domingo, 24 de abril de 2011

CRÓNICA VIERNES SANTO 2011 EN COFRADEMANÍA

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Crónica del Viernes Santo: "Siempre nos quedará El Cristo"


"Qué bonita va esa Cruz, mientras las tulipas arden, diciéndole al cielo azul, que aquí quien manda eres Tú, a las cinco de la tarde..."

Es una saeta de María José Santiago, y resume de una vez, casi todo cuanto ayer aconteció en el Viernes Santo de Jerez. Un Viernes Santo que otra vez se abrió con miradas al cielo y con los contertulios de Antonio Moure contando batallitas meteorológicas: que si el riesgo a estropear el patrimonio, que si los espectáculos que produce la lluvia, que si así no se puede salir... Nos lo pasamos bien escuchando este cónclave capirotero, en el que se dijeron cosas muy interesantes, y también, obviamente, magníficas pamplinas, entre ellas, las que ahora han convertido a un chaval aficionado a la fotografía, en un meteorólogo de andar por casa, cuyas predicciones son ya para muchos 'palabra de Dios'.

Así comenzó la tarde, olvidándose algunos en Jerez, que llueve o no llueve, si al Cristo le da la gana. Que las cofradías salen o no salen, no en función del pronóstico del Consejo, ni de las reuniones de la Junta de Gobierno... No. Llueve o no llueve, se sale o no se sale, si el que está clavado en la Cruz de Plata que regaló en su día Alberto Manuel, decide o no que así sea...

¿Alguien lo duda acaso?
¿Alguien atribuye a otra cosa lo que pasó ayer?

La tarde era exactamente 'clavaíta' a la del Jueves, pero algo se respiraba en los ambientes asegurando que ayer no caería en Jerez ni una gota, como así fue, permitiendo que la hermandad de San Telmo se echara a la calle a triunfar, mientras las demás no sabían aprovechar el tirón de compartir jornada con el Dios del pelo negro que sale cada año de su Ermita.

Nada se les puede reprochar a las cofradías que no salieron. Para nada. Ya dijimos hace un par de días, que ni se equivocaron ayer Exaltación, Loreto, Soledad y Piedad, ni las tres hermandades del Jueves Santo que se mojaron. No. Tomaron su decisión y ya está, y les salió cruz. ¿Qué le vamos a hacer?

Una jornada más partida por la mitad, que sin embargo nos dejó el dulce sabor de acompañar a la Virgen del Valle, vaya tela, cumpliendo su cuadrilla Bodas de Plata de su creación, la primera de hermanos costaleros en un paso de palio en Jerez, y el recio aroma a mar y sal que siempre derrama el Cristo por su vela.

Mención aparte, el paso por Catedral de la cofradía, donde fue amablemente invitada a no quedarse en tanto en cuanto no comenzase a llover, ya que a esa hora, Ana María Salas alertaba de otro posible frente, pero eso ya forma parte de la anecdótica, jodida, pero anecdótica al fin y al cabo, ya que el Cristo también suele mandar más que los revestidos de púrpura...

Y ya está.
Hubo cambio de itinerarios tanto a la ida como a la vuelta, para ir aligerando un poco el paso de la procesión, pero tampoco fue haciendo falta, a tenor de cómo se fue poniendo la noche, de lejos la mejor de la Semana Santa de Jerez, la que nos sorprendió maravillosamente cuando la Cruz Vieja volvió a abrir sus brazos al paso de su hermandad.

Así salió y así volvió a su templo la cofradía, y así nos demostró a todos el Cristo de Jerez, que por mucho que hablemos, digamos o cotertuliemos, esto es mucho más fácil siempre de lo que parece: aquí sólo hay uno que manda, aunque todos a veces queramos jugar a ser dioses del tiempo, de la Semana Santa, y de las cofradías...

El Cristo cerró ayer nuestra mejor semana del año, y lo hizo mandando, como sabe, dejándonos como cierre a todo, la presencia serenísima de su bendita Madre. Esa fue la última estampa. ¿Acaso hay otra mejor?

"...si Tú quieres, mi voz será tu canto, o la ofrenda que en Ti se deposita, amparo, como entonces de mi llanto...

Tú sabes que mi Fe te necesita.
Por eso, vuelve siempre el Viernes Santo, y espérame a la puerta de tu Ermita..."

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