Desde este próximo viernes 25 de mayo, continuando los viernes 1 y 8 de junio, la Hermandad de Loreto celebrará su anual Tríptico Eucarístico, que dedica a mayor gloria de Jesús vivo y presente en el Santísimo Sacramento del Altar, en su sede canónica de la parroquia de San Pedro y a las 21,00 h., con el siguiente orden de cultos: Exposición de Su Divina Majestad, rezo del Ejercicio de Vísperas, Meditación, Adoración, Bendición y Reserva.
Las Meditaciones estarán a cargo del Director Espiritual de la Hermandad y párroco de la de San Pedro, Rvdo. Sr. D. Luis Delgado Serrano, que tratará sobre "El misterio de la Eucaristía vivido por María Antonia de Jesús Tirado".
De esta manera, esta Hermandad se suma a la conmemoración de esta ilustre jerezana Sierva de Dios, nacida en el barrio de San Pedro, concretamente en la calle Arcos, en este año en que Jerez entero celebra el bicentenario de la fundación del Colegio del Beaterio.Todo ello, además, coexiste con el proceso de beatificación de su fundadora, Madre Antonia de Jesús Tirado, proceso que comenzó el pasado 20 de junio.
BIOGRAFÍA BREVE DE LA SIERVA DE DIOS
MARÍA ANTONIA DE JESÚS TIRADO RAMÍREZ,
RELIGIOSA PROFESA DE LA ORDEN DE SANTO DOMINGO
(1740 -1810)
María Antonia de Jesús, nació el 13 de Diciembre de 1740 en la c/ Arcos, 10, en Jerez de la Frontera (Cádiz). Fue bautizada el 17 de Diciembre del mismo año en la Parroquia de San Miguel; confiaron su educación primera a su abuela materna, y a una tía, las cuales infundieron vivos sentimientos religiosos.
En 1747 la niña fue reclamada por su madre que la quería para que la ayudara en las tareas domésticas; dos años más tarde contrajo una gravísima enfermedad que la llevó a las puertas de la muerte, y de la que dijo siempre que había curado por intercesión de Santo Domingo de Guzmán.
Buscó como director de su alma al cura de la Colegial, D. Alonso de Cala y Vázquez hombre prudente que la llevó por el camino de la obediencia y la ascesis, la introdujo en la oración mental, la oración asidua y la frecuencia de sacramentos. Esto fue el año 1756. Al año siguiente comenzarán sus experiencias interiores de visiones y revelaciones que sometía humildemente al criterio de su director espiritual.
Al cumplir los 19 años empezó el director a pedirle penitencias corporales, y en 1761 la autorizó a ingresar y profesar en la Orden Tercera de Santo Domingo. Como pasaba temporadas en Puerto Real, allí se confesaba con el P. José Sánchez, franciscano alcantarino, por consejo de éste empieza a poner por escrito sus experiencias espirituales.
El 8 de diciembre de 1779 hace voto de castidad por tres años. Entre enero de 1781 y enero de 1783 queda muda, se alimenta de sólo pan y agua y de la eucaristía, y ese año el 8 de abril fallece su director espiritual. Bajo el asesoramiento del P. Sánchez elige como director al P. Andrés Ruiz O. P. que tenía fama de santo en Jerez, el cual le permite hacer los tres votos de pobreza, castidad y obediencia en la Orden Tercera de Santo Domingo. El 8 de julio de 1787 viste el hábito exterior de terciaria dominica, del que ya no se desprenderá en adelante y para el obtiene la necesaria licencia. Y tiene aquel año la idea de fundar un beaterio. El 16 de abril de 1790 hace voto de clausura en la llaga del costado de Cristo.
