martes, 30 de agosto de 2016

ESTE VIERNES,REANUDAMOS NUESTROS CULTOS SEMANALES

Este viernes,primero de septiembre y a las 20:00 horas,reanudamos nuestros cultos semanales tras este mes de agosto.

No faltes,Nuestra Madre espera, como siempre, nuestra cariñosa y emotiva visita.


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sábado, 27 de agosto de 2016

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 22º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (28-8-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 14,1. 7-14


“Entró Jesús un sábado en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.

Notando que los convidados escogían los primeros puestos, les propuso este ejemplo:

- Cuando te conviden a una boda, no te sientes en el puesto principal, no sea que hayan convidado a otro de más categoría que tú; y vendrá el que os convidó a ti y al otro, y te dirá: «Cédele el puesto a éste». Entonces, avergonzado, irás a ocupar el último puesto.

Al revés, cuando te conviden, vete a sentarte en el último puesto, para que cuando venga el que te convidó, te diga: «Amigo, sube más arriba». Entonces quedarás muy bien ante todos los comensales.

Porque todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido.

Y dijo al que lo había invitado:

- Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado.

Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.”



SIN EXCLUIR

Jesús asiste a un banquete invitado por “uno de los principales fariseos” de la región. Es una comida especial de sábado, preparada desde la víspera con todo esmero. Como es costumbre, los invitados son amigos del anfitrión, fariseos de gran prestigio, doctores de la ley, modelo de vida religiosa para todo el pueblo.

Al parecer, Jesús no se siente cómodo. Echa en falta a sus amigos los pobres. Aquellas gentes que encuentra mendigando por los caminos. Los que nunca son invitados por nadie. Los que no cuentan: excluidos de la convivencia, olvidados por la religión, despreciados por casi todos. Ellos son los que habitualmente se sientan a su mesa.

Antes de despedirse, Jesús se dirige al que lo ha invitado. No es para agradecerle el banquete, sino para sacudir su conciencia e invitarle a vivir con un estilo de vida menos convencional y más humano: “No invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes ni a los vecinos ricos porque corresponderán invitándote... Invita a los pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos”.

Una vez más, Jesús se esfuerza por humanizar la vida rompiendo, si hace falta, esquemas y criterios de actuación que nos pueden parecer muy respetables, pero que, en el fondo, están indicando nuestra resistencia a construir ese mundo mas humano y fraterno, querido por Dios.

De ordinario, vivimos instalados en un círculo de relaciones familiares, sociales, políticas o religiosas con las que nos ayudamos mutuamente a cuidar de nuestros intereses dejando fuera a quienes nada nos pueden aportar. Invitamos a nuestra vida a los que, a su vez, nos pueden invitar. Eso es todo.

Esclavos de unas relaciones interesadas, no somos conscientes de que nuestro bienestar solo se sostiene excluyendo a quienes más necesitan de nuestra solidaridad gratuita, sencillamente, para poder vivir. Hemos de escuchar los gritos evangélicos del Papa Francisco en la pequeña isla de Lampedusa: “La cultura del bienestar nos hace insensibles a los gritos de los demás”. “Hemos caído en la globalización de la indiferencia”. “Hemos perdido el sentido de la responsabilidad”.

Los seguidores de Jesús hemos de recordar que abrir caminos al Reino de Dios no consiste en construir una sociedad más religiosa o en promover un sistema político alternativo a otros también posibles, sino, ante todo, en generar y desarrollar unas relaciones más humanas que hagan posible unas condiciones de vida digna para todos empezando por los últimos.

José Antonio Pagola
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sábado, 20 de agosto de 2016

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:21º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (21-8-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,22-30

“En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando.

Uno le preguntó:

- Señor, ¿serán pocos los que se salven?

Jesús les dijo:

- Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo. «Señor, ábrenos» y él os replicará: «No sé quiénes sois». Entonces comenzaréis a decir: «Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él os replicará: «No sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados».

Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios y vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de Oriente y Occidente, del Norte y del Sur, y se sentarán a la mesa en el Reino de Dios.

Mirad: hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.”

