domingo, 26 de julio de 2020

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 17º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A – (26-7-2020)

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 44-52


“En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente:

- «El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo.

El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.

El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

¿Entendéis bien todo esto?»

Ellos le contestaron:

- «Sí.»

Él les dijo:

- «Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo».”



LA SABIDURÍA

“Te concedo un corazón sabio e inteligente, como no lo ha habido antes ni surgirá otro igual después de ti” (1Re 3,12). Así responde el Señor a la oración de Salomón. El joven rey, sucesor de David, solo le había pedido un corazón dócil para gobernar a su pueblo, para discernir el mal y el bien. Eso le bastaba.

Y al Señor le había agradado que Salomón no pidiera una larga vida para sí mismo ni una corta vida para sus enemigos. El rey había pedido sabiduría y discernimiento para poder reconocer el sentido profundo de la vida: la suya y la de su pueblo. Un corazón sabio equivale a una conciencia recta. Ese es un gran ideal humano y un gran don divino.

Haciendo nuestro el talante de Salomón, proclamamos con el salmista: “¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!” (Sal 118). San Pablo nos dice que “a los que aman a Dios todo les sirve para el bien” (Rom 8,28). Y esa es también nuestra experiencia.


LA MEJOR OPCIÓN

Se podría decir que el lema de este domingo 17º del Tiempo Ordinario es que “la mejor opción es obrar según el plan de Dios”. La felicidad está en acertar en la opción fundamental de nuestra vida. Pues bien, esa gran verdad Jesús la expone en tres parábolas (Mt 13, 44-52).

• La primera nos presenta a un jornalero o tal vez un caminante. En un campo encuentra un tesoro oculto. Lo esconde de nuevo, y lleno de alegría vende todo lo que tiene y con el dinero conseguido compra el campo aquel. Su desprendimiento es una ganancia.

• La segunda imagina a un comerciante de perlas finas. Un día encuentra una de gran valor. También él vende todo lo que tiene para poder comprar aquella perla. No desprecia lo que tiene, sino que aprecia de verdad lo que siempre ha ido buscando.

• La tercera parábola evoca la red que los pescadores arrojan al mar. Es cierto que recoge toda clase de peces. Pero en un segundo momento, los pescadores los seleccionan cuidadosamente. Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.

Las tres imágenes representan el reino de Dios. Las tres subrayan su valor. Y sugieren la necesidad de establecer una recta jerarquía de valores. Hay que valorar lo que realmente vale.


LA ESCUCHA Y LA ACCIÓN

Todo el discurso de las parábolas se cierra con una pregunta que Jesús dirige a sus discípulos: “¿Habéis entendido todo esto?” (Mt 13,51). Como en tantas otras ocasiones, esta pregunta de Jesús nos interpela también a nosotros.

• “¿Habéis entendido todo esto?” Es preciso oír y escuchar atentamente la palabra del Señor. En ella encontramos no tanto la erudición como la sabiduría.

• “¿Habéis entendido todo esto?” No basta con escuchar. Es necesario entender y aceptar el mensaje de salvación que la palabra evangélica contiene para cada uno de nosotros.

• “¿Habéis entendido todo esto?” Y finalmente, es obligado reflexionar sobre el mensaje de Jesucristo para poder anunciarlo con verdad y dar testimonio de él con nuestra vida.

- Señor Jesús, tú sabes bien que muchas veces hemos preferido los bienes de este mundo antes que el bien de salvación que tú nos has presentado. Reconocemos que esa elección ha sido equivocada. Concédenos la sabiduría necesaria para descubrir el valor del reino de los cielos y para preferirlo de verdad a todos nuestros proyectos e intereses. Amén.

José-Román Flecha Andrés

viernes, 24 de julio de 2020

RESULTADO DE LOS CABILDOS CELEBRADOS EN EL DÍA DE AYER

Tras los cabildos celebrados en el día de ayer podemos informar que :

1. Se han aprobado la Memoria anual y la gestión económica de este curso 2019-2020.

2. Se ha aprobado igualmente la propuesta de venta de nuestro paso procesional actual presentada en Cabildo General Extraordinario.


Aprovechamos la ocasión para agradecer la alta participación de hermanos, teniendo en cuenta las fechas en la que nos encontramos y que muchos estén incluso de vacaciones.

