MENSAJE NAVIDEÑO DE NUESTRO HERMANO MAYOR

. . POR VUESTRO "SI A LA VIDA" FELICIDADES Llegamos a la noche que marcó la historia, la Nochebuena, la noche del inicio del Camino, de la única Verdad y del si a la Vida.Desde este blog, que nos ha acompañado todo el año, recogiendo el palpitar de nuestra Vida de Hermandad, como Hermano Mayor, mis más sinceros deseos de paz y felicidad por la venida del Salvador y ante la entrada de un nuevo año.Ha sido el año del "Si a la vida" ante las leyes que amparan, por medio del aborto, la muerte de los inocentes, el cruel asesinato de quienes no tienen ni siquiera el derecho a defenderse, y, el año de la retirada de los Crucifijos de lo público, el año en el que desde los poderes públicos han pretendido relegar a los cristianos a las oscuridades de las sacristías. Pero la voz de Cristo sigue naciendo en cada gesto de fraternidad, en cada necesitado, en cada oración, en cada rostro de dolor, en cada mirada sublime de su Madre de Loreto, ante quienes se acercan a Ella en busca de protección y ayuda.Nosotros los cofrades tenemos,ahora más que nunca, que ser testigos de Cristo en la tierra. Cumplir,con fuerza, esa Protestación de Fe que realizamos en cada Función Principal de Instituto, para que no quede en un mero ritual.Si siempre ha sido el testimonio la mejor de las enseñanzas, en los tiempos que nos ha tocado vivir, el testimonio no solo es una obligación sino que urge, por ello, ante el nuevo año y con la alegría de la venida del Redentor, debemos desterrar de nuestro interior todo aquello que dificulte ese testomonio de amor a Dios. Desterremos definitivamente los rencores, los odios, las actitudes egoístas e intolerantes, todo aquello que dificulta más que facilita el que como cofrades, y en nuestro caso particular como cofrades de Loreto, nos haga perder ese carisma de fe que sirva de ejemplo para que otros vean cual es el modelo de vida que se debe seguir en una Hermandad. Como miembros de una institución eclesial no nos podemos permitir caer en el conformismo, en el materialismo, en la sociedad del confort y de la apatía, en el mundo de la falta de valores.Cristo ha vuelto a nacer, también para nuestra Hermandad, eso significa que tenemos que renovarnos no solo en lo material, que grandes objetivos tenemos por delante, sino tambien, en nuestro interior, en nuestra forma de ser cofrade, en nuestra participación activa en cuanto nuestra Hermandad nos ofrece, en olvidarnos de lo que nos separa o los nos apetece para fijarnos más en lo que nos une y en lo que necesita la Hermandad. No queramos hacer una Hermandad a la carta, a mis intereses sino a necesidades de los demás, a las de la propia institución. No coloquemos a la Hermandad en el último lugar de nuestra vida, para cuando ya no tengo nada mejor que hacer, sino que seamos capaces de situarla entre nuestras prioridades por cuanto puedo y me puede aportar.Recobremos con ilusión y alegría ese espíritu de servicio, hoy tan olvidado, recordando que una vida que no vale para servir no sirve para vivir.Hermanos, que este nuevo año que comenzamos y este espíritu de la Navidad, nos sirva de verdad para ser mejores, para enfilar un 2010 cargado de ilusión y de ganas de trabajar por nuestra Hermandad que, en definitiva, es servir a Dios, a su Iglesia y a nuestros hermanos.Con la mirada puesta en el nacimiento que, un año más, he instalado en mi casa, signo de amor a Dios que no debe faltar en ningún hogar cristiano, deseo que esta nueva andadura como Hermano Mayor que, en unos días iniciaré, sirva, también, para hacernos a todos más felices como cristianos y cofrades, será un signo evidente de que la Santa Cruz de Cristo y Nuestra Madre de Dios de Loreto habita con fuerza en nuestros corazones.Como en aquella casita de Nazaret, como tantas madres que siguiendo el ejemplo de María, esperan con gozo el nacimiento de un hijo, como tantos matrimonios cofrades que hacen de su espera una ilusión compartida con sus hermanos como María con su prima Isabel, como tantas criaturas que esperan indefensa ver la luz del mundo como este Niño- Dios de la carita divina, sigamos gritando juntos: ¡SI A LA VIDA Y GLORIA, POR SIEMPRE, AL RECIEN NACIDO! .