Así afrontó la jornada procesional del Jueves Santo, con un recuerdo especial y lleno de gracia al sacerdote Luis Bellido, aquél recordado párroco de San Dionisio cuya apertura este año y vuelta a su salida del templo de la Hermandad del Mayor Dolor hizo adecuadísimo al recuerdo a cura que tanto bregó con pretéritos cierres de la misma iglesia. Para entonces ya habían aparecido también la Redención salesiana, la Vera-Cruz, la Lanzada y la Oración en el Huerto.
Un poema precioso al Santo Crucifijo de la Salud tuvo el aroma de acto de contricción para una Noche de Jesús, como Jerez conoce a la madrugada del Viernes Santo, en la que se acordó especialmente de la Virgen de la Encarnación "porque me dejé prendida una parte de mi vida en el barrio San Miguel". Las Cinco Llagas ("la luna de Nissan baja con bata de cola blanca"), Jesús Nazareno cantado con saetas, Buena Muerte y Esperanza de la Yedra completaron este recorrido.
Se encendió el Pregón de la Semana Santa a la llegada del Viernes Santo y su tarde con un inmaculista canto a la Hermandad de la Exaltación, con otra de Loreto dibujada en el Barrio de San Pedro y un desate en torno a la Virgen del Valle ("¡Y es que te hizo tan bonita, / que el verte las penas quita...!") y el Cristo de la Expiración ("¡Ole mi Cristo valiente / que mira al cielo de frente / entre la luna y el sol!".
"¡Vanidad de vanidades, / solamente vanidad / soledad de soledades, / y tan solo Soledad!" canto a una de sus devocionles, la Virgen de la iglesia de La Victoria. Y al llegar a la conclusión pregonó el llanto de la Virgen de la Piedad poco antes de cantar a la Resurrección...
"Por ti apuesto, mi Jesús, / la tuya es la suerte mía... / Si por mí fue tu agonía, / voy contigo a cara o cruz. / Tras la cruz de esta moneda / triunfando te he de ver, / pues Contigo no hay quien pueda... / ¡Contigo quién va a poder!"
Fuente: Gabriel Alvarez;Cope.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario