martes, 30 de marzo de 2021

ACTOS PARA ESTE VIERNES SANTO

Os informamos de los horarios y actos que realizaremos este Viernes Santo :

-Veneración a la Santísima Virgen de Loreto, con en horario 12-15 h y de 19:30-21h.
El acceso se realizará por la puerta principal de San Pedro, controlando el aforo y mantenimiento todas las medidas sanitarias.

-Vía Crucis sustitutorio a la Estación de Penitencia.
Se realizará entre las 18-19.30h.
Los hermanos que hayan retirado su papeleta de sitio y previamente hayan confirmado su asistencia, tendrán la posibilidad de participar en el mismo.

El acceso se realizará por calle Antona de Dios número 2, entrando los hermanos a 18h.

No es necesario traer la papeleta de sitio físicamente. Dicho acto se realizará a puerta cerrada y está limitado a un aforo máximo.

El rezo del Vía Crucis contará con la presencia del querido coro San Pedro Nolasco.




sábado, 27 de marzo de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: DE RAMOS – CICLO B – (28-2-2021)

 Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 14, 1-15, 47


Conspiración para arrestar y matar a Jesús.

C. Faltaban dos días para la Pascua y los Ázimos. Los sumos sacerdotes y los escribas pretendían prender a Jesús a traición y darle muerte. Pero decían:

O. «No durante las fiestas; podría amotinarse el pueblo».

Una mujer derrama perfume sobre Jesús.

C. Estando Jesús en Betania, en casa de Simón, el leproso, sentado a la mesa, llegó una mujer con un frasco de perfume muy caro, de nardo puro; quebró el frasco y lo derramó en la cabeza de Jesús. Algunos comentaban indignados:

O. «A qué viene este derroche de perfume? Se podía haber vendido por más de trescientos denarios para dárselo a los pobres».

C. Y regañaban a la mujer. Pero Jesús replicó:

+ «Dejadla, ¿por qué la molestáis? Lo que ha hecho conmigo está bien. Porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros y podéis socorrerlos cuando queráis; pero a mí no me tenéis siempre. Ella ha hecho lo que podía: se ha adelantado a embalsamar mi cuerpo para la sepultura. Os aseguro que, en cualquier parte del mundo donde se proclame el Evangelio, se recordará también lo que ha hecho esta».


La traición de Judas Iscariote.

C. Judas Iscariote, uno de los Doce, se presentó a los sumos sacerdotes para entregarles a Jesús. Al oírlo, se alegraron y le prometieron dinero. El andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.


La Cena del Señor.

C. El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos:

D. «Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».

C. El envió a dos discípulos, diciéndoles:

+ «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?”. Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena». C. Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.

C. Al atardecer fue él con los Doce. Estando a la mesa comiendo, dijo Jesús:

+ «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar: uno que está comiendo conmigo».

C. Ellos, consternados, empezaron a preguntarle uno tras otro:

D. «Seré yo?».

C. Respondió:

+ «Uno de los Doce, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; ¡más le valdría no haber nacido!».

C. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo:

+ «Tomad, esto es mi cuerpo».

C. Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo:

+ «Esta es mi sangre. sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».


Jesús anuncia la negación de Pedro.

C. Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:

+ «Todos vais a caer, como está escrito: “Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas”. Pero, cuando resucite, iré antes que vosotros a Galilea».

C. Pedro replicó:

D. «Aunque todos caigan, yo no».

C. Jesús le contestó:

+ «Te aseguro que tú hoy, esta noche, antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres».

C. Pero él insistía:

D. «Aunque tenga que morir contigo, no te negaré».

C. Y los demás decían lo mismo.

Jesús ora en Getsemaní.

C. Fueron a un huerto, que llaman Getsemaní, y dijo a sus discípulos:

+ «Sentaos aquí mientras voy a orar».

C. Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, empezó a sentir terror y angustia. y les dijo:

+ «Me muero de tristeza; quedaos aquí velando».

C. Y, adelantándose un poco, se postró en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de él aquella hora; y dijo:

+ «Abba! (Padre), tú lo puedes todo; aparta de mí este cáliz. Pero no lo que yo quiero, sino lo que tú quieres».

C. Volvió y, al encontrarlos dormidos, dijo a Pedro:

+ «Simón, ¿duermes?; ¿no has podido velar ni una hora? Velad y orad, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil».

C. De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cargados. Y no sabían qué contestarle. Volvió por tercera vez y les dijo:

+ «Ya podéis dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; mirad que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levantaos, vamos! Ya está cerca el que me entrega».


