viernes, 31 de mayo de 2019

EL EVANGELIO DEL DOMINGO : SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR – CICLO C – (2-6-2019)

LUCAS 24, 46-53.

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de los alto». Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.”


Celebramos hoy el domingo de la Ascensión del Señor, podríamos preguntarnos ¿cuáles debieron ser las emociones que vivieron los discípulos al quedarse solos? Seguro que para ellos fueron momentos de tristeza e incertidumbre y quizá un poco de angustia. Tristeza porque el amigo se va, ese Jesús con el que habían recorrido los caminos de Palestina, al que habían escuchado su mensaje y visto sus gestos hacia las personas, con el que habían pasado buenos momentos: la boda en Caná, las visitas a su amigo Lázaro, pero también malos: el rechazo en algunos pueblos, la expulsión de los vendedores del Templo, los momentos de la cruz… eran muchas cosas vividas juntos. Un poco de angustia porque había que caminar quizá sólo con su recuerdo, sin acabar de entenderlo todo, y con muchas promesas de Jesús que no sabían bien en qué se concretarían.

La valentía, la creatividad y la hermandad son las nuevas características de los seguidores de Jesús. El riesgo es constante porque tendrán que abrir una brecha en el centro del judaísmo y prolongar su testimonio en medio de todas las gentes y culturas. Cada situación nueva estimulará su ingenio creativo, porque su convencimiento es pleno y la asistencia del espíritu es generosa. La fidelidad al mensaje les exigió adaptarlo a las nuevas situaciones. Primero transmitían el mensaje de boca en boca, después, de la transmisión oral se pasó a la escrita y aparecen los evangelios, las primeras cartas de Pablo a las comunidades que iba creando. La comunidad de creyentes se irá formando, creciendo, constituyéndose en Iglesia de Dios, fundamentada en la fe y en la palabra, en medio de dificultades, pero alentada por la presencia continua del Espíritu y de ese Jesús al que hoy ven partir.

En este tiempo de misión de la Iglesia, la presencia del Señor preside y acompaña a la comunidad de los suyos. Nos acompaña cada vez que nos juntamos a celebrar la fracción del pan los fines de semana. Cada vez que participamos en la Eucaristía, es como si Él quisiera recordarnos que está a nuestro lado, que quiere compartir lo que somos y lo que tenemos. Otra presencia nos transmite también la cercanía del Señor: la de las personas que nos necesitan. Para descubrir en ellos su rostro necesitamos mucha fe, mucho amor, y además tener un corazón abierto por los sentimientos de solidaridad hacia ellos.

Le pedimos al Señor que nos dé un corazón de carne que nos haga amar y sentirnos cercanos a todos aquellos que nos necesitan.

D. Antonio Pariente, párroco de la Parroquia de San Blas de Cáceres.
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sábado, 25 de mayo de 2019

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 6º DE PASCUA – CICLO C – (26-5-2019)

JUAN 14, 23-29.

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy: no os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: Me voy y vuelvo a vuestro lado. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo».”


La lectura primera del libro de los Hechos de los Apóstoles, nos recuerda el tema del que hablábamos el domingo pasado, las dificultades de la primera Iglesia, de los primeros que siguieron a Jesús por la predicación de los apóstoles. El tema no era menor, sino todo lo contrario, era difícil, se trataba, como dijimos, de dilucidar si a los cristianos nuevos de fuera de los límites de Palestina, se les debían exigir las leyes de los judíos. El problema suscitó un verdadero enfrentamiento entre los mismos apóstoles, pues algunos estaban por la opinión de imponer las leyes judaicas, mientras que otros, entre los que destacaban Pablo y Bernabé, es decir, los que más habían logrado extender la doctrina de Jesús, veían claro lo contrario. La discusión provoca que se reúna, el que se puede conocer como el primer Concilio de la Historia de la Iglesia, el Concilio de Jerusalén. La reunión de los apóstoles resuelve a favor de las tesis de Pablo y Bernabé y es ahí donde la Iglesia romperá definitivamente con el judaísmo. La leyes de los judíos son para los judíos, el mensaje de Jesús es tan novedoso, es tan distinto a todo lo anterior, que tiene poco que ver con lo anterior, el mensaje de Jesús trae una novedad irrenunciable en cuanto a las relaciones de Dios con los hombres, en cuanto a las relaciones de los creyentes entre sí, y en cuanto a la idea de salvación.

Después de haber conocido a Jesús, Dios ha pasado a ser Padre y se relaciona con nosotros como sus hijos y desea que nosotros lo llamemos “Padre nuestro”, como así hacemos a diario, quizá sin darnos cuenta cada vez que rezamos el Padre nuestro. Jesús nos manifiesta el rostro amable de Dios, el Dios de la ternura, del perdón y de la acogida. Ante este Dios, aunque yo me ponga de rodillas para reconocer su grandeza y su dignidad, se puede permanecer de pie porque ha restablecido al ser humano su dignidad. Su mandamiento fundamental será el mandamiento del amor. Y todo esto, es verdaderamente novedoso, todo esto no aparece para nada en la doctrina del judaísmo tradicional.

El pasaje de San Juan que se nos ha propuesto en el evangelio para hoy pertenece al discurso de despedida en la última cena. El amor a Jesús produce en nosotros la comunión con Él y con el Padre, ese amor se manifestará en que guardemos su palabra. Cuando Jesús dice esto se encuentra con sus discípulos, Él está al lado de ellos, por eso les anuncia una nueva presencia para cuando se vaya, la venida del Espíritu. El mensaje de las escrituras en este sexto domingo de Pascua es muy importante, debemos estar alegres porque Jesús vuelve al sitio donde tiene que estar, al lado del Padre, una vez cumplida su misión, ese el lugar que le corresponde; pero a su vez no quiere dejarnos solos y nos promete la venida del Espíritu, el evangelio quiere motivar nuestra fe para que sigamos creyendo, y quiere mantenernos a la espera del Espíritu Santo que está por venir, el espíritu que nos trasmita esos dones tan necesarios para ser más auténticos y más comprometidos.

Ese Espíritu será el que nos lo enseñe todo, el que logre transformarnos definitivamente. Lo mismo que a los apóstoles los lanzó a anunciar sin miedos el mensaje del maestro, a nosotros deberá transformarnos interiormente para darnos la confianza y la autoestima suficiente, como para hacer realidad lo que celebramos y vivimos cada domingo. Por eso seguimos a la espera del día de Pentecostés, en el que ese Espíritu llegue sobre nosotros, como llegó sobre los apóstoles.

Pedimos por todos nosotros, por los que estamos aquí, pedimos por los más necesitados, por los que están solos, por los enfermos, especialmente por los que conocemos, por todos los que necesitan de nuestra presencia y nosotros les damos de lado.

D. Antonio Pariente, párroco de la Parroquia de San Blas de Cáceres.
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viernes, 17 de mayo de 2019

ELEVANGELIO DEL DOMINGO: 5º DE PASCUA – CICLO C – (19-5-2019)

JUAN 13, 31-33a. 34-35.

“En aquel tiempo, cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros».”


Estamos escuchando en las primeras lecturas de estos domingos de Pascua, el libro de los Hechos de los Apóstoles, libro escrito por el evangelista San Lucas, que nos narra el nacimiento de la primera Iglesia y de aquí la importancia del mismo, la historia de los primeros que se atrevieron a seguir a Jesús, los primeros éxitos y las primeras dificultades que hay que ir superando. Una de esas primeras dificultades, incluso podemos decir la primera crisis seria de la Iglesia naciente, fue que algunos judíos representados por unos cuantos apóstoles pensaban que la salvación de Jesús solo había sido para ellos, y que los gentiles (es decir los que no eran judíos) no es que no pudieran ser admitidos a la nueva Iglesia, sino que para serlo tenían que aceptar las normas y leyes de los judíos muchas de las cuales están en el Antiguo Testamento.

Frente a esta opinión apareció la figura de San Pablo y otro grupo de apóstoles, menos que los de la primera opinión, que desde el principio vieron claro que la salvación de Jesús no es exclusiva de ningún pueblo, sino que es universal, todos tienen cabida en ella, con tal de que quieran aceptarla, rompiendo con la idea de que el cristianismo tenía que estar ligado al judaísmo. De ahí que en la lectura que hoy hemos escuchado tanto Pablo como Bernabé manifiesten su alegría, al volver de su viaje misionero, por tierras de Turquía y de Grecia, y de observar como la gente se iba agregando a la gran familia de Jesús. Son los primeros pasos de la Iglesia, animada por el Espíritu de Jesús que actuaba en los apóstoles. Ese Espíritu que los transformó, y los lanzó por encima de los peligros, y las divisiones, ese Espíritu que nosotros, cristianos del siglo XXI continuadores de aquellos primeros creyentes, estamos esperando, ese Espíritu que cuando venga sobre nosotros el día de Pentecostés deberá transformarnos, no para eliminar las dificultades, que han existido, existen y existirán, y que cada vez puede que sean más, no vendrá para librarnos de los problemas sino para vencer nuestros miedos y temores, que suelen ser muchos y que son los que nos impiden enfrentarnos a esas dificultades.