CONFIANZA, SÍ. FRIVOLIDAD, NO

La sociedad moderna va imponiendo cada vez con más fuerza un estilo de vida marcado por el pragmatismo de lo inmediato. Apenas interesan las grandes cuestiones de la existencia. Ya no tenemos certezas firmes ni convicciones profundas. Poco a poco, nos vamos convirtiendo en seres triviales, cargados de tópicos, sin consistencia interior ni ideales que alienten nuestro vivir diario, más allá del bienestar y la seguridad del momento.

Es muy significativo observar la actitud generalizada de no pocos cristianos ante la cuestión de la “salvación eterna” que tanto preocupaba solo hace pocos años: bastantes la han borrado sin más de su conciencia; algunos, no se sabe bien por qué, se sienten con derecho a un “final feliz”; otros no quieren recordar experiencias religiosas que les han hecho mucho daño.

Según el relato de Lucas, un desconocido hace a Jesús una pregunta frecuente en aquella sociedad religiosa: “¿Serán pocos los que se salven?” Jesús no responde directamente a su pregunta. No le interesa especular sobre ese tipo de cuestiones estériles, tan queridas por algunos maestros de la época. Va directamente a lo esencial y decisivo: ¿cómo hemos de actuar para no quedar excluidos de la salvación que Dios ofrece a todos?

“Esforzaos en entrar por la puerta estrecha”. Estas son sus primeras palabras. Dios nos abre a todos la puerta de la vida eterna, pero hemos de esforzarnos y trabajar para entrar por ella. Esta es la actitud sana. Confianza en Dios, sí; frivolidad, despreocupación y falsas seguridades, no.

Jesús insiste, sobre todo, en no engañarnos con falsas seguridades. No basta pertenecer al pueblo de Israel; no es suficiente haber conocido personalmente a Jesús por los caminos de Galilea. Lo decisivo es entrar desde ahora en el reino Dios y su justicia. De hecho, los que quedan fuera del banquete final son, literalmente, “los que practican la injusticia”.

Jesús invita a la confianza y la responsabilidad. En el banquete final del reino de Dios no se sentarán solo los patriarcas y profetas de Israel. Estarán también paganos venidos de todos los rincones del mundo. Estar dentro o estar fuera depende de cómo responde cada uno a la salvación que Dios ofrece a todos.

Jesús termina con un proverbio que resume su mensaje. En relación al reino de Dios, “hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos”. Su advertencia es clara. Algunos que se sienten seguros de ser admitidos pueden quedar fuera. Otros que parecen excluidos de antemano pueden quedar dentro.

José Antonio Pagola

domingo, 14 de agosto de 2016

LA FESTIVIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA

La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”. Homilía de Benedicto XVI (2010).

El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.

Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus:

"Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo".

Ahora bien, ¿por qué es importante que los católicos recordemos y profundicemos en el Dogma de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo? El Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica responde a este interrogante:

"La Asunción de la Santísima Virgen constituye una participación singular en la Resurrección de su Hijo y una anticipación de la resurrección de los demás cristianos" (#966).

La importancia de la Asunción para nosotros, hombres y mujeres de comienzos del Tercer Milenio de la Era Cristiana, radica en la relación que hay entre la Resurrección de Cristo y la nuestra. La presencia de María, mujer de nuestra raza, ser humano como nosotros, quien se halla en cuerpo y alma ya glorificada en el Cielo, es eso: una anticipación de nuestra propia resurrección.

Más aún, la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo es un Dogma de nuestra fe católica, expresamente definido por el Papa Pío XII hablando "ex-cathedra". Y ... ¿qué es un Dogma? Puesto en los términos más sencillos, Dogma es una verdad de Fe, revelada por Dios (en la Sagrada Escritura o contenida en la Tradición), y que además es propuesta por la Iglesia como realmente revelada por Dios.

En este caso se dice que el Papa habla "ex-cathedra", es decir, que habla y determina algo en virtud de la autoridad suprema que tiene como Vicario de Cristo y Cabeza Visible de la Iglesia, Maestro Supremo de la Fe, con intención de proponer un asunto como creencia obligatoria de los fieles Católicos.

El Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica (#966) nos lo explica así, citando a Lumen Gentium 59, que a la vez cita la Bula de la Proclamación del Dogma: "Finalmente,la Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado original, terminado el curso de su vida en la tierra, fue llevada a la gloria del Cielo y elevada al Trono del Señor como Reina del Universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores y vencedor del pecado y de la muerte"

Y el Papa San Juan Pablo II, en una de sus Catequesis sobre la Asunción, explica esto mismo en los siguientes términos:

"El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio" (San Juan Pablo II, 2-julio-97).

"Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos" (San Juan Pablo II , Audiencia General del 9-julio-97).

Continúa el Papa: "María Santísima nos muestra el destino final de quienes `oyen la Palabra de Dios y la cumplen' (Lc. 11, 28). Nos estimula a elevar nuestra mirada a las alturas, donde se encuentra Cristo, sentado a la derecha del Padre, y donde está también la humilde esclava de Nazaret, ya en la gloria celestial" (San Juan Pablo II, 15-agosto-97)

Los hombres y mujeres de hoy vivimos pendientes del enigma de la muerte. Aunque lo enfoquemos de diversas formas, según la cultura y las creencias que tengamos, aunque lo evadamos en nuestro pensamiento, aunque tratemos de prolongar por todos los medios a nuestro alcance nuestros días en la tierra, todos tenemos una necesidad grande de esa esperanza cierta de inmortalidad contenida en la promesa de Cristo sobre nuestra futura resurrección.

Mucho bien haría a muchos cristianos oír y leer más sobre este misterio de la Asunción de María, el cual nos atañe tan directamente. ¿Por qué se ha logrado colar la creencia en el mito pagano de la re-encarnación entre nosotros? Si pensamos bien, estas ideas extrañas a nuestra fe cristiana se han ido metiendo en la medida que hemos dejado de pensar, de predicar y de recordar los misterios, que como el de la Asunción, tienen que ver con la otra vida, con la escatología, con las realidades últimas del ser humano.

El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que llevamos para reflexionar sobre el sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último: la Vida Eterna, junto con la Santísima Trinidad, la Santísima Virgen María y los Angeles y Santos del Cielo. El saber que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre.

En relación al día, año, y modo en que murió Nuestra Señora, nada cierto se conoce. La referencia literaria más antigua de la Asunción se encuentra en un trabajo griego, De Obitu S. Dominae. De todos modos, la fe católica siempre derivó su conocimiento de este misterio de la Tradición Apostólica.

La creencia en la asunción del cuerpo de María se funda en el tratado apócrifo De Obitu S. Dominae, que lleva el nombre de San Juan, y que pertenece de todos modos al siglo cuarto o quinto. También se encuentra en el libro De Transitu Virginis, falsamente imputado a San Melito de Sardes, y en una carta apócrifa atribuida a San Dionisio el Aeropagita. Si consultamos a los genuinos escritores de Oriente, este hecho es mencionado en los sermones de San Andrés de Creta, San Juan Damasceno, San Modesto de Jerusalén y otros. En Occidente, San Gregorio de Tours (De gloria mart., I, iv) es el primero que lo menciona. Los sermones de San Jerónimo y San Agustín para esta fiesta, de todos modos, son apócrifos. San Juan el Damasceno (P. G., I, 96) formula así la tradición de la Iglesia de Jerusalén:

San Juvenal, Obispo de Jerusalén, en el Concilio de Calcedonia (451), hace saber al Emperador Marciano y a Pulqueria, quienes desean poseer el cuerpo de la Madre de Dios, que María murió en presencia de todos los Apóstoles, pero que su tumba, cuando fue abierta, a pedido de Santo Tomás, fue hallada vacía; de esa forma los apóstoles concluyeron que el cuerpo fue llevado al cielo.

Hoy, la creencia de la asunción del cuerpo de María es Universal tanto en Oriente como Occidente; de acuerdo a Benedicto XIV (De Festis B.V.M., I, viii, 18) es una opinión probable, cuya negación es impía y blasfema.