Jesús es arrestado.

C. Todavía estaba hablando, cuando se presentó Judas, uno de los Doce, y con él gente con espadas y palos, mandada por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:

D. «Al que yo bese, ese es; prendedlo y conducidlo bien sujeto».

C. Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:

D. «Maestro!».

C. Y lo besó. Ellos le echaron mano y lo prendieron. Pero uno de los presentes, desenvainando la espada, de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:

+ «¿Habéis salido a prenderme con espadas y palos, como a un bandido? A diario os estaba enseñando en el templo, y no me detuvisteis. Pero, que se cumplan las Escrituras».

C. Y todos lo abandonaron y huyeron. Lo iba siguiendo un muchacho, envuelto sólo en una sábana, y le echaron mano; pero él, soltando la sábana, se les escapó desnudo.


Jesús ante la Junta Suprema.

C. Condujeron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se reunieron todos los sumos sacerdotes y los ancianos y los escribas. Pedro lo fue siguiendo de lejos, hasta el interior del palacio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados a la lumbre para calentarse. Los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno buscaban un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no concordaban. Y algunos, poniéndose en pie, daban testimonio contra él, diciendo:

O. «Nosotros le hemos oído decir: “Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres”».

C. Pero ni en esto concordaban los testimonios. El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:

O. «No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?».

C. Pero él callaba, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo, preguntándole:

O. «¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?».

C. Jesús contestó:

+ «Sí, lo soy. Y veréis que el Hijo del hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene entre las nubes del cielo».

C. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras, diciendo:

O. «Qué falta hacen más testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué decís?».

C. Y todos lo declararon reo de muerte. Algunos se pusieron a escupirle y, tapándole la cara, lo abofeteaban y le decían:

M. «Haz de profeta».

C. Y los criados le daban bofetadas.


Pedro niega conocer a Jesús.

C. Mientras Pedro estaba abajo en el patio, llegó una criada del sumo sacerdote y, al ver a Pedro calentándose, lo miró y dijo:

D. «También tú andabas con Jesús, el Nazareno».

C. El lo negó, diciendo:

D. «Ni sé ni entiendo lo que quieres decir».

C. Salió fuera al zaguán, y un gallo cantó. La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:

O. «Este es uno de ellos».

C. Y él volvió a negar. Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:

O. «Seguro que eres uno de ellos, pues eres galileo»,

C Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:

D. «No conozco a ese hombre que decís».

C. Y enseguida, por segunda vez, cantó un gallo. Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: «Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres», y rompió a llorar.


Jesús ante Pilato.

C. Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes, con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, se reunieron, y, atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Pilato le preguntó:

O. «Eres tú el rey de los judíos?».

C. El respondió:

+ «Tú lo dices».

C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:

O. «No contestas nada? Mira cuántos cargos presentan contra ti».

C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba muy extrañado.


Jesús es sentenciado a muerte.

C. Por la fiesta solía soltarse un preso, el que le pidieran. Estaba en la cárcel un tal Barrabás, con los revoltosos que habían cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:

O. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».

C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:

O. «Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?»

C. Ellos gritaron de nuevo:

M. «¡Crucifícalo!».

C Pilato les dijo:

O. «Pues ¿qué mal ha hecho?».

C. Ellos gritaron más fuerte:

M. «i Crucifícalo!».

C. Y Pilato, queriendo dar gusto a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.

C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y reunieron a toda la compañía. Lo vistieron de púrpura, le pusieron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:

M. «¡Salve, rey de los judíos!».

C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él. Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacaron para crucificarlo.


Crucifixión de Jesús.

C. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Y llevaron a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»), y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos». Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.

C. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:

M. «Anda!, tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».

C. Los sumos sacerdotes con los escribas se burlaban también de él, diciendo:

O. «A otros ha salvado, y a sí mismo rio se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».

C. También los que estaban crucificados con él lo insultaban.


Muerte de Jesús.

C. Al llegar el mediodía, toda la región quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y, a la media tarde, Jesús clamó con voz potente:

+ «Eloí, Eloí, lamá sabaktani».

C. Que significa:

+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».

C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:

M. «Mira, está llamando a Elías».

C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber, diciendo:

O. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».

C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

(Todos se arrodillan, y se hace una pausa.)

C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:

O. «Realmente este hombre era Hijo de Dios».

C. Había también unas mujeres que miraban desde lejos; entre ellas, María Magdalena, María, la madre de Santiago el Menor y de José, y Salomé, que, cuando él estaba en Galilea, lo seguían para atenderlo; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.


