lunes, 31 de octubre de 2016

LOTERÍA NAVIDAD 2016

Ya están disponibles para todos los hermanos, fieles, devotos y público en general, las participaciones de la Lotería de Navidad que nuestra Hermandad ha preparado para este año 2016. Como podéis ver en la foto, el número con el que este año nos vamos a llevar un buen pellizquito es el 36.523

Toda aquella persona interesada en adquirir participaciones, o bien en colaborar con la hermandad en la venta de las mismas puede ponerse en contacto con nuestro tesorero cualquier viernes por la noche durante los cultos que celebra la hermandad, o mediante la siguiente dirección de correo electrónico:  cucosantacruz@hotmail.com

Algunos pensaréis que es más bonito, otros que más feo que el del año pasado... pero de lo que estamos seguros es de que este año nos toca. ¿Os quedaréis sin vuestra participación?



SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS – CICLO C – (1-11-2016)

Lectura del santo evangelio según san Mateo 5, 1-12a


“En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles:

"Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

“Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados.

“Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra.

“Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

“Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

“Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

“Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios.

“Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

“Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa.

Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo”.”



MAL PROGRAMADOS


Todos experimentamos que la vida está sembrada de problemas y conflictos que en cualquier momento nos pueden hacer sufrir. Pero, a pesar de todo, podemos decir que la «felicidad interior» es uno de los mejores indicadores para saber si una persona está acertando en el difícil arte de vivir. Se podría incluso afirmar que la verdadera felicidad no es sino la vida misma cuando está siendo vivida con acierto y plenitud.

Nuestro problema consiste en que la sociedad actual nos programa para buscar la felicidad por caminos equivocados que casi inevitablemente nos conducirán a vivir de manera desdichada.

Una de las instrucciones erróneas dice así: «Si no tienes éxito, no vales». Para conseguir la aprobación de los demás e, incluso, la propia estima hay que triunfar.

La persona así programada difícilmente será dichosa. Necesitará tener éxito en todas sus pequeñas o grandes empresas. Cuando fracase en algo, sufrirá de manera indebida. Fácilmente crecerá su agresividad contra la sociedad y contra la misma vida.

Esa persona quedará, en gran parte, incapacitada para descubrir que ella vale por sí misma, por lo que es, aun antes de que se le añadan éxitos o logros personales.

La segunda equivocación es ésta: «Si quieres tener éxito, has de valer más que los demás». Hay que ser siempre más que los otros, sobresalir, dominar.

La persona así programada está llamada a sufrir. Vivirá siempre envidiando a los que han logrado más éxito, los que tienen mejor nivel de vida, los de posición más brillante.

En su corazón crecerá fácilmente la insatisfacción, la envidia oculta, el resentimiento. No sabrá disfrutar de lo que es y de lo que tiene. Vivirá siempre mirando de reojo a los demás. Así, difícilmente se puede ser feliz.

Otra consigna equivocada: «Si no respondes a las expectativas, no puedes ser feliz». Has de responder a lo que espera de ti la sociedad, ajustarte a los esquemas. Si no entras por donde van todos, puedes perderte.

La persona así programada se estropea casi inevitablemente. Termina por no conocerse a sí misma ni vivir su propia vida. Sólo busca lo que buscan todos, aunque no sepa exactamente por qué ni para qué.

Las Bienaventuranzas nos invitan a preguntarnos si tenemos la vida bien planteada o no, y nos urgen a eliminar programaciones equivocadas. ¿Qué sucedería en mi vida si yo acertara a vivir con un corazón más sencillo, sin tanto afán de posesión, con más limpieza interior, más atento

a los que sufren, con una confianza grande en un Dios que me ama de manera incondicional? Por ahí va el programa de vida que nos trazan las Bienaventuranzas de Jesús.

José Antonio Pagola

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viernes, 28 de octubre de 2016

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 31º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (30-10-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 19,1-10


“En aquel tiempo, entró Jesús en Jericó y atravesaba la ciudad.

Un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico, trataba de distinguir quién era Jesús, pero la gente se lo impedía, porque era bajo de estatura. Corrió más adelante y se subió a una higuera, para verlo, porque tenía que pasar por allí.

