CARTA A SELU DORMIDO EN EL DÍA DE SU FALLECIMIENTO

Amigo Selu, tantas cosas hemos compartidos, tantas pasiones, y sobre todo tantas devociones. Yo te consideré algo mas que un amigo, y aunque tu tenias tu vida, siempre me alegraba el encontrarte en algún lugar y siempre tener algo de qué hablar, siempre había un tema, ya sea cofrade, de carnaval o de trabajo, pero siempre había algo de que hablar.

Me duele tanto pensar en aquel niño, el cual con el Carnicería Angelito (equipo de Futbol Sala) siempre ganara a los Naranjitos, en aquel Caballito de esa mi primera chirigota oficial, ya que todos los años, este que te habla, ensayaba pero nunca salía, y ya ves, salimos y fue una grandiosa experiencia.También lo fue la de ir ese Viernes Santo a pedirte trabajo, y me lo concediste, recuerdo costaleros de Loreto que hoy siguen siguiendo mi voz.

Tuve que enterarme de tu estado por la maldita Red y no pasó un día en que no preguntara a mis allegados, que tenían información, para saber cómo estabas, rezaba cada día por tu mejoría , por verte nuevamente y poder retomar esas conversaciones que ya teníamos.

No me hago la idea de que ya no estás, no me hago la idea de que tu Clemencia y tu Salud y Esperanza no te vean cada Martes Santo y no me hago la idea, amigo Selu, de que te hayas ido.

Bendito sea el día en que nos conocimos y bendito sea el día en que me di cuenta que amigos como tú, se cruzaran en mi vida.Ahora seremos muchos los que presumiremos de ti y te echemos en falta, pero mis vivencias me las guardo para mi, en mi soledad.

Cuídate estés donde estés, cuida a tu mujer y a tu bendita hija para que sigan adelante como tú quisiste seguir.

Un abrazo y mil gracias por hacer que no me separara de Loreto nunca en la vida.

Gracias por ser mi AMIGO.

Raimundo González Leal

(Actual capataz, junto con su hermano, del paso de de Ntra. Sra de Loreto)