jueves, 13 de octubre de 2011

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:29º DEL TIEMPO ORDINARIO (16-10-2011)

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El texto evangélico es de Mt 22, 15-21 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, los fariseos se retiraron y llegaron a un acuerdo para comprometer a Jesús con una pregunta. Le enviaron algunos discípulos suyos acompañados de unos partidarios de Herodes, y le dijeron: ---Maestro, nos consta que eres sincero, que enseñas con fidelidad el camino de Dios y que no te fijas en la condición de las personas porque eres imparcial. Dinos tu opinión: ¿es lícito pagar tributo al César o no? Jesús, adivinando su mala intención, les dijo: ---¿Por qué me tentáis, hipócritas? Mostradme la moneda del tributo. Le presentaron un denario. Y él les dijo: ---¿De quién es esta imagen y esta inscripción? Contestaron: ---Del César. Entonces les dijo: ---Pues, dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.”


* Ante la pregunta-trampa que le plantean los fariseos a Jesús, Él pretende enseñarnos a mirar con profundidad las cosas para descubrir su verdadera realidad: tenemos que comprender las cosas desde la sabiduría de Dios.

Ni el mundo es malo ni la política en sí misma es corrupta. Las leyes de la naturaleza ejercen su influencia y también la autoridad humana; pero siempre de forma limitada, y en el ámbito que le corresponde. Pero el poder de Dios se extiende por encima de todas las cosas y abarca todos los tiempos.
Es importante que pidamos a Dios llegar a entender esto, o al menos no perder la esperanza cuando todo se tambalea.

* Jesús enseña a todos el camino de Dios, que no sólo consiste en reconocer la autoridad humana constituida, sino que consiste también, y sobre todo, en dar a Dios lo que es de Dios; es decir, vivir hasta el fondo su voluntad y acoger a su enviado, Jesús.
Esto implica en nosotros una actuación en conciencia, obedeciendo a Dios antes que a los hombres, aunque esa actitud nos lleve en muchas ocasiones a la persecución.

* Señor, una vez más te tienden una trampa, y tú no sólo sales airoso, sino que aprovechas la ocasión para que tus amigos y enemigos conozcamos la verdad. Ni a ti ni a tus dones se compran con el vil dinero. Y ni tú ni tu Iglesia podéis ser tomados como medios para engrosar la cuenta corriente. Sólo tú eres mi Dios, no el dinero. Mi vida es tuya, tómala.

* María, que yo pueda imitar tu virtud de fortaleza para seguir los mandatos de tu Hijo en las circunstancias difíciles que nos presenta hoy el mundo.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.
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