Jesús es sepultado.

C. Al anochecer, como era el día de la Preparación, víspera del sábado, vino José de Arimatea, noble senador, que también aguardaba el reino de Dios; armándose de valor, se presentó ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto. Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, bajando a Jesús, lo envolvió en la sábana y lo puso en un sepulcro, excavado en una roca, y rodó una piedra a la entrada del sepulcro. María Magdalena y María la de José observaban dónde lo ponían.


PASIÓN Y CONFIANZA

Con la celebración del Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa. En la primera lectura, se nos ofrece el tercer canto del Siervo del Señor, que se incluye en la segunda parte del libro de Isaías. “El Señor Dios me asiste, porque no quedo confundido”. Es hermosa esa confesión de confianza en Dios, precisamente en una situación de acoso y de persecución.

El salmo 21 comienza con unas palabras que Jesús debió de recitar desde lo alto de la Cruz: “Dios mío, Dios mío por qué me has abandonado” (Sal 21,2). No es el lamento de un desesperado, puesto que el salmista confiesa más adelante que Dios ha escuchado su petición de auxilio (Sal 21,25).

También en el himno del abajamiento del Cristo, que se recuerda en la segunda lectura, san Pablo nos abre a la perspectiva de una intervención de Dios que lo exalta y le da un nombre por encima de todo nombre (Flp 2,9).


ABANDONO HUMANO

Es oportuno recoger esas palabras que invitan a la esperanza en un momento en que la alegría de la bendición y procesión de los ramos parece oscurecerse cuando llega la hora de leer la pasión de Jesús, este año según San Marcos.

En ella encontramos siete detalles propios.

1. Con motivo de la unción de Jesús en casa de Simón, Marcos es el único en señalar que algunos refunfuñaban contra la mujer del perfume (Mc 14,5). Jesús afirma: “A los pobres los tenéis

siempre con vosotros”. Pero Marcos añade una apostilla inquietante: “Y podéis hacerles bien cuando queráis” (Mc 14,7).

2. En el Huerto de los Olivos, Jesús encuentra dormidos a Pedro, Santiago y Juan. Solo este relato pone en boca de Jesús la expresión “¡Basta!” (Mc 14,41). Y solo el evangelio de Marcos cuenta que “un joven le seguía, con una sábana sobre su cuerpo desnudo, y le cogieron. Pero él, dejando la sábana, huyó desnudo” (Mc 14,51-52). Algunos se han preguntado si no sería el mismo Marcos.

3. En el proceso ante el tribunal judío, los testigos afirman que Jesús había dicho: “Yo demoleré este santuario hecho a mano y en tres días construiré otro no hecho a mano”. El relato añade con sarcasmo que “ni aun así era adecuado su testimonio” (Mc 14,58-59). Además, mientras Pedro reniega de su Maestro, el gallo canta dos veces (Mc 14,30.72). Es como si el autor hubiera estado allí.

4. Con motivo del proceso ante el tribunal romano, Marcos dice que Jesús “estaba atado con los sediciosos que en la revuelta habían cometido un asesinato”. El tono da a entender que aquel episodio era conocido por sus lectores. Además, es sorprendente el interés que muestra el pueblo por la liberación de Barrabás (Mc 15,7-8).

5. Con relación a Simón Cireneo, solo Marcos señala que se trata del padre de Alejandro y de Rufo (Mc 15,21). Se da a entender que sus hijos debían de ser conocidos en la comunidad para la que se escribe este evangelio.

6. Tras la muerte de Jesús en la cruz, Marcos anota que el centurión reconoce a Jesús como Hijo de Dios y que Pilato se asombra de la rapidez con que se ha producido su muerte (Mc 15,44-45). Es una nota más del realismo y la inmediatez que rezuma este relato evangélico.

7. En la mañana de la resurrección un ángel encarga a las mujeres que transmitan un mensaje a los discípulos. Solo el evangelio de Marcos añade como destinatario “a Pedro” (Mc 16,7), cuya negación había subrayado antes.

Por fin en el versículo final se asegura que aquellas mujeres “a nadie dijeron nada” (Mc 16,8). Pero parece que, de hecho, las mujeres dijeron algo. Otras tradiciones añaden que se les encomendó transmitir el mensaje de la resurrección del Señor.

