martes, 29 de enero de 2013

MASIVA ASISTENCIA A LA IGUALA DE AYER

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Ayer fue uno de esos días en el que se demuestra la importancia que tiene la religiosidad popular, todas esas personas acudieron a la llamada por miles de razones que solo ellos saben pero que en definitiva le trajeron a los pies de la Virgen para hablar de Dios y de la Fe. Aunque solo fuese por eso ya merece la pena ser cofrade y en este caso, costalero. Algunos quizás no han tenido oportunidad en el resto del año de que alguien le hable de Dios, de que se le diga la grandeza de un abrazo al final de un ensayo o como por la intercesión de María y de la fe puesta en Ella se producen milagros tan evidentes como el del pequeño José Manuel, el año pasado durante los ensayos de clínica en clínica y ahora felizmente recuperado entre nosotros, gracias, en parte, a cuantos rezos por él hubo en los últimos entrenamientos.

Pablo VI decía que "el hombre contemporáneo escucha más al que da testimonio que al que enseña y si escucha al que enseña es porque antes le habrá dado un testimonio" El testimonio de nuestro hermano José Manuel Calvo abrazado a su hijo ayer, a los pies de La Virgen y dispuesto a meterse debajo de su paso en acción de gracias y para dar testimonio de la eficacia de su fe es, quizás, tan importante desde el punto de vista formativo como todas las encíclicas de la historia. Que lástima que esto no se vea y que recibamos tantas críticas, incluso ignoracia  por parte de ciertos sectores de la sociedad.

La Junta de Gobierno


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