Jesús, al llegar a aquel sitio, levantó los ojos y dijo:

- Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que alojarme en tu casa.

Él bajó enseguida, y lo recibió muy contento.

Al ver esto, todos murmuraban diciendo:

- Ha entrado a hospedarse en casa de un pecador.

Pero Zaqueo se puso en pie, y dijo al Señor:

- Mira, la mitad de mis bienes, Señor, se la doy a los pobres; y si de alguno me he aprovechado, le restituiré cuatro veces más.

Jesús le contestó:

- Hoy ha sido la salvación de esta casa; también éste es hijo de Abrahán.

Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido”.



PARA JESÚS NO HAY CASOS PERDIDOS


Jesús alerta con frecuencia sobre el riesgo de quedar atrapados por la atracción irresistible del dinero. El deseo insaciable de bienestar material puede echar a perder la vida de una persona. No hace falta ser muy rico. Quien vive esclavo del dinero termina encerrado en sí mismo. Los demás no cuentan. Según Jesús, “donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.

Esta visión del peligro deshumanizador del dinero no es un recurso del Profeta indignado de Galilea. Diferentes estudios analizan el poder del dinero como una fuerza ligada a pulsiones profundas de autoprotección, búsqueda de seguridad y miedo a la caducidad de nuestra existencia.

Sin embargo, para Jesús, la atracción del dinero no es una especie de enfermedad incurable. Es posible liberarse de su esclavitud y empezar una vida más sana. El rico no es “un caso perdido”. Es muy esclarecedor el relato de Lucas sobre el encuentro de Jesús con un hombre rico de Jericó.

Al atravesar la ciudad, Jesús se encuentra con una escena curiosa. Un hombre de pequeña estatura ha subido a una higuera para poder verlo de cerca. No es desconocido. Se trata de un rico, poderoso “jefe de recaudadores”. Para la gente de Jericó, un ser despreciable, un recaudador corrupto y sin escrúpulos como casi todos. Para los sectores religiosos, “un pecador” sin conversión posible, excluido de toda salvación.

Sin embargo, Jesús le hace una propuesta sorprendente: “Zaqueo, baja en seguida porque tengo que alojarme en tu casa”. Jesús quiere ser acogido en su casa de pecador, en el mundo de dinero y de poder de este hombre despreciado por todos. Zaqueo bajó en seguida y lo recibió con alegría. No tiene miedo de dejar entrar en su vida al Defensor de los pobres.

Lucas no explica lo que sucedió en aquella casa. Sólo dice que el contacto con Jesús transforma radicalmente al rico Zaqueo. Su compromiso es firme. En adelante pensará en los pobres: compartirá con ellos sus bienes. Recordará también a las víctimas de las que ha abusado: les devolverá con creces lo robado. Jesús ha introducido en su vida justicia y amor solidario.

El relato concluye con unas palabras admirables de Jesús: “Hoy ha entrado la salvación en esta casa. También este es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido”. También los ricos se pueden convertir. Con Jesús todo es posible. No lo

hemos de olvidar nadie. El ha venido para buscar y salvar lo que nosotros podemos estar echando a perder. Para Jesús no hay casos perdidos.

José Antonio Pagola

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miércoles, 26 de octubre de 2016

MAÑANA CABILDO GENERAL DE APERTURA DE CURSO Y REPORTAJE FOTOGRÁFICO

Recuerda que mañana celebraremos CABILDO GENERAL DE APERTURA DE CURSO en nuestra sede canónica de la Parroquia del Apóstol San Pedro, a las 20,45 h. en primera convocatoria y 21,15 h. en segunda y última, con arreglo al siguiente Orden del día:



1. Lectura del acta anterior y su aprobación si procede.

2. Programa de actos y actividades para el curso 2016-2017.

3. Lectura y aprobación del presupuesto económico 2016-2017.

4. Ruegos y preguntas.




Lo que le comunico a los efectos de citación, recordándole que todos los hermanos mayores de 18 de años, con al menos un año de antigüedad en la Hermandad y que hayan realizado la Recepción Canónica tienen el derecho y el deber de asistir a los Cabildos Generales.



