viernes, 22 de agosto de 2014

UNA FOTO MÁS UN DÍA MENOS:AQUEL BESAMANOS DE 2012


Como os comentamos días atrás,nos gustaría, en estos meses de verano donde todos tenemos un poco mas de tiempo libre,nos enviaseis alguna foto,propia o ajena, relativa a nuestra Hermandad que para vosotros sea particularmente importante,intima,excepcional o bien entendáis signifique un momento trascendental en la vida de nuestra corporación. Por supuesto os pedimos un comentario explicando el porque de la importancia dada a esa instantánea. Esto nos hará que la espera en ver de nuevo a Nuestra Madre sea mas corta y llevadera.


El correo electrónico a donde debéis mandarnos todo esto es el del blog: cucosantacruz@hotmail.com


En esta ocasión, nuestro hermano y miembro del equipo de mayordomía Carmelo Argumedo,es el que nos manda su foto y comentario relativo al montaje del Besamanos de 2012, donde él pudo colaborar de forma activa.  



Bendita locura de amarte.



Aquella tarde en San Pedro estaba el amor desatado porque tenía prisa de amar,
todos llevábamos meses guardando nuestras ansias y nuestros deseos,
nuestro amor estaba celoso, inquieto, como esos amores de juventud por el que todos hemos pasado alguna vez.

Nuestro amor estaba pero no estaba, rondaba los muros de San Pedro que eran los muros de nuestros propios lamentos, La mirábamos, Le rezábamos y no comprendíamos porque el amor en nuestra locura transitaba.

Nuestro amor es complejo y sencillo al mismo tiempo, no se sustenta en teoremas porque el amor no se basa en en teorías que el amor entienda, no busques razonamientos, no atiende a lógica, ni medida, no sabe de distancias porque cuando se ama todo queda a la vuelta de la esquina, el amor deja los relojes sin hora, sin pensar en el mañana, nuestro amor tuvo mil formas de llegar y una sola de marcharse, y en estos días nuestro amor se encuentra herido, derrotado, abatido, como un árbol de Otoño al que el viento le ha arrebatado sus hojas.

Nuestro amor vino aquel día para llevarse todo de nosotros, para arrancarnos la esperanza, despojarnos del aderezo y quedarse con la esencia, ahí está nuestro verdadero amor, como los amores prohibidos que no tienen licencia para amar, el que no envejece porque nace todos los días, el que aparca la razón y se entrega en los brazos de la locura.


Al fin y al cabo el que ama a ciegas, bendita locura de amar.



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