Agradecer igualmente a la Hermandad del Transporte su fraternal acogida y todas las facilidades que nos han dado para celebrar estos dos Cabildos.


domingo, 19 de julio de 2020

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 16º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A – (19-7-2020)

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 24-43


“En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente:

- «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo:

"Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?"

Él les dijo:

"Un enemigo lo ha hecho."

Los criados le preguntaron:

"¿Quieres que vayamos a recogerla?

Pero él les respondió:

"No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo, dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: «Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.»

Les propuso esta otra parábola:

- «El reino de los cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en sus ramas.»

Les dijo otra parábola:

El reino de los cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo fermente.»

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del profeta:

«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.»

Luego dejó a la gente y se fue a casa. Los discípulos se le acercaron a decirle:

- «Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.»

Él les contestó:

- «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del Maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores los ángeles.

Lo mismo que se arranca la cizaña y se quema, así será al fin del tiempo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y arrancarán de su reino a todos los corruptores y malvados y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes. Entonces los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga».”



TRIGO Y CIZAÑA

“Tú, poderoso soberano, juzgas con moderación y nos gobiernas con gran indulgencia, porque puedes hacer cuanto quieres” (Sab 12,18). La historia y nuestra propia experiencia nos dicen que los poderosos no siempre son clementes. Muchos de los que prometen hacer justicia, terminan ajusticiando a los demás.

Pero este texto del libro de la Sabiduría que se lee en este domingo 16º del Tiempo Ordinario nos recuerda que el poder de Dios se manifiesta precisamente en su misericordia. Obrando así nos ofrece la esperanza de ser perdonados y, al mismo tiempo, nos enseña que el justo debe ser humano.

Eso es lo que proclamamos en el salmo responsorial: “Tú, Señor, eres bueno y clemente” (Sal 85). Como escribe san Pablo, “el Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos pedir lo que nos conviene” (Rom 8,26).


EL SEMBRADOR Y SU ENEMIGO

De nuevo, el evangelio que hoy se proclama refleja el ámbito agrícola con un mensaje sobre la siembra y la cosecha (Mt 13,24-43). Y de nuevo el texto pone en boca de Jesús una parábola y le atribuye después una alegoría.

• La parábola refleja la paciencia de Dios. Él es el sembrador de la buena semilla. Trabaja a plena luz del día y permanece cerca del campo, acompañado por sus operarios que se muestran responsables y preocupados por la sementera. Pero se menciona también a un enemigo que actúa en la oscuridad, siembra una mala semilla y desaparece. A la prisa de los empleados por arrancar la cizaña, la parábola contrapone la gran paciencia del dueño.

• La explicación de Jesús se expresa en forma de alegoría. Los protagonistas son el Hijo del hombre que siembra buen trigo y el diablo que siembra cizaña. También las semillas tienen un significado. El trigo son los ciudadanos del Reino, mientras que la cizaña representa a los partidarios del Maligno. La alegoría anuncia que la cizaña será echada al fuego, suerte que espera a todos los malvados, que han nacido de la semilla sembrada por el Maligno.


LOS JUSTOS Y EL REINO

Llama la atención ver que la alegoría no se refiere al trigo, sino que pasa inmediatamente a mencionar a los que el trigo representa, que son los que han nacido de la semilla sembrada por el mismo Señor. ¿Y cuál es su suerte?

• “Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre”. En primer lugar, es una alegría ver que los que han nacido de la iniciativa y de la semilla sembrada por el Hijo del hombre son calificados como “justos”.

• “Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre”. En segundo lugar, se evoca el hecho de que la buena semilla fue sembrada a pleno día. Y se anuncia para los justos un futuro de luz semejante a la del sol.

• “Los justos brillarán como el sol en el reino de su Padre”. En tercer lugar, recordamos que la buena semilla son “los ciudadanos del reino”. No es extraño que su destino y la plenitud de su vocación se sitúe precisamente en el reino de su Padre.

- Señor Jesús, tú conoces la confusión del mundo en el que vivimos. Te agradecemos la presencia de los buenos sembradores, te rogamos que nos libres de la cizaña que siembra el Maligno y que nos ayudes a dar el fruto bueno que pacientemente esperas de nosotros.