- Tomado de la Enciclopedia Católica (www.enciclopediacatolica.com)


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SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA – CICLO C – (15-8-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 1,39-56

“En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia para siempre." María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.”


SEGUIDORA FIEL DE JESÚS

Los evangelistas presentan a la Virgen con rasgos que pueden reavivar nuestra devoción a María, la Madre de Jesús. Su visión nos ayuda a amarla, meditarla, imitarla, rezarla y confiar en ella con espíritu nuevo y más evangélico.

María es la gran creyente. La primera seguidora de Jesús. La mujer que sabe meditar en su corazón los hechos y las palabras de su Hijo. La profetisa que canta al Dios, salvador de los pobres, anunciado por él. La madre fiel que permanece junto a su Hijo perseguido, condenado y ejecutado en la cruz. Testigo de Cristo resucitado, que acoge junto a los discípulos al Espíritu que acompañará siempre a la Iglesia de Jesús.

Lucas, por su parte, nos invita a hacer nuestro el canto de María, para dejarnos guiar por su espíritu hacia Jesús, pues en el "Magníficat" brilla en todo su esplendor la fe de María y su identificación maternal con su Hijo Jesús.

María comienza proclamando la grandeza de Dios: «mi espíritu se alegra en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava». María es feliz porque Dios ha puesto su mirada en su pequeñez. Así es Dios con los sencillos. María lo canta con el mismo gozo con que bendice Jesús al Padre, porque se oculta a «sabios y entendidos» y se revela a «los sencillos». La fe de María en el Dios de los pequeños nos hace sintonizar con Jesús.

María proclama al Dios «Poderoso» porque «su misericordia llega a sus fieles de generación en generación». Dios pone su poder al servicio de la compasión. Su misericordia acompaña a todas las generaciones. Lo mismo predica Jesús: Dios es misericordioso con todos. Por eso dice a sus discípulos de todos los tiempos: «sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso». Desde su corazón de madre, María capta como nadie la ternura de Dios Padre y Madre, y nos introduce en el núcleo del mensaje de Jesús: Dios es amor compasivo.

María proclama también al Dios de los pobres porque «derriba del trono a los poderosos» y los deja sin poder para seguir oprimiendo; por el contrario, «enaltece a los humildes» para que recobren su dignidad. A los ricos les reclama lo robado a los pobres y «los despide vacíos»; por el contrario, a los hambrientos «los colma de bienes» para que disfruten de una vida más humana. Lo mismo gritaba Jesús: «los últimos serán los primeros». María nos lleva a acoger la Buena Noticia de Jesús: Dios es de los pobres.

María nos enseña como nadie a seguir a Jesús, anunciando al Dios de la compasión, trabajando por un mundo más fraterno y confiando en el Padre de los pequeños.

José Antonio Pagola

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jueves, 11 de agosto de 2016

ENTREVISTA A LAS RESTAURADORAS DE NUESTRA MADRE

Estando próximo el segundo aniversario de la restauración a la que fue sometida Nuestra Madre,nos aventuramos a realizar una humilde pero a la vez cariñosa entrevista tanto a Pepa Segura como a Cristina Espejo, a la limón componentes de la empresa S&S restauraciones, que si recordáis fue la que llevó a cabo, de manera impecable, los trabajos de dicha intervención.

S&S RESTAURACIONES es una empresa joven, dinámica, y moderna que se forma en el año 2012 y que se dedica a la preservación del patrimonio artístico para su correcta conservación. Situada en un barrio céntrico de la Ciudad de Jerez de la Frontera con unas amplias instalaciones desde la que se desarrollan los proyectos encargados.

Su experiencia no sólo se limita a los trabajos realizados en la empresa S&S Restauraciones, sino que además han pertenecido a otras empresas del sector como CROA S.L., GEOTÉCNICA S.A., AGAMELATA, PI FÓRMULA DE COMUNICACIÓN, RESGAL RESTAURACIÓN Y CONSERVACIÓN S.L. y RESSUR S.L. abarcando desde el año 1996 hasta hoy.

