domingo, 14 de febrero de 2010

EL EVANGELIO DEL MIERCOLES DE CENIZA

. El evangelio es de Mt 6, 1-6. 16-18 y dice lo siguiente: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará”. * Comienza el tiempo de Cuaresma y esta es la receta, las tres actitudes básicas a seguir durante este tiempo: limosna, oración y ayuno. Limosna que me ayuda a no ambicionar riquezas, a solidarizarme, a poner al servicio de los demás no sólo mi dinero, sino mi tiempo, mi cultura, mi compañía... Oración que me ayuda a poner en Dios mi vida y mi esperanza, a reforzar mi relación con Dios mi Padre. Ayuno, austeridad, que me ayuda a compartir, a mirarme a mí mismo, a revisar mi salud espiritual, a demostrar que no sólo de pan vive el hombre sino que para vivir también necesita de la Palabra que cada día me ofrece Jesús en el evangelio. * Bajo la ceniza que trata de recordarme mi fragilidad y necesidad de reconciliación, acudo a ti, Dios Padre, para que me guíes y me transformes. Que esta Cuaresma sea un caminar con Jesús hasta la Pascua. * La Cuaresma me pide conversión. Debo entrar en mi interior, proponerme un pequeño y concreto objetivo para cambiar o mejorar, no grandes ni vagas pretensiones, y pedirle ayuda a María para lograr su consecución. Esa será mi transformación que presentaré al Señor en la noche de Pascua. Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra. Muchas gracias a todos por vuestra participación. Foto: Víctor Velo .

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias a la hermandad por estas reflexiones y ánimo para seguir así.

Equipo de Formación dijo...

La Hermandad es la que da las gracias a todos los hermanos que siguen estas reflexiones; porque verdaderamente para la Hermandad, y en concreto para el Equipo de Formación, es un honor y un orgullo hacer llegar a todos los hermanos la Palabra de Dios, a través de este maravilloso blog, que facilita así esta importante tarea de divulgacion y formación.
Y el saber que estas reflexiones son de utilidad para los hermanos es lo que realmente nos da ánimo para seguir adelante.
Muchas gracias a todos, y como todas las semanas seguimos esperando que compartáis vuestros comentarios.