+ Posteriormente se proyectará un reportaje fotográfico con instantáneas relativas a los previos de nuestra salida procesional y momentos de la misma en este 2016,de seguro que será de tu agrado y del de todos.



viernes, 21 de octubre de 2016

ESTE JUEVES 27 DE OCTUBRE,CABILDO GENERAL DE APERTURA DE CURSO

Estimado hermano:

De orden del Sr. Hermano Mayor y según establecen nuestros vigentes Estatutos, tengo el honor de convocarle al CABILDO GENERAL DE APERTURA DE CURSO que celebrará nuestra Hermandad el próximo día 27 de octubre, jueves, del presente año, en nuestra sede canónica de la Parroquia del Apóstol San Pedro, a las 20,45 h. en primera convocatoria y 21,15 h. en segunda y última, con arreglo al siguiente Orden del día:



1. Lectura del acta anterior y su aprobación si procede.

2. Programa de actos y actividades para el curso 2016-2017.

3. Lectura y aprobación del presupuesto económico 2016-2017.

4. Ruegos y preguntas.




Lo que le comunico a los efectos de citación, recordándole que todos los hermanos mayores de 18 de años, con al menos un año de antigüedad en la Hermandad y que hayan realizado la Recepción Canónica tienen el derecho y el deber de asistir a los Cabildos Generales.


En la espera que este Cabildo sirva para fomentar nuestro compromiso evangélico, recibe un fraternal abrazo en Cristo:


   D. Vicente Lozano González                                    Dña. Bella Mª Calderón Padilla

   Vº Bº Hermano Mayor                                              Secretaria


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EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 30º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (23-10-2016)

JORNADA MUNDIAL PARA LA EVANGELIZACIÓN DE LOS PUEBLOS


Lectura del santo evangelio según san Lucas 18,9-14


“En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola:

- Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: « ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo».

El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: « ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador».

Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.”




¿QUIÉN SOY YO PARA JUZGAR?


La parábola del fariseo y el publicano suele despertar en no pocos cristianos un rechazo grande hacia el fariseo que se presenta ante Dios arrogante y seguro de sí mismo, y una simpatía espontánea hacia el publicano que reconoce humildemente su pecado. Paradójicamente, el relato puede despertar en nosotros este sentimiento: “Te doy gracias, Dios mío, porque no soy como este fariseo”.

Para escuchar correctamente el mensaje de la parábola, hemos de tener en cuenta que Jesús no la cuenta para criticar a los sectores fariseos, sino para sacudir la conciencia de “algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás”. Entre estos nos encontramos, ciertamente, no pocos católicos de nuestros días.

La oración del fariseo nos revela su actitud interior: “¡Oh Dios! Te doy gracias porque no soy como los demás”. ¿Qué clase de oración es esta de creerse mejor que los demás? Hasta un fariseo, fiel cumplidor de la Ley, puede vivir en una actitud pervertida. Este hombre se siente justo ante Dios y, precisamente por eso, se convierte en juez que desprecia y condena a los que no son como él.

El publicano, por el contrario, solo acierta a decir: “¡Oh Dios! Ten compasión de este pecador”. Este hombre reconoce humildemente su pecado. No se puede gloriar de su vida. Se encomienda a la compasión de Dios. No se compara con nadie. No juzga a los demás. Vive en verdad ante sí mismo y ante Dios.

La parábola es una penetrante crítica que desenmascara una actitud religiosa engañosa, que nos permite vivir ante Dios seguros de nuestra inocencia, mientras condenamos desde nuestra supuesta superioridad moral a todo el que no piensa o actúa como nosotros.

Circunstancias históricas y corrientes triunfalistas alejadas del evangelio nos han hecho a los católicos especialmente proclives a esa tentación. Por eso, hemos de leer la parábola cada uno en actitud autocrítica: ¿Por qué nos creemos mejores que los agnósticos? ¿Por qué nos sentimos más cerca de Dios que los no practicantes? ¿Qué hay en el fondo de ciertas oraciones por la conversión de los pecadores? ¿Qué es reparar los pecados de los demás sin vivir convirtiéndonos a Dios?