El Evangelio de hoy, vuelve sobre el tema del amor. Las cosas que recibimos sin ganarlas con nuestro esfuerzo, nos resultan difíciles de valorar. Y esto quizá nos pase con el amor de Dios: lo hemos recibido gratis, y por eso no nos paramos a pensar lo que eso significa, y lo que lleva consigo, es decir, como tengo yo que responder a ese amor de Dios. Por eso Jesús cuando dice algo relacionado con esto, siempre lo hace con pocas palabras y yendo directamente a lo esencial. Jesús nunca regateó esfuerzos y explicaciones a quien las necesitase cuando iba con buena intención. Pero se le ve la tendencia a decir lo esencial en muy pocas palabras. En esos momentos no sugiere, ni opina, simplemente manda. Manda porque sabe que será la única manera de quedarse en nuestras conciencias. Manda porque nos conoce debiluchos en muchos aspectos. Manda porque sabe que podríamos darle vueltas al asunto para salir por otro lado. Manda sobre el que es el sentimiento más ingobernable del ser humano, que es el amor. Y nos manda que nos amemos unos a otros como Él nos amo.

Puestos a mandar, hay que reconocer, que es mucho mandamiento este. A partir de ahora ya no hay escapatoria, nos ha dejado bien la claro que quiere de nosotros. Y además asocia este mandamiento, a una señal. Seremos señal de hijos de Dios, en la medida en que cumplamos este mandamiento. Y no tenemos que darle más vueltas. Después de escuchar esto, confirmamos lo que decíamos antes, necesitamos ese Espíritu que nos convenza de que esto es verdad, necesitamos ese Espíritu que haga que dejemos de lado nuestras reservas mentales, y nos lancemos a practicar el que es el mandamiento fundamental de Jesús: el amarnos los unos a los otros.

Se lo pedimos al Señor, hoy en especial vamos a pedir por los niños que hacen la primera comunión en este mes de mayo, por ellos y por su padres, para que cada día sean más los que consideren este paso no como el final de algo sino como el comienzo de una nueva etapa, recordamos también a todos los necesitados, los enfermos, los que están solos, los que sufren, los que necesitan de nosotros y nosotros incomprensiblemente les damos de lado.

D. Antonio Pariente, párroco de la Parroquia de San Blas de Cáceres.
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NOTA NECROLÓGICA POR LA MUERTE DE FRAY RICARDO DE CÓRDOBA

Ha muerto Fray Ricardo de Córdoba, un histórico religioso cordobés, muy conocido en el mundo cofrade por su especial vinculación con las hermandades.

Desde la Junta de Gobierno de nuestra Hermandad sentimos en lo más hondo su gran perdida y pedimos una oración por su eterno descanso y que Nuestra Madre interceda ante el Padre para que pueda gozar, lo antes posible, de la divina presencia de Dios Padre.

El sacerdote llevaba casi una semana en la UCI del hospital Reina Sofía de Córdoba, donde había acudido tras sufrir un grave problema cardiaco. Fray Ricardo de Córdoba estaba en coma desde que entró en el centro sanitario cordobés, y ha fallecido hoy viernes. En principio, se está fijando la hora de un funeral que probablemente se oficiará este sábado y que se espera multitudinario.

Fray Ricardo era un sacerdote y fraile capuchino nacido en Córdoba el 1 de octubre de 1946 en la Puerta del Rincón, de nombre civil Ricardo del Olmo López. Ingresó en la Orden Menor de los Franciscanos en el año 1968 realizando sus estudios eclesiásticos en Antequera. Llegó a ser ordenado en Córdoba el 8 de diciembre de 1975 por el obispo José María Cirarda Lachiondo en la iglesia de San Pablo ante la imagen de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos Coronada.

Estuvo destinado en diversos lugares entre ellos en la barriada de Alcolea de Córdoba, en el Convento de Capuchinos de Córdoba llegando a ostentar el cargo de Hermano Guardián. Ha sido pregonero de la Semana Santa de Córdoba y cofrade ejemplar, en los años noventa. Ha publicado una multitud de libros cofrades y colaborado con muchas hermandades de la ciudad.Actualmente realizaba sus labores pastorales en el convento capuchino de nuestra ciudad.


