lunes, 31 de agosto de 2015

VÍDEO DE NUESTRA COFRADÍA POR CALLE ANTONA DE DIOS

Extracto del vídeo original  https://www.youtube.com/watch?v=lN4CkUILVEk  del Usuario Entre Cruces tomado de la plataforma You Tube y en el cual podemos ver el paso completo de nuestra hermandad por calle Antona de Dios este pasado 2015.

Como siempre os recordamos,deberéis de pausar el Repertorio Lauretano para una perfecta visión y audición del mismo.


VÍDEO DE NUESTRA COFRADÍA POR CALLE CARPINTERÍA

Extracto del vídeo original https://www.youtube.com/watch?v=2ues-5GEYYk del usuario JAHJ JAHJ tomado de la plataforma You Tube y en el cual podemos ver el paso completo de nuestra hermandad por calle Carpintería este pasado 2015.

Como siempre os recordamos,deberéis de pausar el Repertorio Lauretano para una perfecta visión y audición del mismo.

VÍDEO DE NUESTRA COFRADÍA POR CALLE CRUCES

Nuevo vídeo subido a la plataforma You Tube por el usuario Ondas de Pasión dedicado al paso de nuestra cofradía en este 2015,en este caso en nuestro recorrido por calle cruces y aledaños.

Como siempre os recordamos que para una correcta visualización deberemos de pausar el Repertorio Lauretano.




domingo, 30 de agosto de 2015

REMODELACIÓN DEL INTERIOR DE NUESTRO LIBRO DE REGLAS

Os mostramos hoy, con unas fotos, la remodelación acometida en el interior de nuestro actual Libro de Reglas; Dios Mediante se dio a conocer a los hermanos que asistimos a la celebración del pasado Cabildo de cierre de curso y cuentas en el mes de junio.

Ha sido realizado, en su parte artística, por nuestro hermano Enrique Fernández, conteniendo en su interior copia de las Reglas primitivas de nuestra institución.Como aporte artístico podemos comentaros que en las páginas centrales contiene sendas pinturas alegóricas de nuestros sagrados Titulares.

Recordemos que este Libro,en su parte visible, fue realizado en 1973 en el convento de Regina Coeli de Sanlucar de Barrameda,estando bordado en oro,sobre terciopelo de Lyón morado,el escudo de la corporación con el fin de enriquecer dicho enser.








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viernes, 28 de agosto de 2015

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 22º DEL TIEMPO ORDINARIO (30-8-2015)

El texto evangélico es de Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23 y dice lo siguiente:



“En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos restregándose bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas). Según eso, los fariseos y los escriban preguntaron a Jesús: ¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores? Él les contestó: Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito “Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos”. Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres. Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: Escuchad y entended todos. Nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro”.


* Este pasaje evangélico nos ofrece una “crítica” y una “queja”. La crítica de los fariseos a Jesús, porque sus discípulos no siguen la tradición de los mayores. Y la queja de Dios, manifestada en las palabras del profeta Isaías: “Este pueblo me honra con los labios pero su corazón está lejos de mí, está vacío”. ¿Cómo hemos de llenar nuestro corazón? Primero, con la palabra de Dios; segundo, con el amor a los hermanos, un amor de obras, eficaz; tercero, con nuestro testimonio.


* Este texto también nos pone de manifiesto que lo importante, lo primordial, es interiorizar el amor que se nos propone en los mandamientos de Dios y no exteriorizar una prácticas humanas. Es siempre actual esta llamada a la profundidad de la persona, a las actitudes que vienen del corazón, pues de ahí puede surgir lo impuro, lo malo, si no se vive en esa cercanía con el amor de Dios.

Cuando deseo hacer el daño a uno más débil, aunque no lo llegue a realizar, ¿es un deseo puro o impuro? Cuando humillo y me río de alguien que considero inferior, ¿es un deseo puro o impuro? Cuando deseo con codicia lo que no es mío, o deseo apropiarme de todo con avaricia, ¿es un deseo puro o impuro? Jesús nos lo dice claramente: no es puro lo que sale de dentro.