En diciembre de 1792 conoce al Beato Diego José de Cádiz que da misiones en la Colegiata jerezana. El 2 de enero de 1797 fallece el P. Ruiz y le pide María Antonia al Beato Fray Diego José que le dirija, pero éste la pone bajo la dirección de su amigo el P. Francisco González O. P. , de Écija. Ella hace una alianza de oraciones y méritos con el Beato Fray Diego José y lo apoya con sus oraciones y mortificaciones en su obra apostólica.
Crece su fama de taumaturga y acuden a ella muchas personas a presentarle sus problemas, a pedirle consejo y a solicitar su ayuda al tiempo que ella se vuelca en obras de caridad. Hay un intento repetido de asesinarla. El Beato Fray Diego José y el P. González le piden a un religioso trinitario que examine la situación espiritual de María Antonia y éste contesta que está en situación interior de matrimonio espiritual. El 4 de octubre de 1799 cuando el Beato Fray Diego José predica nuevamente en Jerez autoriza a María Antonia a que convivan con ella otras Terciarias Dominicas que, con licencia de su hermano, formen en la casa una comunidad.
El P. José Díaz Vicario general de la O. P. en España agrega a María Antonia y a sus compañeras a la comunión de gracias e indulgencias con la Orden. El 6 de Enero de 1800 empiezan las vesticiones de hábito, quedando María Antonia como superiora y maestra de novicias. Fallece su hermano Tomás y le deja a su hermana su casa y sus bienes, que María Antonia pone al servicio de la fundación. Muerto el Beato Fray Diego José, el P. González visita Jerez y da normas y disposiciones sobre la vida comunitaria (enero 1802). Este año, en julio, el ayuntamiento jerezano da licencia para la fundación del beaterio y acude al Rey y al Arzobispo de Sevilla para que confirmen la licencia.
En 1806 María Antonia decide dedicar la fundación a la enseñanza de niñas del pueblo, obteniendo la licencia municipal para ello. El 1 de julio de 1812 la pequeña comunidad inicia la enseñanza, sin interrupción hasta la actualidad. El 27 de enero de 1807 el Papa Pío VII concede a la casa, oratorio privado con tabernáculo. En octubre de 1809 es obligada a guardar cama por enfermedad y estando así entran las tropas francesas en Jerez (4 febrero 1810) refugiándose las beatas en un convento de clausura, pero vuelven al Beaterio en marzo. María Antonia entrega su espíritu el 19 de abril, Jueves Santo, a las 9,30 de la noche.
María Antonia tuvo en vida gran crédito de santidad entre sus directores espirituales, sacerdotes y religiosos que la conocieron y entre el pueblo llano. Esto se mostró al tiempo de su fallecimiento cuando cientos de personas acudieron a su entierro, pasaron rosarios y medallas por su cadáver y, pese a la presencia de las tropas francesas en Jerez, no consintieron que fuera enterrada en el cementerio público, (obligatorio desde 1800) sino en la Colegial. La fama de santidad se consolida cuando al poco de su muerte se recogen sus escritos y las cartas de sus confesores y se escribe su biografía por el P. Francisco Haro del Rosario, religioso franciscano descalzo. Esta fama no merma nunca, sino que continuó aumentando. Consolidada su obra, sus restos mortales fueron trasladados en 1886 al Beaterio, y persiste esta fama en el siglo XXI .
Sus hijas, arropadas por la fama de santidad de María Antonia, y cuando ya el Beaterio de Jerez se había convertido en la casa madre de una Congregación de derecho diocesano trasladaron sus restos a una nueva tumba, asistiendo el primer obispo de Jerez Mons. Rafael Bellido Caro, quien dio expresa licencia para publicar estampas con oración de uso privado pidiendo su beatificación y canonización y animó a las religiosas a emprender en cuanto pudieran su causa de beatificación.
Los fieles invocan su intercesión y cuando reciben favores, los señalan por escrito a las religiosas de la congregación, siendo muchos los que desean que se abra su causa de beatificación y canonización. La apertura de la causa serviría de gran alegría a muchos miembros del pueblo de Dios que hace tiempo piden y esperan su apertura.
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