Descanse en Paz.



sábado, 11 de mayo de 2019

LOS ÚLTIMOS GRANDES LOGROS ALCANZADOS EN NUESTRA HERMANDAD

Traemos hoy al blog estas interesantes palabras pronunciadas por nuestro hermano D. Eduardo Velo en la pasada Jornada Lauretana donde se desgranan, de forma cronológica, nuestros principales avances y logros, tanto materiales como espirituales, alcanzados en estos últimos años de historia lauretana.

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El año 2006 marcó una nueva época para nuestra Hermandad de Loreto. Aunque fue en 2003, al cumplirse los cincuenta años de estaciones penitenciales, cuando se volvieron a hacer presente las originarias túnicas de cola de la cofradía, no fue hasta el año 2006 cuando se extendió a todo el cortejo. Desde entonces se ha asentado claramente un estilo de cofradía, seria y penitencial, acorde con el misterio que representamos, con la jornada del Viernes Santo y fiel a nuestra propia historia.

La sorprendente y sumamente elogiada trasformación de nuestro cortejo procesional ha sido uno de los grandes logros de estos últimos años, un punto y seguido en nuestra historia, pero además se ha potenciado en gran medida la vida de Hermandad, las obras sociales, el culto a la Eucaristía, el incremento del patrimonio y su conservación, la comunicación con los hermanos, la formación continuada, los grupos de trabajo, etc.

Volvamos la vista atrás y recordemos los logros más destacados desde aquel 2006. Sin duda alguna uno de ellos fue la creación en octubre del 2005 del taller de costura, que hizo posible aquel cambio crucial y que han ido engrandeciendo a nuestra Hermandad con su constante trabajo y con su ejemplar servicio.

La puesta en marcha en el año 2007 del taller de formación fue un importante logro por cuanto supuso para el conocimiento y la profundización en los principios cristianos. Del año 2008 podríamos destacar por su significado la entrega a los familiares de los hermanos fallecidos en el curso anterior, de la rosa que, desde entonces, porta la Santísima Virgen, a sus pies, en su salida procesional. La fiesta de Nuestra Señora de Loreto de aquel año de 2008 nos trajo una eficaz iniciativa, la AGENDA LAURETANA. Una atractiva apuesta por la información a través de Internet. Una ventana al mundo de la actividad diaria de nuestra Hermandad gracias al tesón y el espíritu de servicio de nuestro hermano Juan Alfredo Calderón que la mantiene viva y atractiva. También en aquel año, recobramos una de las visitas más entrañables y de más calado interior, la del convento de las Reparadoras.

Con respecto al patrimonio fueron unos años también en el que se le buscó un lugar adecuado para el paso, se realizaron vitrinas para nuestro estandarte corporativo y para la cruz de guía, vitrinas que se verían ampliadas con otras tres; una para el manto de salida, otra para los banderines y otra, en la sala capitular para las dalmáticas; además de la sala donde se expone y conserva adecuadamente todo el ajuar de la Virgen. Así como la serie de trabajos de acondicionamientos y reformas que se han llevado a cabo en la Casa de Hermandad para adecuarla a las necesidades actuales. En el 2008 se recibieron los nuevos estatutos definitivamente aprobados y años después el reglamento de régimen interno que regulariza aún más nuestra vida de hermandad ha contado con el refrendo de los hermanos. Nos preocupan nuestros hermanos por eso se realizó aquel año un estudio en profundidad sobre la realidad actual de nuestra Hermandad, llamado informe antifaz con un contenido de más de cincuenta páginas.

En estos años, también, como actuaciones más destacados hemos de mencionar que se han solemnizados en gran medida nuestros cultos, realizando un artístico altar de cultos, se ha vuelto a poner en funcionamiento el bar de la hermandad, se ha formalizado nuestra pertenencia a la Congregación Universal de la Santa Casa, se han puesto al servicio de la comunicación con los hermanos modernos medios aprovechando el avance de las tecnologías y se ha incrementado notablemente el patrimonio. Pero quizás los tres puntos más destacado han sido el florecimiento y pujanza del culto eucarístico, la transformación tan espectacular que se ha visto en la estación Penitencial de cada Viernes Santo y sobre todo el ambiente de fraternidad y de auténtico espíritu de Hermandad que hemos podido conseguir entre todos.