En el apartado cofrade sus trabajos más significativos han sido:

* Niño Jesús de la Virgen del Carmen Coronada (Jerez)
* Virgen del Dulce Nombre, Hermandad de la Buena Muerte (Jerez)
* Nuestra Señora de la Piedad, Hermandad del Santo Entierro (Jerez)
* Santísimo Cristo del Calvario, Hermandad del Santo Entierro (Jerez)
* Santísimo Cristo de la Salud, Hermandad de las Tres Caídas (Jerez)
* Nuestra Señora de Loreto, Hermandad de Loreto (Jerez)
* Virgen de la Soledad, Patrona de Parla, Madrid. Restauración con motivo de la Coronación Canónica
* Actualmente están interviniendo a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de la Hermandad del Perdón (Jerez)
* Exposición “LIMES FIDEI” revisión y mantenimiento de las obras para la exposición (Jerez)
* San Juan Evangelista, Hermandad del Santo Entierro. Restauración de la Obra con características morfológicas muy similares a la imagen del Señor del Prendimiento (Jerez)
* María Magdalena. Hermandad del Santo Entierro (Jerez)
* Conjunto de esculturas de bronce del baldaquino de la iglesia de Santiago (Jerez)
* cuatro ángeles pertenecientes al paso procesional de Nuestra Señora de las Angustias, Hermandad de las Angustias (Jerez)
* Cristo de las Misericordias, Parroquia de San Pedro (Jerez)
* María Auxiliadora, Colegio de Lora Tamayo (Jerez)
* Limpieza del paso procesional de Nuestra Señora de las Angustias (Jerez)
* Limpieza del paso de Misterio de la Hermandad de la Coronación (Jerez)


¿Qué os llevó a realizar la especialidad de restauración?

Cristina : Yo lo tuve clarísimo desde el principio,ha sido siempre mi sueño desde que de niña tuve la suerte de presenciar alguna restauración en las hermandades a las que pertenezco.

Pepa: En mi caso fue algo no planificado,estando ya en la facultad de bellas artes comencé a interesarme por las distintas ramas que la carrera ofrecía,siendo la de restauración la que más me atrajo finalmente.

¿Cómo y cuando os formasteis?

Cristina: Comencé en la Escuela de arte en Jerez,y posteriormente en la facultad de bellas artes de Sevilla,con la especialización de restauración,cursando el último año (2008) en Nápoles.

Pepa: Yo acabé ya hace bastantes años la carrera en la facultad de bellas artes de Madrid,en la Universidad Complutense,especializándome en restauración de escultura.

¿Cuáles son los pasos principales en la intervención de una obra?

Lo fundamental es el estudio previo.No se puede intervenir una obra sin antes conocer los materiales y también las patologías que la afectan.

Con los resultados se establece entonces una metodología a seguir,por supuesto siempre con métodos reversibles y con materiales sobradamente testados para garantizar  su correcta pervivencia.

Siempre actuamos con un criterio conservador y de mínima intervención

¿Se hace un seguimiento posterior a la obra restaurada?

Por supuesto,procuramos concretar con las hermandades y aprovechamos cuando las imágenes se retiran momentáneamente del culto para hacerles una revisión,al menos anualmente.

Aquí además de por criterios profesionales intervienen también motivos personales.Las imágenes que hemos intervenido son ya parte del taller y nuestro deseo es que perduren en el mejor estado posible.

La restauración en dos fases a la que fue sometida Nuestra Madre en los años 50/60 ¿como podríamos catalogarla? ¿se supone fue profunda? ¿es reversible?

Debemos tener en cuenta que las restauraciones que se hacían en aquella época nada tienen que ver con las actuales.Hoy en día la intervención siempre es reversible.En esos años se retocó alterando sus rasgos,con lo que además de profunda fue un tratamiento más de tipo estético que restaurador.

Por suerte este tipo de trabajos ya se han abandonado,las hermandades y el público en general ya percibe lo dañino e irrecuperable de estas intervenciones.

También los materiales utilizados eran diferentes,ahora se sabe el daño que puede hacer un elemento metálico al oxidar en una madera,antes ese dato no se tenía en cuenta....se hacía con buena intención pero hoy en día contamos con adelantos técnicos que debemos de aprovechar en beneficio de la obra.