* No debemos por tanto confundir la santidad a la que Dios nos llama con la que nosotros imaginamos. Podemos inventar multitud de cosas que nos parecen buenas, y que incluso nos exigen esfuerzo, y descuidar lo esencial de nuestra relación con Dios; podemos, como dice Jesús, reducir las enseñanzas de Dios a prescripciones humanas e incluso creer que eso es lo mejor porque parece más exigente o completo.

La exigencia de la vida cristiana no es una carga impuesta desde fuera, sino es la consecuencia de una relación con Jesús. Y además Jesús no sólo nos enseña el camino, sino que nos da la fuerza para cumplirlo.

La santidad es pues un camino que no consiste sólo en evitar el mal, sino fundamentalmente en practicar el bien. El corazón que tiene más posibilidades de sortear el mal es aquel que late continuamente por la práctica del bien, es el corazón que se acerca a los necesitados y a los que sufren. Jesús nos invita a cuidar nuestro corazón guardando su palabra.


* Señor, hoy confieso con mis labios y creo firmemente en mi corazón que tú eres mi único Señor, Y quiero, contando con tu gracia, que mi vida responda a esa confesión de boca y a esa fe. ¡Ayúdame a que mi corazón, sea fuente pura de donde no pueda brotar nada impuro, nada sucio sino la bondad, que tiende a difundirse, para que los demás vean tu amor y tu misericordia!


* María, Madre de pureza sin igual, concédeme imitar esta gran virtud tuya, para que siguiendo tu ejemplo, puede hacerme merecedor de la gloria de tu Hijo Jesucristo.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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viernes, 21 de agosto de 2015

BENDICIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA DE LA SALUD

Os invitamos a la bendición de esta bella dolorosa propiedad del vestidor de nuestra Madre,Jesús Tamayo,que tendrá lugar el próximo 15 de septiembre en nuestra sede parroquial de san Pedro y a las 20:30 horas.Posteriormente,María Santísima de la Salud, quedará expuesta en devoto besamanos a la veneración de los fieles.



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EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 21º DEL TIEMPO ORDINARIO (23-8-2015)

El texto evangélico es de Jn 6, 60-69 y dice lo siguiente:


“En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: -Este modo de hablar es duro: ¿quién puede hacerle caso? Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: -¿Esto os hace vacilar? ¿Y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes? El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen. Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: -Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede. Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron atrás y no volvieron a ir con él. Entonces Jesús dijo a los Doce: -¿También vosotros queréis marcharos? Simón Pedro le contestó: -Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.”



* En este pasaje del final del capítulo sexto de san Juan, termina el “discurso del pan de vida”. Lo primero que nos sorprende es cómo después de que Jesús realizara un milagro tan grande como el de la multiplicación de los panes, y de que anunciara una enseñanza tan profunda, muchos le abandonaran. Es nuestra realidad ante el Señor, que siempre nos deja libertad. Él nos ha hablado de su donación ofreciéndose como alimento para estar íntimamente unido a cada uno de nosotros. Pero sus palabras pueden no ser comprendidas e incluso rechazadas.

Jesús dice que sus palabras son espíritu y vida. ¿Por qué produjeron una reacción tan contraria entre sus oyentes, que llegan a exclamar que su modo de hablar es inaceptable? Quizás porque no tenían buena disposición para acoger lo que Jesús estaba planteando. Cuando hacemos oración ante todo debemos pedir al Señor que abra nuestros oídos para comprender lo que él nos quiere decir. Corremos el peligro de acudir al Señor para escuchar sólo lo que nosotros queremos escuchar, de tener una perspectiva demasiado material, de acudir a Él sólo con el deseo de obtener algo a cambio.

De alguna manera, quienes oyeron a Jesús y se fueron intuyeron que se les pedía reorientar toda su vida, que ser alimentados por Jesús conllevaba un cambio en su existencia. La Eucaristía también nos abre a esa transformación interior. Tiene el poder, junto con su Palabra, de ir cambiando nuestra manera de pensar, de irnos enseñando a amar según su medida.


