jueves, 20 de octubre de 2011

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:30º DEL TIEMPO ORDINARIO (23-10-2011)

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JORNADA MUNDIAL POR LA EVANGELIZACIÓN DE LOS PUEBLOS (DOMUND)

El texto evangélico es de Mt 22, 34-40 y dice lo siguiente:

“En aquel tiempo, al enterarse los fariseos de que había tapado la boca a los saduceos, se reunieron alrededor de Jesús; y uno de ellos, doctor en la ley le preguntó maliciosamente:---Maestro, ¿cuál es el precepto más importante en la ley? Jesús le respondió: ---Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el precepto más importante; pero el segundo es semejante a él: Amarás al prójimo como a ti mismo. Estos dos preceptos sustentan la ley entera y los profetas.”

* Es la regla de oro de los cristianos, la que hoy nos expone el evangelio. Amar a Dios y amar al prójimo ; amar a todos desde el amor de Dios.
Un ala es amar al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente (con todas las dimensiones del hombre). El otro ala es amar a tu prójimo como a ti mismo. Y sólo con dos alas puedes volar, porque si no amas a tu hermano a quien ves, ¿cómo podrás a amar a Dios a quien no ves?. Apoyándote en estas dos alas tendrás tu corazón en alto y tirará de tu cuerpo hacia lo alto.

* Al amor que Dios nos manifiesta sólo se puede responder amando. La perfección a la que somos llamados no termina en la realización de buenas obras, sino que éstas deben estar impregnadas por el amor.
Nuestro corazón está hecho para amar a Dios. El amor a Dios tiene que ser el motor de todas nuestras acciones, lo fundamental en nuestras vidas, y un amor que se traduzca en amor al prójimo (hermano, esposo, padre, hijo, compañero, jefe...), pero amor generoso sin esperar recompensa.

* María, hoy día mundial de las misiones, por tu intercesión pedimos al Padre por todos los misioneros, que con ese amor radical como el tuyo, dejándolo todo, no sólo anuncian el Evangelio que salva en tierras lejanas, sino que procuran a los más necesitados el pan, la promoción social y la convivencia pacífica. ¡Ayúdales, Madre, y ayúdanos a nosotros, que no lo hemos dejado todo, a contribuir con nuestras oraciones y aportaciones voluntarias a extender el reino de Dios!



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.
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