Recientemente, ante la pregunta de un periodista, el Papa Francisco hizo esta afirmación: “¿Quién soy yo para juzgar a un gay?”. Sus palabras han sorprendido a casi todos. Al parecer, nadie se esperaba una respuesta tan sencilla y evangélica de un Papa católico. Sin embargo, esa es la actitud de quien vive en verdad ante Dios.

José Antonio Pagola

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viernes, 14 de octubre de 2016

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 29º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (16-0-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18,1-8


“En aquel tiempo, Jesús, para explicar a los discípulos cómo tenían que orar siempre sin desanimarse, les propuso esta parábola:

- Había un juez en una ciudad que ni temía a Dios ni le importaban los hombres.

En la misma ciudad había una viuda que solía ir a decirle: «Hazme justicia frente a mi adversario»; por algún tiempo se negó, pero después se dijo: «Aunque ni temo a Dios ni me importan los hombres, como esa viuda me está fastidiando, le haré justicia, no vaya a acabar pegándome en la cara».

Y el Señor añadió:

- Fijaos en lo que dice el juez injusto; pues Dios ¿no hará justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?, ¿o les dará largas? Os digo que les hará justicia sin tardar. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”.



¿SEGUIMOS CREYENDO EN LA JUSTICIA?


Lucas narra una breve parábola indicándonos que Jesús la contó para explicar a sus discípulos “cómo tenían que orar siempre sin desanimarse”. Este tema es muy querido al evangelista que, en varias ocasiones, repite la misma idea. Como es natural, la parábola ha sido leída casi siempre como una invitación a cuidar la perseverancia de nuestra oración a Dios.

Sin embargo, si observamos el contenido del relato y la conclusión del mismo Jesús, vemos que la clave de la parábola es la sed de justicia. Hasta cuatro veces se repite la expresión “hacer justicia”. Más que modelo de oración, la viuda del relato es ejemplo admirable de lucha por la justicia en medio de una sociedad corrupta que abusa de los más débiles.

El primer personaje de la parábola es un juez que “ni teme a Dios ni le importan los hombres”. Es la encarnación exacta de la corrupción que denuncian repetidamente los profetas: los poderosos no temen la justicia de Dios y no respetan la dignidad ni los derechos de los pobres. No son casos aislados. Los profetas denuncian la corrupción del sistema judicial en Israel y la estructura machista de aquella sociedad patriarcal.

El segundo personaje es una viuda indefensa en medio de una sociedad injusta. Por una parte, vive sufriendo los atropellos de un “adversario” más poderoso que ella. Por otra, es víctima de un juez al que no le importa en absoluto su persona ni su sufrimiento. Así viven millones de mujeres de todos los tiempos en la mayoría de los pueblos.

En la conclusión de la parábola, Jesús no habla de la oración. Antes que nada, pide confianza en la justicia de Dios: “¿No hará Dios justicia a sus elegidos que le gritan día y noche?”. Estos elegidos no son “los miembros de la Iglesia” sino los pobres de todos los pueblos que claman pidiendo justicia. De ellos es el reino de Dios.

Luego, Jesús hace una pregunta que es todo un desafío para sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará esta fe en la tierra?”. No está pensando en la fe como adhesión doctrinal, sino en la fe que alienta la actuación de la viuda, modelo de indignación, resistencia activa y coraje para reclamar justicia a los corruptos.

¿Es esta la fe y la oración de los cristianos satisfechos de las sociedades del bienestar? Seguramente, tiene razón J. B. Metz cuando denuncia que en la espiritualidad cristiana hay demasiados cánticos y pocos gritos de indignación, demasiada complacencia y poca nostalgia de un mundo más humano, demasiado consuelo y poca hambre de justicia.

José Antonio Pagola

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viernes, 7 de octubre de 2016

RECONOCIMIENTO AYER A NUESTRO HERMANO JUAN LUÍS JAEN PACHECO

Fotos del reconocimiento de ayer por parte de la Archicofradía de Madre de Dios del Rosario, Patrona de Capataces y Costaleros,a nuestro hermano Juan Luís Jaén Pacheco.