* Jesús en este texto nos plantea la alternativa de seguirle o no. Pedro tiene el empuje de responder positivamente. Los que deciden irse han sido tocados por la palabra sólo exteriormente y perseveraron mientras fueron alimentados corporalmente. Por el contrario, Pedro ha vivido interiormente los acontecimientos. Sin comprender todo lo que Jesús dice, ha entendido que era verdad y quiere permanecer al amparo de esa verdad que ilumina su vida. Las palabras de Jesús, que son espíritu y vida, han despertado en él, el apetito de saber más. Pedro acepta ese reto y quiere seguir junto al Señor.

En nosotros, cuando comulgamos, se acrecienta como en Pedro nuestra capacidad para responder a Dios. En cada comunión se nos llama a una intimidad mayor con Cristo, a vivir con mayor profundidad nuestra relación con Él. La Eucaristía nos introduce en el dinamismo de la vida de Cristo, tiene el poder de transformarnos y nos conduce a un crecimiento en la santidad.

La respuesta de Pedro nos muestra el camino “¿adónde vamos a ir, si sólo tú tienes palabras de vida eterna”? : esperarlo todo del Señor y empeñarnos en permanecer a su lado, a pesar de la incomprensión y del abandono de muchos. Es una de esas frases que debemos grabar en el alma y meditarla con frecuencia.


* Este evangelio duele porque parece que a Jesús, al final, todos le dejamos solo. Le dejamos solo porque nos interesa más ocupar una buena posición que quedarnos con los que no cuentan. Le dejamos solo porque decimos que es un soñador cuando el evangelio se pone exigente. Le dejamos solo porque no nos interesa que nos lleven de boca en boca por causa del evangelio. Le dejamos solo porque hoy no está bien visto identificarse como discípulo suyo. ¿Dirías tú, como Pedro, “adónde vamos a ir, si sólo tú tienes palabras de vida eterna”?

Sí, Señor, sólo tú. Ni los grandes banqueros, ni los grandes filósofos, ni los grandes artistas, ni los grandes políticos que nos piden que les sigamos con fe absoluta. Sólo tú, Señor, tienes la llave de la vida en plenitud.


* Señor, lo que paso entonces sigue ocurriendo hoy: muchos te dejan porque, engañados por el mundo y la carne, por lo material, creen que seguirte es de idiotas. Pues yo quiero ser ese idiota que desprecio lo que ofrece el mundo y sus engaños y me agarro fuertemente a tu mano. Con Pedro te pregunto: ¿A quién voy a ir lejos de ti? Y me respondo aclamándote: ¡Tú tienes palabras de vida eterna!


* María, que la reflexión de este evangelio me invite a reafirmar mi adhesión a tu Hijo Jesús, presente en la Eucaristía.




Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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martes, 18 de agosto de 2015

FALLECE NUESTRA HERMANA PAQUITA

Nos llega la triste noticia del fallecimiento de nuestra querida hermana Paquita, (Francisca González Salguero). Paquita, vecina de toda de la vida del barrio de San Pedro, ingresó en la Hermandad, hace más de viente años, por medio de la parroquia donde era activa colaborada. Durante muchos años fue la directora de Cáritas parroquial en la que desempeñó una importante tarea de ayuda a los más necesitados. En el año 2009, tras su retirada del cargo por motivos de la edad, recibió el homenaje tanto de la parroquia como de la Hermandad. Descanse en paz nuestra hermana Paquita que, de seguro, habrá recibido ya el premio celestial por su entrega desinteresada a los demás y su loable labor de amor al prójimo.

