* No sólo son las desgracias para los “malos”, para los culpables. Hay que aceptar las calamidades y seguir fieles a Dios en ellas, si no, nos alejaremos de Dios, pereceremos.
A través de esta parábola se nos invita a la conversión, a no ser creídos, ya que podemos autoengañarnos teniéndonos por “buenos” o justos, o juzgando a los demás.
* Dos aspectos relevantes en esta parábola de la higuera estéril:
- una nueva oportunidad: eso debe ser la cuaresma para nosotros, tener la opción de estar cada día un pasito más cerca de Dios;
- perseverancia en su cuidado para que dé fruto: a través de la oración, la Palabra, los sacramentos...
Dios siempre ejercita suma paciencia para permitir que el tiempo haga que brote el fruto oportuno.
* Dios es el viñador que cuida de nosotros, es quien quiere nuestra salvación, nuestra felicidad (el fruto de la higuera). Nosotros, después de haber recibido de él tantos beneficios no le somos fieles.
María, ayúdame en mi conversión, no quiero vivir lejos de mi Señor.
Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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