- Cada hermano nazareno se dirigirá desde su domicilio a la Parroquia de San Pedro por el camino más corto, con el capirote colocado, sin hablar ni gesticular con nadie, preferiblemente andando (no obstante, si necesita hacer el desplazamiento en coche, se ruega la máxima discreción) debiendo llegar a nuestra sede entre las 16:45 y las 17:00 horas del Viernes Santo. Para la correcta organización de la Cofradía, se ruega a todos los hermanos cumplan escrupulosamente el horario fijado de llegada para no provocar retrasos en la misma.
-Una vez en la Parroquia, hará su entrada por C/ Antona de Dios, nº 2, donde entregará su papeleta de sitio en la mesa de control situada al efecto. A continuación, pasará a la antesacristía donde unos hermanos revisarán su atuendo y le colocarán debidamente la cola de la túnica, pudiendo despojarse del capirote si lo considera necesario. En este momento, todo cofrade que necesite recibir el sacramento de la confesión podrá solicitarlo, atendiéndole el señor Párroco. Posteriormente, accederá a la Iglesia y aguardará a que los diputados encargados de la organización de la Cofradía le coloquen en su sitio correspondiente. Una vez allí, guardará silencio y participará devotamente del rezo del Vía Crucis. Terminado este ejercicio, nuestro Director Espiritual dirigirá una reflexión sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo y los Dolores de su Santísima Madre, Nuestra Señora de Loreto en su Soledad. Rogamos esté atento a la misma preparando su espíritu adecuadamente para que la estación de penitencia dé los frutos apetecidos tanto a nivel particular como colectivo. A continuación, se procederá al reparto de cirios y el cortejo esperará, ya con los capirotes puestos, el momento de la salida procesional.
-Una vez en la calle, el hermano nazareno guardará absoluto silencio, no gesticulará, mantendrá siempre la vista al frente, adoptando una actitud de recogimiento interior y estará atento a las indicaciones de los diputados, a los cuales podrá dirigirse ante cualquier problema o indisposición. El cirio no se subirá a la cadera hasta que no lo haga el hermano que le preceda, de modo que se vayan subiendo de manera escalonada desde la cruz de guía hasta el paso. En cada parada, el cirio se bajará de igual modo al suelo cuando lo haya hecho el nazareno de delante. Cada cofrade guardará con el hermano que le anteceda una distancia aproximada de 1,5 metros, avanzando el cortejo siempre por el centro de las calles por lo que no debe aproximarse a las aceras (salvo lógicamente cuando la estrechez de la calle lo requiera).
-Al llegar la Cofradía a la Catedral, se bajará el cirio y se portará suspendido todo el tiempo de manera vertical al suelo. Se ruega a todos los hermanos aprovechen esos minutos para aumentar su recogimiento y participar de la oración que dirija el representante del Cabildo catedralicio, guardando en todo momento la compostura exigida en el primer Templo de nuestra Diócesis, y siendo conscientes de que la finalidad de la estación de penitencia es ir en oración a la Santa Iglesia Catedral y volver.
-De regreso a San Pedro, y pese al lógico cansancio, se mantendrá el mismo orden y seriedad que en el itinerario de ida. Una vez en el interior de nuestra Iglesia, los nazarenos permanecerán en silencio, con los capirotes puestos y manteniéndose en dos filas hasta que entre el paso de la Santísima Virgen. En ese momento, y una vez cerradas las puertas, podrán prescindir del antifaz. Seguidamente, nuestro Director Espiritual dirigirá una oración final e impartirá la bendición a todos los participantes. Cada hermano se dirigirá entonces a su domicilio nuevamente por el camino más corto, con el capirote colocado y sin hablar con nadie.
CONSIDERACIONES SOBRE LA TÚNICA NAZARENA
La túnica es un hábito sagrado, por lo que desde el momento en que se revista con ella debe preparar su espíritu para el acto penitencial que se dispone a realizar y adoptar una actitud que incite a la oración y al recogimiento.
El nazareno de la Santa Cruz en el Monte Calvario y Nuestra Señora de Loreto en su Soledad vestirá túnica de cola y antifaz de sarga de color morado, proporcionada por el taller de costura de la propia Hermandad.
Ceñirá a la cintura cíngulo de algodón blanco, fijado sobre el costado derecho, con tres nudos en los extremos.
Una vez revestido, colocará la cola de la túnica recogida sobre uno de los brazos. Al llegar a nuestra Iglesia miembros de la Dirección de Cofradía, en función del sitio que ocupe, le colocarán adecuadamente la cola sobre el brazo que corresponda.
Calzará sandalias de cuero color avellana sin calcetines.
Para conservar el anonimato, no usará distintivos personales como pulseras, relojes o anillos (salvo la alianza matrimonial).
Los pantalones se recogerán por debajo de las rodillas de modo que en ningún caso asomen por debajo de la túnica. Para mantener la uniformidad de todo el cortejo, se recomienda usar debajo de la túnica camisa blanca, admitiéndose el uso de gemelos de color morado.
La imagen que ofrezca nuestra Hermandad dependerá proporcionalmente de la apariencia de cada uno de sus nazarenos. Por tanto, es obligación de cada uno de ellos vestir la túnica con la dignidad y el decoro necesarios, manteniendo la compostura propia del acto que se realiza y cuidando todos los detalles de su atuendo (limpieza, planchado, ajuste de la prenda, capirote, etc.).
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