Mañana Miércoles a las 9:30 horas se celebrará Responso por el eterno descanso de su alma en la Capilla del Tanatorio.


sábado, 15 de agosto de 2015

EL EVANGELIO DEL DOMINGO: 20º DEL TIEMPO ORDINARIO (16-8-2015)

El texto evangélico es de Jn 6, 51-58 y dice lo siguiente:



“En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá siempre. El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo. Los judíos se pusieron a discutir: -¿Cómo puede éste darnos de comer su carne? Les contestó Jesús: -Os aseguro que si no coméis la carne y bebéis la sangre del Hijo del Hombre, no tendréis vida en vosotros. Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. Quien come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan bajado del cielo y no es como el que comieron vuestros padres, y murieron. Quien come este pan vivirá para siempre.”


*¡Qué gran noticia! Jesús, realmente presente en el sacramento de la Eucaristía. ¿Cuáles han de ser nuestras actitudes? Primera, una visita al Sagrario, si es posible, unos minutos cada día; segunda, orar, hacer oración ante el Santísimo; tercera, comulgar. Cuando comulgamos recibimos el cuerpo de Jesús, nos unimos a Jesús de forma que su vida es vida en nuestra vida y en nuestra forma de vivir. Cuando comulgamos implantamos en nosotros “la cultura de la Eucaristía”, de la que nos habló el santo papa Juan Pablo II, que es “una cultura de diálogo, de comunión y de solidaridad”. Una cultura que nos lleva a sentirnos hijos de Dios, hermanos de nuestro prójimo y solidarios con los más débiles y necesitados.


* En Jesús está la vida eterna porque es Dios, Pero también está la vida eterna para nosotros porque se ha ofrecido al Padre por nuestra salvación.

La carne de Jesús junto con su sangre, es decir, su Persona, es el lugar donde Dios se hace presente, es el don de su amor, es donde busca el encuentro con el hombre y su correspondencia.

El que come esa carne y bebe esa sangre tiene vida eterna. No queremos comer la carne ni beber la sangre de Jesús cuando somos rebeldes a Dios y le pedimos cuentas (¿por qué a mí?). No podemos comer la carne ni beber la sangre de Jesús cuando decimos que sí con los labios (te alabo, te bendigo, te doy gracias, te quiero...) pero nuestras manos están sucias de tantas cosas y oscuros intereses.

Debo descifrar bien este evangelio. Carne y sangre que se entregan: ¿quieres decir que yo también me debo entregar a los demás? Comida y bebida: ¿quieres decir que yo también soy alimento para los demás?


* Señor, tú eres mi vida. Lo eres, porque todo lo creaste, también mi alma. Y lo eres porque me alimentas con tu cuerpo entregado y con tu sangre derramada. ¿Cuándo valoraré debidamente la maravilla de la Eucaristía? Sagrado banquete, en el que se recibe al mismo Cristo, se renueva la memoria de su pasión, el alma se nos llena de gracia y se nos da una prenda de la gloria futura. Sí, comiendo de este Pan viviré eternamente.


* María, que yo me acerque asiduamente a la eucaristía, a ese encuentro con tu Hijo que tiene poder para transformar mi vida y darle plenitud y sentido; para que mi relación con él no sea de una manera superficial, sino dándome como tú del todo a él.




Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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jueves, 13 de agosto de 2015

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA (15-8-2015)

El texto evangélico es de Lc 1, 39-56 y dice lo siguiente:


“En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judea. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo, exclamó con voz fuerte: -Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció. María dijo: Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava y en adelante me felicitarán todas las generaciones. Porque el Poderoso ha hecho proezas, su nombre es santo. Su misericordia con sus fieles continúa de generación en generación. Su poder se ejerce con su brazo, desbarata a los soberbios en sus planes, derriba del trono a los potentados y ensalza a los humildes, colma de bienes a los hambrientos y despide vacíos a los ricos. Socorre a Israel, su siervo, recordando la lealtad, prometida a nuestros antepasados, en favor de Abrahán y su linaje por siempre. María se quedó con ella tres meses y después se volvió a casa.”


* El cuerpo de la Madre de Dios no podía corromperse en la tumba, así que al final de su vida fue elevada en cuerpo y alma al cielo, participando en plenitud de la vida eterna. En 1950 el Papa Pío XII proclamó como dogma de fe la Asunción de la Virgen María.