Nuestro Hno. Mayor con Juan Luis y miembros de la cofradía hermana de la Coronación de Espinas a la cual también él pertenece.


Grupo de cofrades de nuestra hermandad que quisieron arropar a Juan Luis en este merecido y justo reconocimiento.

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EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 28º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (9-10-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,11-19

“Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían:

- Jesús, maestro, ten compasión de nosotros.

Al verlos, les dijo:

- Id a presentaros a los sacerdotes.

Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias.

Éste era un samaritano.

Jesús tomó la palabra y dijo:

- ¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?

Y le dijo:

- Levántate, vete; tu fe te ha salvado.”


CREER SIN AGRADECER


El relato comienza narrando la curación de un grupo de diez leprosos en las cercanías de Samaría. Pero, esta vez, no se detiene Lucas en los detalles de la curación, sino en la reacción de uno de los leprosos al verse curado. El evangelista describe cuidadosamente todos sus pasos, pues quiere sacudir la fe rutinaria de no pocos cristianos.

Jesús ha pedido a los leprosos que se presenten a los sacerdotes para obtener la autorización que los permita integrarse en la sociedad. Pero uno de ellos, de origen samaritano, al ver que está curado, en vez de ir a los sacerdotes, se vuelve para buscar a Jesús. Siente que para él comienza una vida nueva. En adelante, todo será diferente: podrá vivir de manera más digna y dichosa. Sabe a quién se lo debe. Necesita encontrarse con Jesús.

Vuelve “alabando a Dios a grandes gritos”. Sabe que la fuerza salvadora de Jesús solo puede tener su origen en Dios. Ahora siente algo nuevo por ese Padre Bueno del que habla Jesús. No lo olvidará jamás. En adelante vivirá dando gracias a Dios. Lo alabará gritando con todas sus fuerzas. Todos han de saber que se siente amado por él.

Al encontrarse con Jesús, “se echa a sus pies dándole gracias”. Sus compañeros han seguido su camino para encontrarse con los sacerdotes, pero él sabe que Jesús es su único Salvador. Por eso está aquí junto a él dándole gracias. En Jesús ha encontrado el mejor regalo de Dios.

Al concluir el relato, Jesús toma la palabra y hace tres preguntas expresando su sorpresa y tristeza ante lo ocurrido. No están dirigidas al samaritano que tiene a sus pies. Recogen el mensaje que Lucas quiere que se escuche en las comunidades cristianas.

“¿No han quedado limpios los diez?”.¿No se han curado todos? ¿Por qué no reconocen lo que han recibido de Jesús? “Los otros nueve, ¿dónde están?”. ¿Por qué no están allí? ¿Por qué hay tantos cristianos que viven sin dar gracias a Dios casi nunca? ¿Por qué no sienten un agradecimiento especial hacia Jesús? ¿No lo conocen? ¿No significa nada nuevo para ellos?

“¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?”. ¿Por qué hay personas alejadas de la práctica religiosa que sienten verdadera admiración y agradecimiento hacia Jesús, mientras algunos cristianos no sienten nada especial por él? Benedicto XVI advertía hace unos años que un agnóstico en búsqueda puede estar más cerca de Dios que un cristiano rutinario que lo es solo por tradición o herencia. Una fe que no genera en los creyentes alegría y agradecimiento es una fe enferma.

José Antonio Pagola

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martes, 4 de octubre de 2016

RECONOCIMIENTO MERECIDO A NUESTRO HERMANO D. JUAN LUIS JAÉN PACHECO

Pasado mañana jueves tiene lugar, un año más, la anual entrega del galardón 'Trabajadera', galardón que será entregado a nuestro hermano Juan Luis Jaén Pacheco a la finalización del tercer día del triduo que cada tarde se dedica en el templo de la Victoria a Madre De Dios del Rosario, Patrona de los Capataces y Costaleros.El acto será presentado por Antonio de la Rosa Mateos.