¿Cómo encontrasteis el estado de conservación de nuestra talla?

A nivel estructural tenía un buen estado de conservación,aunque presentaba algún que otro ataque puntual de xilófagos.este no era en extremo preocupante,aunque sí hacía conveniente su tratamiento.

A nivel de policromía el estado era peor,El efecto dañino de los alfileres de los distintos vestidores que ha tenido vuestra Madre era más que evidente.La policromía de las carnaciones estaba oscurecida ,con acumulación de manchas por lo general.

En una restauración,¿que debe de primar el aspecto artístico o el devocional?

Las diferenciaciones a las que te refieres se dan a la hora de intervenir la policromía,sobre todo en las limpiezas.Efectivamente no es lo mismo una retirada de barnices y repintes de un retablo que esa misma actuación en una imagen devocional,por ejemplo.

En este último caso debe de primar la mínima intervención,a nivel estético la restauración debe de apreciarse lo mínimo.Somos partidarias de respetar la pátina.del tiempo en estas imágenes,nuestra mayor recompensa es que los hermanos y en general el público no aprecie un cambio brusco,solo vea la unidad estética de la obra.

¿Qué opinión tenéis del intrusismo en el campo de la restauración de las obras de arte?

La verdad es que es un tema bastante serio y preocupante.Lejos de parecer simplemente una anécdota que puede acabar en las noticias,estamos hablando de algunas intervenciones no reversibles,con la consiguiente pérdida del patrimonio..

La formación del restaurador ha sido y es exhaustiva:hay que conocer perfectamente los materiales,su forma de aplicación,las nuevas tecnologías.....la restauración no es un "hobby".Estamos hablando de hacer que una obra perdure en el tiempo en el mejor estado posible.

¿Como restauradoras que pensáis de la eliminación de "la huella del tiempo?

Como hemos mencionado antes en el caso de las imágenes devocionales  hay que tener mucho cuidado y respetar la pátina del tiempo.Somos totalmente partidarias de hacer una limpieza lo más respetuosa con ella posible.Al fin y al cabo constituye ya parte de la imagen ese paso del tiempo.Desde luego no es nuestra intención que parezca recién salida del taller del autor.

¿Cuales son de las restauraciones que habéis realizado las más importantes?

Una máxima que nos enseñaron en la facultad fue que el restaurador no se mide por la importancia de la obra a restaurar,sino por el trabajo realizado.Todas las obras que hemos intervenido han sido importantes en ese momento,de todas hemos aprendido y nos hemos quedado contentas con el trabajo realizado.

Algunos entendidos en la materia tras visionar detenidamente a nuestra talla se aventuran,por ciertos detalles del busto,a catalogarla como anterior al XIX..…tras su intervención ¿comparten esta suposición?

Es cierto que el modo en el que está unido el candelero viene usándose desde finales del XVIII.De todos modos esta imagen ha sido muy retocada,por desgracia,y al no haber estudios ni científicos ni histórico-artístico por nuestra parte,hace que sea muy difícil encuadrarla cronológicamente.

Centrándonos ya en Nuestra Madre...¿en que consistió su trabajo de restauración? ¿qué fue lo más complicado? 

El trabajo de restauración constó de dos partes diferenciadas.Por un lado a nivel estructural se sometió a un exhaustivo proceso de desintectación.También se procedió a la sustitución del sistema de cogida de la diadema.Por otro más adecuado,los sistemas de articulación de los brazos también se cambiaron,ya que estaban obsoletos y habían perdido su funcionalidad.

Con respecto a la policromía se realizó una limpieza muy respetuosa cuidando mucho no retirar completamente el paso del tiempo mencionado.Sobre todo se fue buscando eliminar las manchas puntuales que tenía para devover la unidad estética a la obra.

Y todos los daños antes mencionados de los alfileres,que se concentraban en la parte de la testa,el torso y las manos se intervinieron para subsanarlos.

