigerio para coger fuerzas ante la dura tarea que duraría hasta pasadas las dos de la madrugada.


El siempre duro y complicado momento de izar el dosel con gotera incluida cedido para la ocasión por nuestra corporación .


Peana donde iría ubicada la valiosa y artística talla de la Virgen Comendadora,orden mercedaria que en este 2018 conmemora sus 800 años de existencia.

 

Cuadro que certifica nuestro primer premio,por segundo año consecutivo,en el concurso de altares con motivo de la festividad del Corpus Christi 2018.


Grupo de hermanos del Transporte y Loreto posando tras la concesión del primer premio por parte de la Unión de Hermandades de nuestra ciudad.


 D. Jaime Galán, por parte de la Unión de Hermandades haciéndonos entrega de dicho galardón


Hermanos del Transporte y Loreto posando orgullosos tras recibir el comentado galardón por segundo año consecutivo.

 

Foto tomada tras finalizar dicho montaje a las dos de la mañana aproximadamente,donde tanto esfuerzo fue poco cuando se trata de alabar a Dios Vivo.


Representación corporativa de nuestra cofradía con varas y Guión posando delante del altar y de camino a la Santa Iglesia Catedral antes de que diera comienzo el Pontifical a las 18:30 horas .


La orden mercedaria de nuestra ciudad en el momento justo de pasar por delante de nuestro altar sacramental


La Custodia portando a Dios Vivo a su paso por el lugar donde teníamos ubicado nuestro altar


Representación corporativa de nuestra cofradía a su paso por la plaza de la Asunción


Representación corporativa de nuestra cofradía según mandan nuestro Estatutos en este 2018.


Nuestros hermanos Javier y Leticia Merino posando vestidos de Primera Comunión momentos antes de acompañar a Jesús Sacramentado por las calle jerezanas.


Vista general de nuestro altar sacramental en este 2018.
Agradecer a todos y cada uno de los hermanos de ambas corporaciones que, en mayor o menor medida, han prestado su colaboración y esfuerzo para que pudiera lucir así de esplendoroso y categórico este montaje.

sábado, 2 de junio de 2018

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: SOLEMNIDAD DEL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO – CICLO B – (3-6-2018)

Lectura del santo evangelio según san Marcos 14-12-16. 22-26


“El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

- «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»

Él envió a dos discípulos, diciéndoles:

- «ld a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?"

Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»

Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

- «Tomad, esto es mi cuerpo.»

Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.

Y les dijo:

- «Esta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.»

Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos”.


LA CENA DEL SEÑOR


Tomad, esto es mi cuerpo.

Los estudios sociológicos lo destacan con datos contundentes: los cristianos de nuestras iglesias occidentales están abandonando la misa dominical. La celebración, tal como ha quedado configurada a lo largo de los siglos, ya no es capaz de nutrir su fe ni de vincularlos a la comunidad de Jesús.

Lo sorprendente es que estamos dejando que la misa «se pierda» sin que este hecho apenas provoque reacción alguna entre nosotros. ¿No es la eucaristía el centro de la vida cristiana? ¿Cómo podemos permanecer pasivos, sin capacidad de tomar iniciativa alguna? ¿Por qué la jerarquía permanece tan callada e inmóvil? ¿Por qué los creyentes no manifestamos nuestra preocupación con más fuerza y dolor?

La desafección por la misa está creciendo incluso entre quienes participan en ella de manera responsable e incondicional. Es la fidelidad ejemplar de estas minorías la que está sosteniendo a las comunidades, pero ¿podrá la misa seguir viva sólo a base de medidas protectoras que aseguren el cumplimiento del rito actual?

Las preguntas son inevitables: ¿No necesita la Iglesia en su centro una experiencia más viva y encarnada de la cena del Señor, que la que ofrece la liturgia actual? ¿Estamos tan seguros de estar haciendo hoy bien lo que Jesús quiso que hiciéramos en memoria suya?

¿Es la liturgia que nosotros venimos repitiendo desde siglos la que mejor puede ayudar en estos tiempos a los creyentes a vivir lo que vivió Jesús en aquella cena memorable donde se concentra, se recapitula y se manifiesta cómo y para qué vivió y murió Jesús? ¿Es la que más nos puede atraer a vivir como discípulos suyos al servicio de su proyecto del reino del Padre?

Hoy todo parece oponerse a la reforma de la misa. Sin embargo, cada vez será más necesaria si la Iglesia quiere vivir del contacto vital con Jesucristo. El camino será largo. La transformación será posible cuando la Iglesia sienta con más fuerza la necesidad de recordar a Jesús y vivir de su Espíritu. Por eso también ahora lo más responsable no es ausentarse de la misa sino contribuir a la conversión a Jesucristo.

José Antonio Pagola