En 2009 logramos culminar el bordado de la bandera de San Pedro y en 2010, el 27 de febrero, se procedió a bendecir por nuestro Director Espiritual el nuevo conjunto de saya y manto de salida para la Santísima Virgen, bordado por David Calleja y, como logro a destacar en este año, es digno de mención, la recuperación de las siempre gratas y fraternales peregrinaciones marianas.

En 2011 importante estreno supuso la confección, en el taller de costura de la hermandad, de seis dalmáticas para el cuerpo de acólitos bordadas también por David Calleja y se realizaron unos nuevos faldones para el paso, En la festividad de la Inmaculada de aquel año se presentó la Bolsa de Caridad “Padre Anselmo Andrades”, importante logro que encauza toda la acción social de la Hermandad. Por otro lado también es de destacar que se empezó a celebrar desde entonces la festividad de la Sagrada Familia con la entrega de la distinción “Familia lauretana”.

El estreno más destacado de 2012 fueron los ricos paños de bocinas bordados por David Calleja.

En 2013 se produce uno de los más anhelados logros, el 30 de Octubre, celebramos Cabildo General de Apertura de Curso y seguidamente Cabildo General Extraordinario donde se aprobó la realización de un nuevo paso procesional y la venta del actual y que contó con la presentación a los hermanos del boceto realizado por el prestigioso diseñador Javier Sánchez de los Reyes. Uno de los proyecto más importantes que tiene actualmente la corporación, que vemos con ilusión como se va haciendo realidad y para cuyo objetivo se han organizado, con éxito, una serie de eventos, principalmente zambombas, que han contado con una masiva respuesta tanto de hermanos como de público en general.

En 2014 como novedad se montó, por primera vez, un altar en la festividad del Corpus Christi, en la plaza de la Asunción con la Virgen de Loreto de gloria que se venera en la Base Aérea de Tablada (Sevilla). Altares que han ido ganando en prestancia hasta tal punto que desde que entra concurso hemos sido galardonados, por dos años consecutivos, con el primer premio. Otro hito histórico fue la restauración a la que fue sometida Nuestra Señora de Loreto entre los meses de junio y septiembre, el regreso al culto tras su restauración fue un los momentos más inolvidable de los últimos tiempos.

Un logro que veníamos deseando desde hace tiempo era que el coro San Pedro Nolasco, nos acompañaran con sus celestiales voces en la procesión, algo que se consiguió en el año 2015 y que se ha visto culminado de forma sobresaliente con la incorporación en el presente año de 2019 del órgano portátil o Realejo que tanto ha llamado la atención.

De todos los logros alcanzados el que más nos podemos sentir satisfechos es el de haber conseguido un auténtico clima de fraternidad entre los hermanos, algo que se ha podido comprobar en cuantos actos de convivencia hemos organizado y en aquellos que guiados por la nobleza del corazón se han acercado de nuevo, o por primera vez, a nuestra sede para compartir juntos ilusiones, proyectos y realidades.

Para nuestra corporación todo estos logros son sólo una gota en el ancho mar de su historia, pero en el que, humildemente, y gracias a Nuestro Señor Jesucristo y a Su Bendita Madre, creemos haber sentado algunas de las bases desde las que se proyectará la Hermandad de Loreto de cara al futuro.



NATALICIO LAURETANO

Sirvan estas líneas para enviar nuestras más sinceras y sentidas felicitaciones por el reciente nacimiento de su segundo hijo a nuestro hermano Marco Antonio Velo y a Esperanza Villena,su señora.

Tanto la madre como Eduardo,que así se llamará el recién nacido,se encuentran perfectos de salud,viniendo al mundo este 8 de Mayo y a las 3:40 horas con un peso de 3,750 Kgs .

Madre de Loreto, proteje siempre con tu manto a este y a todos los recién nacidos,en especial a los de tu Cofradía,guarda sus pasos,acompáñalos cada día de su vida y muéstrales tu amor eterno siempre,para sus padres te pedimos les des la sabiduría, paciencia y amor necesarios.

Enhorabuena a los padres y familiares


EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 4º DE PASCUA – CICLO C – (12-5-2019)

JUAN 10, 27-30.

“En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».”


La liturgia de la Iglesia celebra siempre en el cuarto domingo de Pascua el “domingo del Buen Pastor”, el domingo en que la Eucaristía recoge el evangelio que contiene la imagen alegórica del Pastor y las ovejas para expresar la relación de guía de Jesús con la Iglesia. En el contexto de la celebración de la Pascua, impresionados todavía por la buena noticia de la resurrección, la Iglesia nos recuerda que sigue en pos de ese Jesús resucitado y que es Él, quien la ha conducido a lo largo de la de la historia hacia el encuentro con el Padre, la sigue conduciendo ahora y lo hará siempre.

