jueves, 21 de junio de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA (24-6-2012)

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El texto evangélico es de Lc 1, 57-66. 80 y dice lo siguiente:


“A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como su padre. La madre intervino diciendo: ¡No! se va a llamar Juan. Le replicaron: Ninguno de tus parientes se llama así. Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: Juan es su nombre. Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios. Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaba diciendo: ¿Qué va a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel “.



* Celebramos hoy la natividad de Juan Bautista, el precursor del Señor, el que anunciara la llegada del Mesías. Su nacimiento suscita la pregunta ¿qué va a ser este niño?. La admiración de aquella gente nos hace ver que por encima de las expectativas humanas hay un designio de Dios.
Juan nace para dar testimonio de la luz, de la verdad (que se identifica con la vida) y para desenmascarar la tiniebla, la mentira (que equivale a la muerte). Juan mostro al Mesías, al Cordero, por cuya sangre nos viene la vida eterna.
Juan administraba el bautismo de conversión, disponía para el encuentro con Cristo; sus palabras contenían una promesa: la de la salvación que Cristo nos trae. Por eso Juan, aun hoy, sigue llamándonos a que nos dispongamos con mayor entusiasmo y seriedad a una vida con Cristo.


*Señor, tu Iglesia celebra solo tres nacimientos: el tuyo, el de tu Madre y el de Juan. Señor, que yo vea en Juan, e intente imitar, el ejemplo de entrega a ti: fiel a su misión, fiel a la Verdad, fiel a ti hasta dar su vida por ti.


* María, hoy como Juan, que salto de gozo en el vientre de su madre ante tu presencia, quiero dar testimonio de tu Hijo, mostrar en mi vida a los demás el rostro de Cristo, convertirme en noticia de salvación para los que me rodean, y ser precursor para otras muchas personas que te buscan.


Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.
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