Por esos siete escenarios por los que discurre el paso del Justo, se arrastran también los pasos de toda la humanidad. Y los nuestros. A cada uno nos corresponde un puesto en este drama del Justo injustamente ajusticiado. Cada uno tendrá que preguntarse cuál es el suyo.

José-Román Flecha Andrés.

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martes, 23 de marzo de 2021

REPARTO DE PAPELETAS DE SITIO Y VENTA DE BALCONERAS

Queridos hermanos.

Os informamos que el reparto de papeletas de sitio tendrá lugar los siguientes días:

- Viernes de dolores, 26 de Marzo en horario de 17:30 a 19;30h.

- Sábado de Pasión y Domingo de Ramos, 27-28 de Marzo, en horario de 11 a 13 h y de 17 a 19 h.

Dicha entrega se realizará en la nueva sede social ubicada en la calle Clavel número 10, esquina calle Valientes.

La papeleta de sitio, cuyo precio es de 10€, será gratuita para aquellos hermanos que por sus circunstancias no puedan pagarla.

Su beneficio irá destinado a los diferentes fines patrimoniales de la hermandad y permitirá acceder al interior del templo el próximo Viernes Santo, para participar en el Vía Crucis sustitutorio de la Estación de Penitencia, que esta Hermandad está preparando.

Este acto será privado para los hermanos y durante este tiempo, las puertas del templo permanecerán cerradas al público general.

Para este año especial, hemos preparado una nueva papeleta de sitio.
El diseño ha sido llevado a cabo por el joven artista jerezano Jose Miguel González Morales. Entre sus obras destacadas se encuentra el cartel del Corpus Christi del año 2020.

Por último, informaros que, en la nueva sede, desde el mismo Viernes 26, se encontrarán las balconeras que se han realizado para su venta y que también podéis reservar a través del número de teléfono móvil 639 64 50 72 o al correo hermandad@loretojerez.com.



sábado, 20 de marzo de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 5º DE CUARESMA – CICLO B – (21-3-2021)

Lectura del santo evangelio según san Juan 12,20-33


“En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la Fiesta, había algunos gentiles; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:

- Señor, quisiéramos ver a Jesús.

Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.

Jesús les contestó:

- Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.

Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre le premiará.

Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora, Padre, glorifica tu nombre.

Entonces vino una voz del cielo:

- Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.

La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.

Jesús tomó la palabra y dijo:

- Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir”.


EL GRANO DE TRIGO

“Ya llegan días –oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva”. Así comienza el texto de Jeremías que hoy se lee en la misa (Jer 31,31-34). En los domingos anteriores la liturgia cuaresmal nos ha presentado las sucesivas alianzas de Dios con Noé, Abrahán, Moisés y el pueblo deportado a Babilonia.

Hoy se proclama la alianza que Dios promete tanto al reino del Norte como al reino del sur, separados a la muerte de Salomón y llevados ambos al destierro. Dios escribirá su ley en el corazón de las gentes. Será su Dios y será reconocido como tal por ese pueblo. Todos lo conocerán, desde el pequeño hasta el mayor.

Haciéndose eco de esta promesa, el famoso salmo “Miserere” nos invita a suplicar: “Oh Dios, crea en mi un corazón puro” (Sal 50). En el corazón de la cuaresma, la carta a los Hebreos nos recuerda que Cristo aprendió sufriendo a obedecer (Heb 5, 7-9).


LA HORA

En el evangelio se evoca un momento importante, en vísperas de la pasión y muerte de Jesús. El Maestro ha entrado ya en Jerusalén, acompañado por los que lo aclaman como “el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel” (Jn 12,13).

Entre los que llegaban a Jerusalén había siempre algunos paganos “temerosos de Dios”. Hablaban griego, como tantos otros ciudadanos del imperio romano. Algunos de ellos, llegados para la celebración de la Pascua, se acercaron a Felipe para decirle: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”. Felipe consultó con Andrés y ambos se lo dijeron a Jesús

Para el evangelio de Juan esos peregrinos representan a toda la humanidad que busca al Mesías. Cuando Jesús supo de aquel interés pareció entrar en éxtasis. Era como si hubiera llegado para él la señal de su hora: la hora de la glorificación.

Es en ese momento cuando pronunció la alegoría del grano de trigo. Es preciso que muera en el surco para producir fruto abundante (Jn 12,20-33). Jesús conoce y acepta el destino que le espera. Su muerte será fuente de vida para los que crean en él.


VER A JESÚS

La frase de los paganos que pidieron la ayuda de Felipe no debería quedar en el olvido. De hecho, refleja nuestro mejor anhelo:

• “Queremos ver a Jesús”. Esa aspiración es la de los cristianos más comprometidos con su fe. Con ella indican a veces su displicencia ante las cosas del mundo. O, mejor, su deseo de participar en la gloria definitiva del Hijo de Dios.

• “Queremos ver a Jesús”. Esa expresión se encuentra también en labios de los no creyentes. Ruegan a la Iglesia que les facilite el acceso a Aquél en quien ella dice creer. Le reprochan que no viva de verdad su fe y oculte a su Señor a los ojos del mundo.

• “Queremos ver a Jesús”. Debería ser ésta la confesión sincera y humilde de una comunidad que se sabe llamada al encuentro con su Señor y, sin embargo, se encuentra torpe y enredada en mil asuntos que dificultan su camino de fe.

- Señor Jesús, la llegada de aquellos peregrinos que te buscaban te llevó a aceptar la llegada de la hora de tu entrega y a dirigirte al Padre celestial con una súplica decidida y confiada: “Padre, glorifica tu nombre”. Cómo tú, también nosotros queremos aceptar su voluntad. Bendito seas por siempre, Señor.

José-Román Flecha Andrés.
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sábado, 13 de marzo de 2021

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 4º DE CUARESMA – CICLO B – (14-3-2021)

Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 14-21


“En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo:

- «Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna.

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.

Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas.

Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras.

En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios».”




EL JUICIO Y LA FE

“Se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo, a tal punto que ya no hubo remedio”. Resultan impresionantes estas palabras que se proclaman en la primera lectura de este domingo cuarto de Cuaresma (2 Cró 36,14-23).

La maldad y las infidelidades, tanto del pueblo como de sus dirigentes, llegaron a provocar la ira de Dios. La destrucción de Jerusalén y de su templo y el exilio de sus habitantes es la consecuencia de aquella depravación. Quienes no escucharon a los profetas serían reducidos a la esclavitud en Babilonia, hasta que Dios envió a Ciro como libertador.

El salmo responsorial canta la amargura de aquellos deportados, que a toda costa querían mantener la esperanza de volver a Jerusalén (Sal 136).

La segunda lectura nos recuerda que Dios es rico en misericordia y, a pesar de nuestros pecados, nos ama hasta el punto de hacernos vivir con Cristo (Ef 2,4-10).


LA FE Y LA SALVACIÓN

El evangelio de hoy nos lleva a revivir aquella visita nocturna de Nicodemo (Jn 3,14-21). Jesús le anuncia que, al igual que la serpiente de bronce que Moisés alzó en medio del campamento de los hebreos, así será elevado él para dar la vida a los que crean en él.

En aquella conversación sobresalen tres afirmaciones sobre Dios, que son también afirmaciones sobre Cristo y sobre el hombre:

• Dios ama a este mundo. Es decir ama al hombre que ha creado. Y lo ama hasta el punto de entregar a su Hijo. Lo entrega para que no perezca ninguno de los que creen en él.

• Dios no pretende juzgar al hombre. Es el hombre quien determina su propio juicio en virtud de su fe o su increencia en el Hijo de Dios.

• Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgarlo. El objeto del envío era y es que el mundo pueda salvarse por él. Eso es lo que Dios desea para toda la humanidad.


LA LUZ Y LA VERDAD

La larga conversación entre Jesús y Nicodemo resume los temas principales del evangelio de Juan. Entre ellos sobresalen los de la luz y la verdad.

• “El que obra el mal detesta la luz, y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras”. Es esta una observación habitual en cualquier sociedad. En este contexto, es la luz del Evangelio la que revela lo que el hombre es en el fondo de su alma.

• “El que obra la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Generalmente se piensa que la verdad es algo que se ignora o se conoce. En este caso, la verdad es algo que se “hace”. La luz de Cristo revela si somos de la verdad,

- Señor, Jesús, sabemos y creemos que tú has sido enviado para nuestra salvación. Que esta fe nos ayude a vivir siempre a la luz de tu palabra y a producir en nuestra vida las obras que tú esperas de nosotros. Amén.

José-Román Flecha Andrés

 

sábado, 6 de marzo de 2021

QUINARIO CUARESMAL Y FUNCIÓN PRINCIPAL DE INSTITUTO

Este próximo martes día 9 de Marzo, comienza el Quinario a las 20:00 horas,consistente en rezo del Santo Rosario, Letanías Lauretanas, ejercicio del Quinario, Exposición de Su Divina Majestad, Ejercicio de Vísperas, Sermón, Adoración, Bendición y Reserva.