La figura del pastor pertenece al ambiente rural en el que Jesús se movía, y procede ya del Antiguo Testamento donde tanto el rey de Israel como el mismo Dios se aplican esta imagen para expresar la relación que les une con su pueblo. El pastor, mejor el Buen Pastor conoce a las ovejas, las cuida, las llama por su nombre, se preocupa de ellas, las defiende, atiende a la enferma, en una palabra, quiere a las ovejas. Y las ovejas a su vez conocen al Pastor, lo saben distinguir de los impostores, reconocen su voz y lo siguen. La imagen nos viene muy bien para recrear la relación de Dios con el creyente, la relación de Jesús con los suyos: Dios nos conoce, nos quiere y nos cuida, y nosotros intentamos seguirle, nos esforzamos por reconocer su voz, ante tantas llamadas como hoy se nos hacen desde tantos sitios, y ponemos de nuestra parte lo que podemos para ser fieles a su mensaje. Para escuchar la voz de Jesús hay que estar con Él, hay que sintonizar con Él, hay que vivirlo desde la intimidad de la relación personal, pasando tiempo a su lado sin prisas, sin agobios, y esto no es fácil con el ritmo de vida que llevamos, con nuestro ajetreo diario y con nuestras cosas que nos llevan todo el tiempo.

Hoy se celebra en la Iglesia la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en la que se nos invita a rezar una vez más para que aumenten las vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras. Necesitamos y pedimos para que haya buenos pastores que no piensen sólo en sí, que se consagren al servicio de sus ovejas, que su modelo de referencia sea siempre el Buen Pastor del evangelio. Necesitamos buenos pastores que atiendan con predilección a las ovejas débiles, desvalidas y necesitadas; que hagan propias sus necesidades, sus quejas y sus esperanzas. Necesitamos buenos pastores que cuiden a las ovejas enfermas, orienten a las que se equivocan, pacifiquen a las enfrentadas y atraigan a las descarriadas. Pastores que sepan reconocer sus errores y no tengan miedo en reconocerse pecadores. Necesitamos pastores que hagan presente a Jesús nuestro único y verdadero Buen Pastor. El Papa Francisco, ha demostrado su cercanía a esta imagen de Jesús, y recomienda a los sacerdotes que tienen que oler a oveja, para demostrar su cercanía a las mismas.

Todos sabemos de las dificultades que existen para que la llamada de Dios prenda en el corazón de los jóvenes: el riesgo a comprometerse para siempre, el subjetivismo, la dificultad para aceptar aquellos que lleve consigo renuncia y sacrificio, la falta de modelos auténticos de seguimiento, el poco valor que las familias cristianas conceden a la vocación religiosa, la falta de fe, el desconocimiento verdadero de Dios, hacen como que parezca que Dios se ha olvidado de llamar en estos tiempos, y no es así, Dios sigue llamando, pero no tenemos sintonizada la onda por donde Él habla, escuchamos otras voces, otras llamadas que distorsionan y producen interferencias, en la que es la verdadera sintonía de Dios.

Por eso en este domingo, nosotros después de haber celebrado la resurrección, nos declaramos a la espera de recibir el Espíritu que nos dé la fuerza suficiente como para salir de nosotros mismos y que nos haga ser auténticos testigos suyos.

Le pedimos al Señor que nos ayude a saber esperar esta llegada que debe transformarnos y cambiar nuestras actitudes, lo hacemos especialmente para nosotros los celebramos la presencia de Jesús entre nosotros, y lo hacemos al tiempo que recordamos a todos los enfermos y a todos los que sufren.

D. Antonio Pariente, párroco de la Parroquia de San Blas de Cáceres.
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jueves, 9 de mayo de 2019

ALGUNOS VÍDEOS DE LA PLATAFORMA YOUTUBE DE ESTE VIERNES SANTO





















RETAZOS DE LA JORNADA LAURETANA DE ESTE PASADO SÁBADO

A modo de resumen,las fotos nos muestran en primer lugar a nuestro hermano Eusebio Castañeda dirigiendo una oración inicial y dando la bienvenida tanto a los hermanos presentes como a los cofrades de otras hermandades invitados a dicha jornada.

Tomó la palabra a continuación nuestro hermano Eduardo Velo, llevando a cabo la primera ponencia,consistente en resaltar los logros y evolución de nuestra corporación en el transcurso de los años.