José-Román Flecha Andrés.
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lunes, 13 de julio de 2020

CITACIÓN PARA CABILDO DE CIERRE DE CURSO Y CABILDO EXTRAORDINARIO

Estimado Hermano:

De orden del Señor Hermano Mayor, tengo el honor de convocarte al CABILDO GENERAL DE CIERRE DE CURSO Y CUENTAS que celebrará nuestra Hermandad el próximo Jueves 23 de julio del año de nuestro Señor de 2020 a las 20:45 horas en primera convocatoria y a las 21:15 horas en segunda y última,con arreglo al siguiente Orden del día:


1º Lectura y aprobación del acta del anterior Cabildo General Ordinario celebrado


2º Memoria de actividades del ejercicio 2019-2020


3º Presentación para su Aprobación de las cuentas del ejercicio 2019-2020


4º Ruegos y preguntas.



A la finalización de este Cabildo celebraremos CABILDO GENERAL EXTRAORDINARIO con un único punto en el Orden del día:


1º Aprobación para la venta del actual paso procesional.

De cara a cumplir la normativa en materia sanitaria, y como quiera que las dependencias de nuestra sede canónica no permiten asegurar la distancia mínima entre personas en un acto como éste, ambos Cabildos Generales tendrán lugar, de forma excepcional, en la CasaHermandad de la Real, Fervorosa, Piadosa y Mercedaria Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Ntro. Padre Jesús del Consuelo en el Desprecio de Herodes, Madre de Dios de la Misericordia, y San Cristóbal Mártir- Hermandad del Transporte- sita en el número 34 de la calle Merced de nuestra ciudad. Lo que comunico a los efectos de citación, recordándole que todos los hermanos mayores de 18 años, con al menos de un año de antigüedad en la Hermandad y que hayan realizado la Recepción Canónica tienen el derecho y el deber de asistir a los Cabildos Generales. 

Se despide su afectísimo en la Cruz y en la Soledad de Loreto.




Vº Bº HERMANO MAYOR                                        EL SECRETARIO

Fdo. Eusebio Castañeda Sánchez                                 Carlos Amarillo Andrades





viernes, 10 de julio de 2020

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 15º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A – (12-7-2020)

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-23 (lectura breve 13, 1-9)


“Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

- «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta.

El que tenga oídos que oiga.»

Se le acercaron los discípulos y le preguntaron:

- «¿Por qué les hablas en parábolas?»

Él les contestó:

- «A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del reino de los cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: "Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure."

¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron. Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador:

Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino.

Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe.

Lo sembrado en zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ese dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.”



EL SEMBRADOR

“Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad y cumplirá mi encargo” (Is 55,10-11).

Al principio de este capítulo se invitaba a recibir la palabra de Dios, presentada con las imágenes del trigo, el vino y la leche. Todos los demás alimentos no podían satisfacer al hombre (Is 55,1-2). Ahora la palabra de Dios se presenta con la imagen de la lluvia que fecunda los campos. Así que el alimento y la fecundidad son los grandes dones de Dios.

Como el labrador espera una buena cosecha, “también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo” (Rom 8,23).


LA PARÁBOLA

El evangelio que se proclama en este domingo 15º del tiempo ordinario nos ofrece el conocido mensaje sobre el sembrador y la semilla (Mt 13,1-23). La primera parte se presenta como una parábola que refleja la decisión de Dios. El sembrador sale al campo y arroja la semilla. Dios no es tacaño en la sementera. Esparce su semilla con generosidad.

Las aves del cielo, las piedras y los abrojos representan serios inconvenientes para que la semilla produzca fruto. Estos obstáculos no pueden ser ignorados, pero no constituyen toda la realidad de los campos. Y, sobre todo, no pueden frustrar las intenciones del sembrador. Siempre hay una porción de buena tierra que acoge la semilla y la ayuda a germinar.

A pesar de todas las dificultades, el sembrador desea que su palabra produzca un fruto abundante. Nada puede hacer fracasar sus proyectos y esperanzas. El ejemplo de Dios no puede quedar en el olvido. Como él, también nosotros “sembremos en los hombres el ejemplo de obras sinceramente buenas”, como dice san Bernardo.


LA ALEGORÍA

La segunda parte del texto evangélico se nos presenta como una alegoría que refleja las actitudes de los hombres que reciben la palabra de Dios.

