Artículo del pasado jueves publicado en Información Jerez y escrito por nuestro Hermano Mayor:
"Nuestras Casas de Hermandad se llenan estos días de hermanos sacando sus papeletas de sitio, recogiendo su anhelada túnica nazarena, o de costaleros soñando con una nueva salida procesional. Tiempo de reencuentros, de ilusiones, de ganas de Semana Santa.
Desde el pasado año los hermanos de Loreto tenemos la suerte de contar en nuestras filas nazarenas con un grupo de hermanos bolivianos, nazarenos extranjeros de nacimiento pero lauretanos de corazón. Este año, además, uno de estos hermanos venidos de aquellas tierras tan unidas a nosotros por historia, lengua y creencias, vivirá la experiencia de ser costalero de Loreto, paseando a la Soledad de María por las calles de Jerez.
Las vocaciones religiosas están recibiendo un revulsivo desde tierras extranjeras, lo vemos en las comunidades de clausura, y lo vemos también, gracias al noble gesto de la adopción de niños, en la presencia de pequeños de otros países formando parte del grupo de monaguillos o como nazarenitos. Y lo veremos, en mi Hermandad de Loreto y quizás en otras más, jóvenes y mayores venidos desde otras tierras, integrados plenamente como nazarenos o costaleros.
Tengo que confesar que cuando estos hermanos nuestros mostraron su interés por formar parte del cortejo procesional nos surgió la duda si sabrían entender todo este fenómeno tan peculiar y tan nuestro, pero solo hizo falta una breve conversación para darnos cuenta no solo de que hablamos un mismo lenguaje, el de la fe en Dios, sino que en algunos casos hasta nos superan en sus principios cristianos y en su compromiso con el Evangelio.
Por eso el pasado lunes viendo a mi hermano venido desde América, escuchando las explicaciones del capataz y preparándose para vivir su primera experiencia como costalero de la Virgen de Loreto me acordé de tantos inmigrates que dejan atrás casa y familia y buscan entre nosotros un medio de vida y un gesto de acogida.
Como el verso hecho canción, a estos hermanos "no le llamemos extranjeros porque son iguales nuestros rezos y el amor de la que sueña con el día del regreso". Por favor, no le llamemos extranjeros porque " del amor de una madre tuvimos la misma luz, en el canto y en el beso con que nos sueñen iguales, las madres contra sus pechos."
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