Continuaría nuestro hermano Daniel Castañeda, dándonos a conocer a todos datos referentes a los logros alcanzados en muchas áreas de la Hermandad, económica,cultual,etc

Posteriormente se realizaron dos grupos de trabajo para tratar cuestiones de mejora y puntos débiles en todas las áreas de la Cofradía.

Los cofrades invitados externos al mismo tiempo evaluaron las mismas cuestiones y las pusieron en común con los asistentes a la jornada.

Se terminó todo el acto en sí con la típica comida convivencia y posterior puesta en común de las opiniones y comentarios de ambos grupos de trabajo.

































sábado, 4 de mayo de 2019

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 3º DE PASCUA – CICLO C – (5-5-2019)

JUAN 21, 3-19.

“En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberíades. Simón Pedro dice a Tomás, Natanael, Los Zebedeos y dos más: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de coger». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Después de comer, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?» Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis corderos». Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Él le dice: «Pastorea mis ovejas». Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero». Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras». Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme».”

Una vez más las lecturas de hoy nos remiten a la experiencia del Resucitado que tuvieron los discípulos de Jesús. Sólo desde esa experiencia se pueden explicar algunas de las cosas que hemos escuchado en este tercer domingo de Pascua. “Salieron contentos de haber merecido aquel ultraje”, hemos oído en la lectura de los Hechos, y no pensemos que en aquellos tiempos a la gente les costaba menos que a nosotros ser fieles a lo que creían. Además a los discípulos les habían prohibido formalmente hablar en público de aquel hombre, un condenado que se había hecho pasar por el Hijo de Dios, del que sus discípulos iban diciendo que había resucitado. Pero ellos no se amilanaron, nada de echarse atrás, estaban convencidos de lo que hacían. Esto no es una llamada a hacerse los mártires, sino simplemente a demostrar con más entusiasmo y con mucha humildad, lo que creemos.

Quizá la respuesta la tengamos en el evangelio: nos hace falta tener la decisión de Pedro. Le bastó oír “Es el Señor” para no pensárselo dos veces y lanzarse al agua. Hubiera sido más fácil ir con la barca, estaba cerca de tierra, tomárselo con más calma, pero no, se lanza con toda la decisión del mundo. Y se lanza con la decisión de aquel que ha sentido cerca al Señor, y eso le hace olvidar sus miedos y temores. Quizá aquí esté la clave, nos falta la convicción que nace de la experiencia de haber sentido a Jesús a nuestro lado, nos falta la experiencia de haberlo vivido próximo, cercano, nos falta la experiencia personal, mía, individual, de haber sentido cerca al Señor resucitado. Y me sobra toda la teoría sobre nuestra fe, todo lo que signifique religiosidad heredada, que sólo adquiere sentido cuando va acompañada de la experiencia personal.

Hoy la lecturas nos invitan a profundizar en nuestros descubrimiento de Jesús, es decir que mi fe no sea algo como un añadido a mí, algo que no me interpela, algo que sólo lo utilizo cuando me conviene o cuando me es útil. No, las lecturas nos animan a que mi fe sea algo fundamental en mi vida, sea la que me oriente actuar, y determine mis decisiones.

El evangelio además, nos revela cantidad de detalles aparentemente intrascendentes, pero san Juan es un evangelista que nunca cuenta algo porque sí, siempre hay en él alguna razón que se nos puede escapar si no estamos atentos. La lectura nos ha hablado de una brasas en la playa, unos peces puestos a asar, y de una invitación a almorzar. En esta escena tan poco trascendente, con tan pocas máximas de vida, sin discursos de ningún tipo, nos encontramos con la esencia de Jesús. Sí, porque Jesús es cercanía, amistad, cariño de corazón a corazón, aunque esto lo olvidemos a menudo. ¿Qué los amigos están abatidos? Les da su paz y los llena de esperanza. ¿Qué vienen hambrientos y cansados de trabajar? Prepara unas brasas, asa unos peces y los invita a descansar y comer. Este es el Jesús que nos presenta el cuarto evangelio, un Jesús resucitado, pero que no por eso olvida que sus amigos siguen teniendo corazón y siguen teniendo necesidades.