También se tomo una medida preventiva muy acertada de proteger las zonas afectadas de dichos alfileres mediante un peto de cuero, para así evitar daños futuros.

¿Alguna anécdota o recuerdo de aquella restauración? 

Recordamos con muchísimo cariño esta intervención.Fue de las pocas que hicimos fuera del taller y hemos de reseñar el cariño de la Parroquia y la Hermandad.El proceso ocupó los meses de verano de hace ahora dos años,siendo un momento maravilloso por tener la oportunidad de estar tan cerca de Nuestra Madre.


Quede nuestro agradecimiento a ambas por su amabilidad e interés en concedernos esta interesante entrevista,aún siendo conscientes de sus múltiples ocupaciones laborales en estas fechas estivales.

Ella os lo pague con creces.



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EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 20º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C – (14-8-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,49-53

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- He venido a prender fuego en el mundo: ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla!

¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división.

En adelante, una familia de cinco estará dividida: tres contra dos y dos contra tres; estarán divididos: el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.”



SIN FUEGO NO ES POSIBLE

En un estilo claramente profético, Jesús resume su vida entera con unas palabras insólitas: “Yo he venido a prender fuego en el mundo, y ¡ojalá estuviera ya ardiendo!”. ¿De qué está hablando Jesús? El carácter enigmático de su lenguaje conduce a los exegetas a buscar la respuesta en diferentes direcciones. En cualquier caso, la imagen del “fuego” nos está invitando a acercarnos a su misterio de manera más ardiente y apasionada.

El fuego que arde en su interior es la pasión por Dios y la compasión por los que sufren. Jamás podrá ser desvelado ese amor insondable que anima su vida entera. Su misterio no quedará nunca encerrado en fórmulas dogmáticas ni en libros de sabios. Nadie escribirá un libro definitivo sobre él. Jesús atrae y quema, turba y purifica. Nadie podrá seguirlo con el corazón apagado o con piedad aburrida.

Su palabra hace arder los corazones. Se ofrece amistosamente a los más excluidos, despierta la esperanza en las prostitutas y la confianza en los pecadores más despreciados, lucha contra todo lo que hace daño al ser humano. Combate los formalismos religiosos, los rigorismos inhumanos y las interpretaciones estrechas de la ley. Nada ni nadie puede encadenar su libertad para hacer el bien. Nunca podremos seguirlo viviendo en la rutina religiosa o el convencionalismo de “lo correcto”.

Jesús enciende los conflictos, no los apaga. No ha venido a traer falsa tranquilidad, sino tensiones, enfrentamiento y divisiones. En realidad, introduce el conflicto en nuestro propio corazón. No es posible defenderse de su llamada tras el escudo de ritos religiosos o prácticas sociales. Ninguna religión nos protegerá de su mirada. Ningún agnosticismo nos librará de su desafío. Jesús nos está llamando a vivir en verdad y a amar sin egoísmos.

Su fuego no ha quedado apagado al sumergirse en las aguas profundas de la muerte. Resucitado a una vida nueva, su Espíritu sigue ardiendo a lo largo de la historia. Los primeros seguidores lo sienten arder en sus corazones cuando escuchan sus palabras mientras camina junto a ellos.

¿Dónde es posible sentir hoy ese fuego de Jesús? ¿Dónde podemos experimentar la fuerza de su libertad creadora? ¿Cuándo arden nuestros corazones al acoger su Evangelio? ¿Dónde se vive de manera apasionada siguiendo sus pasos? Aunque la fe cristiana parece extinguirse hoy

entre nosotros, el fuego traído por Jesús al mundo sigue ardiendo bajo las cenizas. No podemos dejar que se apague. Sin fuego en el corazón no es posible seguir a Jesús.

José Antonio Pagola.
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viernes, 5 de agosto de 2016

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 19º DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C - (7-8-2016)

Lectura del santo evangelio según san Lucas 12,32-48

“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

No temas, pequeño rebaño: porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino.

Vended vuestros bienes, y dad limosna; haceos talegas que no se echen a perder, y un tesoro inagotable en el cielo, adonde no se acercan los ladrones ni roe la polilla. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas: vosotros estad como los que aguardan a que su señor vuelva de la boda, para abrirle, apenas venga y llame.

