jueves, 14 de junio de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 11º DEL TIEMPO ORDINARIO (17-6-2012)

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El texto evangelico es de Mc 4, 26-34 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, dijo Jesus a la gente: El Reino de Dios se parece a un hombre que echa simiente en la tierra. El duerme de noche y se levanta de mañana; la semilla germina y va creciendo, sin que el sepa cómo. La tierra va produciendo la cosecha ella sola: primero los tallos, luego la espiga, después el grano. Cuando el grano está a punto, se mete la hoz, porque ha llegado la siega. Dio también: ¿Con que podemos comparar el Reino de Dios? ¿Qué parábola usaremos? Con un grano de mostaza; al sembrarlo en la tierra es la semilla más pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas. Con muchas parábolas parecidas les exponía la palabra, acomodándose a su entender. Todo se lo exponía con parábolas, pero a sus discípulos se lo explicaba todo en privado.”


* ¿Que hay mayor que el reino de los cielos y que más pequeño que un grano de mostaza? Esta comparación que nos presenta hoy el evangelio es justa y adecuada, porque el reino de los cielos es el mismo Cristo que, siendo infinito, se ha hecho pequeño por la encarnación; su misericordia es tan grande que se ha hecho hombre para salvarnos.
Y Jesus es también la semilla que muere en la cruz y, sepultado, sin que nadie sepa cómo, germina en su resurrección con una vida que transmite a los creyentes.


* Estas parábolas que meditamos hoy también se puede aplicar al crecimiento de la Iglesia, a la conversión de las personas y a las obras de caridad. Y, cómo no, podemos aplicarla cada dia a nosotros mismos, porque todos vemos el fruto desproporcionado respecto a nuestras fuerzas que produce en nosotros la gracia.
Aunque no sabemos cómo, experimentamos que el encuentro con Cristo cambia radicalmente nuestra vida. Dios nos da su don, que, como la semilla, tiene la potencia para transformarnos.
También nos invita a vivir con confianza. Si tuviéramos que calcular los resultados por nuestras fuerzas no lograríamos nada. Pero Dios no nos deja solos, es él quien realiza la obra contando con nosotros, con su acción silenciosa pero eficaz.


* Señor, humanamente es inexplicable la pujanza de tu Iglesia después de tantos siglos de fracasos: solo una institución que está en tus manos puede subsistir y crecer a pesar de los fracasos. La iniciaste como un insignificante grano de mostaza, y hoy es el mayor árbol que acoge al amparo de sus ramas a gentes de toda raza y nación. Que mi fe y mi vida cristiana siga el mismo curso de crecimiento, a pesar de mis pecados: no por afán mío de grandeza, sino para poder ser útil a los más necesitados de acogida y ayuda.


* María, que yo sepa reconocer la acción de Dios en mi vida y agradecerle esa labor misteriosa que realiza en mi cada dia.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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