jueves, 5 de enero de 2012

EL EVANGELIO DEL DOMINGO:FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (8-1-2012)

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El texto evangélico es de Mc 1,7-11 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, proclamaba Juan: Detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no tengo derecho a agacharme para soltarle la correa de sus sandalias. Yo os bautizo con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo. Por entonces llegó Jesús desde Nazaret de Galilea a que Juan lo bautizara en el Jordán. En cuanto salió del agua, vio el cielo abierto y al Espíritu bajando sobre él como una paloma. Se escuchó una voz del cielo que dijo: Tú eres mi Hijo querido, mi predilecto.”


* Jesús inicia su vida pública bautizándose. Jesús asume su misión y se mezcla con el pueblo, sin privilegios, sin distinción; con toda humildad se pone en la fila de los pecadores para bautizarse (sin necesitarlo), cumple con lo que Dios quiere, se hace solidario con los pecadores, les muestra y abre el camino de la voluntad de Dios, se bautiza en señal de consagración a Dios.
Señor, tú eres el único justo y yo el pecador. Que sepa escucharte y convertirme. Que tu Palabra no me entre por un oído y me salga por otro, sino que entre en mi vida y me transforme

* Jesús, como uno más, se somete a las disposiciones que eran válidas para los judíos en esa etapa de la historia de la salvación. Y lo hace para mostrarnos que esa etapa que Él comienza, está en continuidad con la anterior. Juan Bautista es la figura que hace de nexo entre la Antigua y la Nueva Alianza.
Señor, que sepa obedecer y someterme a las disposiciones concretas que me tú me das y que me da mi Madre, la Iglesia.

* Dios se manifiesta designando a Jesús como “Hijo amado”, hijo de la divinidad, hombre y Dios; es investido para comenzar su misión por el Padre y el Espíritu Santo.

* Señor, en mi bautismo, obra de Dios, me limpiaste del pecado y me llenaste de gracia haciéndome tu hijo. ¿Soy consciente de lo que ese día hizo Dios en mí?
Este es un buen momento para renovar las promesas bautismales: ¿Creo en Jesús, le sigo, cumplo su voluntad?.

* María, enséñame a escuchar la Palabra de tu Hijo como tú lo hiciste, con atención, obediencia y respeto, para que así cale mejor en mi corazón.


Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.
Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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