Dichosos los criados a quienes el señor, al llegar, los encuentre en vela: os aseguro que se ceñirá, los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo.

Y si llega entrada la noche o de madrugada, y los encuentra así, dichosos ellos.

Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora viene el ladrón, no le dejaría abrir un boquete.

Lo mismo vosotros, estad preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del hombre.

Pedro le preguntó:

- Señor, ¿has dicho esa parábola por nosotros o por todos?

El Señor le respondió:

- ¿Quién es el administrador fiel y solícito a quien el amo ha puesto al frente de su servidumbre para que les reparta la ración a sus horas?

Dichoso el criado a quien su amo al llegar lo encuentre portándose así. Os aseguro que lo pondrá al frente de todos sus bienes.

Pero si el empleado piensa: «Mi amo tarda en llegar», y empieza a pegarles a los mozos y a las muchachas, a comer y beber y emborracharse, llegará el amo de ese criado el día y a la hora que menos lo espera y lo despedirá, condenándolo a la pena de los que no son fieles.

El criado que sabe lo que su amo quiere y no está dispuesto a ponerlo por obra recibirá muchos azotes; el que no lo sabe, pero hace algo digno de castigo, recibirá pocos.

Al que mucho se le dio mucho se le exigirá; al que mucho se le confió más se le exigirá.”



VIVIR EN MINORÍA

Lucas ha recopilado en su evangelio unas palabras, llenas de afecto y cariño, dirigidas por Jesús a sus seguidores y seguidoras. Con frecuencia, suelen pasar desapercibidas. Sin embargo, leídas hoy con atención desde nuestras parroquias y comunidades cristianas, cobran una

sorprendente actualidad. Es lo que necesitamos escuchar de Jesús en estos tiempos no fáciles para la fe.

“Mi pequeño rebaño”. Jesús mira con ternura inmensa a su pequeño grupo de seguidores. Son pocos. Tienen vocación de minoría. No han de pensar en grandezas. Así los imagina Jesús siempre: como un poco de “levadura” oculto en la masa, una pequeña “luz” en medio de la oscuridad, un puñado de “sal” para poner sabor a la vida.

Después de siglos de “imperialismo cristiano”, los discípulos de Jesús hemos de aprender a vivir en minoría. Es un error añorar una Iglesia poderosa y fuerte. Es un engaño buscar poder mundano o pretender dominar la sociedad. El evangelio no se impone por la fuerza. Lo contagian quienes viven al estilo de Jesús haciendo la vida más humana.

“No tengas miedo”. Es la gran preocupación de Jesús. No quiere ver a sus seguidores paralizados por el miedo ni hundidos en el desaliento. No han de perder nunca la confianza y la paz. También hoy somos un pequeño rebaño, pero podemos permanecer muy unidos a Jesús, el Pastor que nos guía y nos defiende. El nos puede hacer vivir estos tiempos con paz.

“Vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino”. Jesús se lo recuerda una vez más. No han de sentirse huérfanos. Tienen a Dios como Padre. Él les ha confiado su proyecto del reino. Es su gran regalo. Lo mejor que tenemos en nuestras comunidades: la tarea de hacer la vida más humana y la esperanza de encaminar la historia hacia su salvación definitiva.

“Vended vuestros bienes y dad limosna”. Los seguidores de Jesús son un pequeño rebaño, pero nunca han de ser una secta encerrada en sus propios intereses. No vivirán de espaldas a las necesidades de nadie. Será comunidades de puertas abiertas. Compartirán sus bienes con los que necesitan ayuda y solidaridad. Darán limosna, es decir “misericordia”. Este es el significado original del término griego.

Los cristianos necesitaremos todavía algún tiempo para aprender a vivir en minoría en medio de una sociedad secular y plural. Pero hay algo que podemos y debemos hacer sin esperar a nada: transformar el clima que se vive en nuestras comunidades y hacerlo más evangélico. El Papa Francisco nos está señalando el camino con sus gestos y su estilo de vida.

José Antonio Pagola
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