• Algunos escuchan la palabra del reino, pero no la entienden. Viene el maligno y roba lo sembrado en su corazón. Les falta formación.

• Otros escuchan la palabra y la acogen con alegría en su corazón. Pero son inconstantes ante la dificultad o la persecución. Les falta perseverancia.

• Otros escuchan la palabra pero permiten que la ahoguen los afanes de la vida y la seducción de las riquezas. Les falta austeridad.

• Otros escuchan la palabra, la acogen, la meditan, la difunden, dan un testimonio vivo de lo que ha producido en su vida. Solo les falta agradecer a Dios esos mismos dones.

- Señor Jesús, tú has proclamado dichosos los ojos de los que te vieron y los oídos de los que te escucharon. Abre tú nuestros sentidos para que seamos conscientes del valor de tu palabra y demos el fruto que el Padre espera de nosotros. Amén.

José-Román Flecha Andrés.
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sábado, 4 de julio de 2020

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 14º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO A – (5-7-2020)

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30


“En aquel tiempo, exclamó Jesús:

- «Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor.

Todo me lo, ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».”



MANSO Y HUMILDE

“Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso, modesto y cabalgando en un asno” (Zac 9,9). La modestia y humildad del futuro rey que anuncia el oráculo del Señor es evidente. Su asno se contrapone a los carros de Efraim, a los caballos de Jerusalén y a los arcos de los guerreros.

A la modestia del rey prometido se opone la soberbia y la violencia de los impostores. Los dictadores del pasado y del presente suelen imponer la paz de los cementerios. Según el profeta, ese rey del futuro dictará la paz a las naciones. Una paz basada en la justicia que respeta la vida, no en las armas que siembran la muerte.

Pero ese contraste no es solo político y social. No se da solo en nuestro ambiente: se reproduce también en nuestras opciones personales. Así que, escuchando el mensaje de San Pablo, tratamos de vivir según el Espíritu, para dar muerte a las obras de la carne (Rom 8,13).


TRES INVITACIONES

La primera parte del evangelio contiene una oración de Jesús que recuerda el cántico de María. Jesús da gracias al Padre. Reconoce que él se complace en los humildes y pequeños. Y confiesa su íntima vinculación con el Padre celestial (Mt 11,25-30).

En la segunda parte del texto hay una exhortación de Jesús a los discípulos y una invitación a los que admiramos sus gestos y sus palabras. Esta exhortación-invitación se expresa en tres verbos en imperativo: venid, cargad y aprended. Pero las acciones a las que se invita al discípulo incluyen también una promesa por parte de Jesús.

• “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviare”. La vida cristiana nace de esa invitación del que nos conoce y sabe de nuestra insatisfacción. Pero el cristiano sabe que su decisión de acercarse a Jesús no quedará defraudada. El Señor es alivio para nuestra fatiga. Es consuelo para nuestro desaliento. Es plenitud para nuestra carencia.

• “Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso”. Llevar el yugo es sentirse vinculados a él en la misma tarea. Esa solidaridad en la misión resume la actitud y el contenido mismo de la lección que el discípulo ha de aprender. Una lección de humildad que es prenda y garantía de descanso.


DOS REVELACIONES

Además, no podemos olvidar que el evangelio de hoy contiene dos revelaciones igualmente importantes. Jesús se muestra como el puente entre el Padre y los hombres.

• “Todo me lo ha entregado mi Padre”. La primera revelación tiene una orientación vertical. Cierra la oración de Jesús y nos muestra la razón de su confianza. En su unión con el Padre comparte con Él el mismo plan de salvación. Conoce el corazón amoroso del Padre y asume la misión de descubrirlo a los hombres.

• “Mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. La segunda revelación nos abre a la dimensión horizontal de la misión de Jesús. Cierra la invitación que dirige a sus discípulos. Él no trata de oprimirlos. Quien sigue a Jesús no puede ignorar que se une a él en la misma tarea. Pero ha de saber que el Maestro no le impone una carga imposible de llevar.

- Señor Jesús, enséñanos a orar como orabas tú. Agradecemos sinceramente que comprendas nuestro cansancio y nos ofrezcas tu alivio. Tu vos nos llevas a acompañarte por el camino, sabiendo que encontraremos en ti el descanso que esperamos. Amén.

José-Román Flecha Andrés
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