viernes, 12 de septiembre de 2014

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 24º DEL TIEMPO ORDINARIO (14-9-2014)


FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ


El texto evangélico es de Jn 3, 13-17 y dice lo siguiente:



"En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: -Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él".



* La cruz en sí misma era un instrumento vergonzoso y cruel de ejecución. La cruz para los cristianos es un instrumento de salvación, en ella se nos revela el amor que Cristo nos tiene y que le ha llevado a entregar su vida por nosotros. Desde la cruz, Jesús nos quiere atraer a todos y nos llama a confiar en su amor.

Cuando nos acercamos a la cruz, descubrimos que es él quien nos abraza, quien sostiene nuestra vid. Cuando miramos la cruz, aprendemos a amar como Jesús. Cuando la conocemos de verdad, somos liberados de toda angustia, porque comprendemos que el amor de Dios es más fuerte que cualquier mal y ya nada podemos temer. Cuando nos acercamos a venerarla o nos persignamos, manifestamos que queremos vivir bajo ella experimentando la vida de hijos de Dios que nos ofrece.



* La fiesta de la santa Cruz, que celebramos hoy, pone de manifiesto la importancia de este sagrado signo que acompaña la vida del cristiano desde su nacimiento hasta su muerte. Es nuestra marca. Cada día dibujamos la cruz en nuestro cuerpo en las diversas oraciones, indicando nuestra adhesión a Aquél que, por nosotros, murió en el Calvario. Es el signo del perdón frente a la ofensa, de la fuerza que brota de la debilidad.

La cruz está presente en iglesias, casas y en nuestro propio cuerpo. En algunos lugares, se ha convertido en lugar de peregrinación. Pero hay otras cruces en nuestro mundo que nos unen especialmente al santo madero, como son, las de aquellos que viven la exclusión, la violencia, el hambre y tantos sufrimientos. Nuestra sociedad necesita que mostremos la Cruz de Jesús, de la que dimana su fuerza redentora y su amor por esta humanidad doliente.



* Señor, qué amor más grande del Padre al entregarnos a su Hijo para que tengamos vida eterna. Cuando te contemplo en la cruz confieso con mis labios y creo en mi corazón que tú eres mi Señor y mi Salvador: con tu muerte en la cruz destruiste mi muerte, con tu resurrección me diste la vida eterna. Gracias.



* María, ayúdame para que yo sepa transmitir con mi vida que "por el madero ha venido la alegría, el perdón y el amor al mundo entero".




Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.


.

No hay comentarios: