miércoles, 18 de marzo de 2009

1ER DIA DEL QUINARIO....REFLEXION

Por iniciativa de nuestro hermano Daniel Castañeda,vamos a ofreceros un resumen escueto de lo que se trataran en las homilías del Quinario diariamente;esto nos permitirá que aquellos que por enfermedad,lejanía ,ocupación laboral o bien si algún día nos es materialmente imposible asistir,con este resumen no perderemos el hilo de estos cinco días Este es el resumen del 1er día del Quinario que como ya sabeis comenzó ayer: Durante los cinco días del Quinario, vamos a realizar el camino de la Cuaresma de la mano de la Virgen, vamos a visitar cinco “lugares de encuentro”, los más significativos en la vida de María. Ella que fue una mujer de pueblo, y que, a lo largo de su vida tuvo que pasar mucho tiempo en diferentes sitios por diferentes circunstancias: tuvo que huir, peregrinar, acompañar, etc. En el primer día de Quinario, daremos un paseo por el pueblo de la Visitación, Ain Karim, donde vivía Isabel, situado a unos 160 km de Jerusalén. El evangelio de Lucas (Lc. 1, 39-56), tras el anuncio del ángel, nos indica que María se levantó y se dirigió con prontitud a visitar a Isabel, su pariente que estaba embarazada, a pesar de ser estéril. Esta “Anunciación” tiene 2 consecuencias: 1º) María se convierte en la Madre de Dios. Consecuencia definitiva. 2º) María se fue enseguida a visitar a su pariente. Consecuencia inmediata. En días posteriores analizaremos la primera consecuencia. Respecto a la segunda, lo realmente reseñable es la actitud de María, que, a pesar de tener razones poderosas para permanecer tranquila en Nazaret (pensemos que, lo normal es que necesitara tiempo para asimilar su inesperada maternidad, para poder pensar durante un tiempo en sí misma y en cuidarse), se pone en camino con prontitud para ayudar a su pariente que lo necesitaba. No se había recuperado del asombro producido por el anuncio del ángel y ya estaba pensando en la manera concreta de echar una mano. Sin embargo, no lo hace por satisfacer una necesidad personal (la de sentirse útil, la de quedar bien, la de ser alabada) sino por responder a una necesidad que, en cierto modo, rompe sus planes. Y lo hace con dignidad (no como una esclava, sino como una hermana), con cuidado (no de cualquier manera, sino poniendo atención en los detalles), con prontitud (no de mala gana, sino con espíritu alegre y bien dispuesto), con diligencia (sentido de responsabilidad). Cada uno tenemos también nuestros problemas. Quizá no son enormes, pero en más de una ocasión nos han servido como excusa para no complicarnos la vida, para no ayudar al que lo necesita. Nosotros, en más de una ocasión, hemos sentido algo semejante. No somos tan insensibles como para no darnos cuenta de lo que sucede a nuestro alrededor. Así pues, los rasgos que debemos tomar como modelo de esta actitud son, fundamentalmente dos: -Disponibilidad: tenemos que prepararnos para estar disponibles, especialmente con los que más nos necesitan. -Disposición: hay que estar dispuestos, con ganas de hacer cosas por los demás, con ánimo favorable. Aplicándolo a nuestras hermandades, esta actitud se puede resumir en dos asignaturas pendientes que tenemos: el espíritu de acogida con nuestros hermanos y la seriedad, a la hora de hacer las cosas. María salió de Nazaret y recorrió con ilusión y sin miedo, el camino a Ain Karim, simulando aquel traslado del Arca de la Alianza por la tierra de Israel. María es el Arca de la Nueva Alianza (como decimos en las letanías lauretanas), portando al Hijo en su vientre, que se puso en camino para ayudar al que lo necesitaba. Que sea modelo en nuestras vidas. Daniel Castañeda

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