jueves, 5 de julio de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 14º DEL TIEMPO ORDINARIO (8-7-2012)

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El texto evangelico es de Mc 6, 1-6 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, fue Jesús a su pueblo en compañía de sus discípulos. Cuando llego el sábado, empezó a enseñar en la sinagoga; la multitud que lo oia se preguntaba asombrada: ¿De dónde saca todo eso? ¿Qué sabiduría es esa que le han enseñado? ¿Y esos milagros de sus manos? ¿No es este el carpintero, hijo de María, hermano de Santiago y José y Judas y Simón? Y sus hermanas, ¿no viven con nosotros aquí?. Y esto les resultaba escandaloso. Jesús les decía: No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa. No pudo hacer allí ningún milagro, solo curo algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y se extraño de su falta de fe. Y recorría los pueblos de alrededor enseñando"

* Dios es el verdadero protagonista de la historia: es un Dios escondido pero activo; guía los grandes acontecimientos pero sin aparecer en primer plano. Pero este Dios se encarna, se hace hombre de cuerpo entero. Este fue el motivo de escándalo para los paisanos de Jesús. Los que estaban más cerca de él se quedan más lejos, porque se quedan con el retrato del Maestro como el hijo del carpintero que era, antes de iniciar su verdadera misión.


* El rechazo de Jesús por parte de los suyos es una lección para nosotros. Podría darse el caso de que nosotros también nos escandalicemos de Jesús, por ejemplo: cuando tenemos la imagen de un Dios justo ¿podemos comprender la invitación de Jesús a devolver bien por mal?, ¿podemos comprender tu evangelio del perdón?


* Señor, tus paisanos, que conocían tu oficio de carpintero y sabían quién era tu madre y quienes tus familiares, no podían entender ni tu sabia enseñanza ni tus maravillosos milagros. Sus prejuicios les impedían ver la realidad que palpaban. Yo te alabo por el trabajo de tus manos y por tu familia. El Padre te dio la mejor familia y esta de tu parte, con el Espíritu Santo, en la Palabra y en los milagros ¿Me aceptas en tu familia terrena y celestial?


* María, concédeme el don de leer y comprender el Evangelio. Que sepa hacerlo vida y hacerlo mío, que sepa leerlo con los ojos y con el corazón. Lléname de luz y de fuerza para que sea capaz de reconocer a tu Hijo aun en los momentos de dificultad.




Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.
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