La Función Principal de Instituto no se celebrará como tradicionalmente se hace al finalizar el Quinario,sino que se trasladará al Tríduo de Gloria del próximo mes de Diciembre,dentro de loa actos solemnes de clausura del Año Jubilar Lauretano.

Nos acompañará el Rvdo. P. D. Francisco Holgado Ruiz, 

-Diácono permanente de la parroquia de San Rafael y San Gabriel y de la Real parroquia de San Salvador y San Dionisio de Jerez de la Frontera.
-Presidente del Consejo de Cádiz, vocal de la Comisión Permanente y coordinador de Juventud Nacional de la Sociedad de San Vicente de Paúl en España.
-Coordinador de la Pastoral de Exequias del Tanatorio de Jerez.
-Director del Economato Social Diocesano Padre Antonio Valdivieso. -Director de la Casa Hogar Beato Federico Ozanam de San Fernando.





EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 3º DE CUARESMA – CICLO B – (7-3-2021)

Lectura del santo evangelio según san Juan 2, 13-25


“Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo:

- «Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre.»

Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me devora.»

Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: - «¿Qué signos nos muestras para obrar así?»

Jesús contestó:

- «Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.» Los judíos replicaron:

- «Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?» pero él hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre”.



LA ENTRADA EN EL TEMPLO

“No tendrás otros dioses frente a mí”. Así comienza la primera lectura de este domingo tercero de cuaresma (Éx 20,1-17). Después de la alianza de Dios con Noé y con Abraham, que hemos meditado en los dos domingos anteriores, hoy se nos recuerda la alianza que Dios hizo con Moisés y con su pueblo.

En ese contexto se sitúa el Decálogo. Dios había liberado a Israel de la esclavitud que sufría en Egipto. Dios había hecho su parte. Pero la liberación exigía algo de parte de aquel pueblo y de todos los pueblos de la tierra. Los mandamientos no son un peso en las alas. Reflejan la responsabilidad con la que se ha de alcanzar y vivir la liberación.

En la segunda lectura, san Pablo nos invita a anticipar ya el misterio de la muerte de Cristo. El Crucificado es escándalo para los judíos y necedad para los griegos. Pero para los que creen en él es fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1, 22-25).


LOS VENDEDORES Y LA LIMPIEZA

La celebración de la Pascua se anticipa también en la primera frase del evangelio que hoy se proclama (Jn 2,13-25). Hemos meditado muchas veces este episodio de la limpieza que Jesús escenificó en los atrios del templo de Jerusalén. Claro que casi siempre nos ponemos en su lugar, dispuestos a repartir latigazos más que a recibirlos.

• Jesús decide limpiar el templo de traficantes. Desea que sea una casa de oración, no una plaza de negocios. También hoy quiere una Iglesia y unos ministerios limpios.

• Jesús quiere que la casa de Dios sea un lugar de oración. También hoy nos pide que nos acerquemos a Dios en todo tiempo y en todo lugar.

• Jesús se refiere a su propio cuerpo, identificándolo con el templo de Dios. También hoy nos exhorta a respetar nuestro cuerpo y el de los demás.

Leído en este tiempo de cuaresma, este episodio nos prepara para la celebración de la muerte y resurrección de Jesús. El templo de su cuerpo seria destruido, pero al tercer día sería restaurado y resucitado para nuestra salvación y nuestra esperanza.


LA VERDAD Y LOS VALORES

La lectura de este episodio evangélico es muy interesante. Pero casi siempre olvidamos el final del relato. En él se nos habla de los que escuchan a Jesús y se nos recuerda cómo los veía él.

• Muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía. El texto retoma algo que aparece varias veces en los evangelios. Las gentes piden signos y milagros para poder creer. Pero el evangelio nos dice que, al contrario, solo si creemos en el Señor veremos los signos y prodigios que él realiza en nosotros.

• Pero Jesús no se confiaba a ellos… porque sabía lo que hay dentro de cada hombre. También esta frase es fundamental. Nosotros juzgamos por las apariencias y vivimos de apariencias. El Señor nos invita a vivir en la verdad y a no juzgar a las personas solo por su figura. Nuestra fe no puede quedar en los gestos exteriores.

- Señor, Jesús, sabemos que tú no has venido a abolir los mandamientos. Purifícanos para que veamos en ellos los valores que apelan a nuestra responsabilidad y a la honda verdad de la existencia. Amén.

José-Román Flecha Andrés .