Este domingo pascual es el día ideal para imaginarnos a Jesús a la orilla del lago, paseando arriba y abajo, esperando a ver si vuelven sus amigos, buscando unas ramas secas, para prepararles algo de comer. Y cuando llegan les dice “Muchachos, vamos a almorzar”. Cuanta sencillez, cuanta simplicidad ¡y cuanta hondura! Nuestra oración hoy al Señor es ¡enséñanos a descubrirte, también, en unas brasas y en unos peces asados!, que es lo mismo que decir que nos enseñe a descubrirlo en las cosas sencillas, o no tan sencillas que hacemos a diario.

De nuevo descubrimos que llevar a la práctica todo esto requiere esfuerzo. Por eso se lo pedimos al Señor, y se lo pedimos de forma especial para todos nosotros, los que estamos aquí en esta mañana celebrando la Eucaristía, y le pedimos sobre todo que el Señor aumente nuestra fe.

Se lo pedimos al tiempo que recordamos especialmente a los más necesitados, los enfermos, los que están solos, los que sufren o los que no tienen a nadie que les quiera.

D. Antonio Pariente, párroco de la Parroquia de San Blas de Cáceres.
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viernes, 3 de mayo de 2019

MENSAJE DE NUESTRO DIRECTOR ESPIRITUAL ANTE LA JORNADA LAURETANA DE MAÑANA SÁBADO

Querida Hdad de la Santa Cruz en el Monte Calvario … y Ntra Sra de Loreto en su Soledad; queridas familias en todos sus miembros: padres, madres, hijos/as, hermanos/as:

Os envío con estas palabras un mensaje de aliento y esperanza… en la medida en que estéis hoy receptivos a recibir la visita del Señor, que siempre se hace presente en el Espíritu Santo “donde dos o más están reunidos en su Nombre”…. Precisamente, para que recordéis que es su Nombre el único Nombre en el cual tenemos salvación –como nos dice San Pedro-. Porque es el Amor el que nos salva. Pero solo el amor que derramado en la Cruz llega a nosotros a través de la Mesa Eucarística compartida en la fe y en la caridad: la Misa:. guiados por la Palabra de Dios, en comunión con el Obispo. Y de la mano de la Virgen María, para nosotros nuestra Sra y Madre de Loreto.

Me dirijo a vosotros, desde mi responsabilidad como Director Espiritual de la Hdad, que he asumido con mucha ilusión y afecto compartido… para que esta vinculación que tenéis con la Iglesia y en la Iglesia… os fortalezca en la fe y en el empeño por seguir creciendo espiritualmente, al mismo tiempo que buscáis caminos nuevos para hacer de la Hdad una familia… una familia creyente, unida, fraterna y fiel .. que sea un testimonio visible en medio de una sociedad sedienta de signos creíbles del Amor de Dios.

Solo 3 palabras: 

► la primera es lo que nos dice el libro de Los Hechos de los Apóstoles: que la gente sacaba a los enfermos .. para que al menos la “sombra” de Pedro cayera sobre alguno… ¡Qué hermoso es darnos cuenta.. de que también nosotros estamos bajo la “sombra” de Pedro.. El Apóstol es nuestro titular y Protector…

► También la Hdad se ha situado, por vocación propia … a la “sombra” de la Cruz … Una sombra alta .. hasta llegar al Cielo … Y ancha hasta abarcar al mundo entero… Una sombra que desde el momento en que al Salvador del mundo, a Jesús… Nuestro Cristo de la Misericordia… pusieron en ese “trono .. de misericordia”…. es fuente de perdón.. y de alegría … de santidad, de vida y comunión. “Porque el Hijo del Hombre tiene que ser levantado … para que todo el que crea en Él tenga vida eterna”.

► Por último… también estamos situados y acogidos .. al “manto” de la Virgen.. Ntra Sra de Loreto.. Ella nos abraza en este mes de Mayo… Junto a la Cruz reza por nosotros … Y desde nuestro corazón .. nos lleva siempre a su Hijo … a nuestro Salvador … Al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo….

Santa María de Loreto, ruega por nosotros. Os imparto de corazón la bendición del Señor: Padre, Hijo y Espíritu Santo… 

José Hachero Alvarez, Pbrº 4 de Mayo

NUESTRA MADRE VESTIDA PARA PASCUA DE RESURRECCIÓN

Fotos de Nuestra Madre en su último cambio de la semana pasada vestida para el tiempo litúrgico de Pascua de Resurrección.

Estrena saya donada por una hermana y confeccionada por otra.Luce dos rosarios regalos de devotos,uno de ellos adquirido en Notre Dame y otro en la capilla donde descansan los restos de Fray Leopoldo.

Luce diadema cedida para la ocasión por nuestro vestidor Jesús Tamayo Martinez.