* Toda solemnidad de María despierta en nosotros el sentido de la ternura y la veneración hacia alguien que ejemplifica todas las grandes virtudes humanas. Pero María es, esencialmente, un modelo de humildad. María es la mujer de fe, corazón de Cristo, punto de encuentro de la tierra con el cielo. María es la Madre de Dios, que nos dejó como Madre nuestra, para que intercediera por nosotros: como dice el Papa Francisco al final de la exhortación Evangelii Gaudium (la alegría del evangelio), es “el regalo de Jesús a su pueblo”.

María realizó su camino terrenal no exento de dificultades pero en el que se mantuvo siempre firme y confiando en Dios. Su misma fe, por la que estuvo tan unida a Jesús, es también la fuerza de su amor.

Hoy nos hace felices ver a la Madre junto al Hijo para siempre. Ella, que estuvo unida a su dolor, ahora participa de su gloria y lo hace en plenitud.

Al contemplarla asunta al cielo, llena de Dios para siempre, observamos que la vida eterna es un misterio de amor. Y en ese amor entramos ya ahora por la fe cuando, como María, queremos cumplir la voluntad de Dios. Y, si experimentamos la debilidad, también sabemos el poder de su intercesión para que un día podamos entrar en el lugar que Dios nos tiene reservado junto a su Hijo y ella.

En la asunción de María encontramos razones para la alegría y la esperanza. Ella en el cielo, al estar con Dios y en Dios, está muy cerca de cada uno de nosotros, precediéndonos y acompañándonos en el camino, señalándonos hacia dónde nos conduce el amor de Dios. Allí también tenemos una Madre.


* En el evangelio de hoy vemos cómo María caminó aprisa a la montaña para servir a su prima, y rebosante de alegría entona el canto del Magníficat: canto entusiasta de alabanza a Dios, y que nos quiere transmitir la atracción por el amor de Dios, identificándonos con los humildes y sencillos, y proclamando con gozo la grandeza y la misericordia de Dios.

María ahora, gozosa en el cielo, nos ayuda para que nosotros realicemos ese mismo camino de servicio con alegría, sin miedo y seguros del amor de Dios que nunca defrauda.


* María se fía totalmente de Dios y con estas palabras la bendice su prima Isabel: “¡Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá!”. Cuando hoy resuenan esas palabras en nosotros, comprendemos que también el designo de Dios sobre cada uno de nosotros se realizará si, como María, emprendemos el camino de la humildad y dejamos que Dios actúe en nosotros con un corazón plenamente dispuesto como el suyo.


* Esta fiesta de la Asunción es un gran misterio, pero es, sobre todo, un misterio de alegría y de esperanza para todos como bien proclamó Benedicto XVI: “En María, vemos la meta hacia la cual caminan todos los que saben unir su propia vida a la de Jesús, que lo saben seguir como hizo María. Esta fiesta, por consiguiente, habla de nuestro futuro, nos dice que también nosotros estaremos junto a Jesús en la alegría de Dios y nos invita a tener valentía, a creer que el poder de la resurrección de Cristo puede obrar también en nosotros y hacernos hombres y mujeres que cada día tratan de vivir como resucitados”.


* Señor, nos unimos a tu inmensa alegría al abrazar a María, cuando llegó al cielo en cuerpo y alma, a participar de tu eterna gloria.

Vivimos con la esperanza de estar contigo y con la Madre, después de nuestro paso por este mundo, siguiendo, con tu gracia, su ejemplo de fe, de humildad, de amor, de pureza.


* María, Madre de Dios y Madre nuestra, sé para nosotros guía y ayuda que en momentos de dudas nos permita mantenernos firmes en la fe que nos llevará un día, contigo, a la gloria del cielo.




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viernes, 7 de agosto de 2015

EL EVANGELIO DEL DOMINGO : 19º DOMINGO TIEMPO ORDINARIO (9-8-2015)

El texto evangélico es de Jn 6, 41-51 y dice lo siguiente.


“En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho que era el pan bajado del cielo; y decían: -¿No es éste Jesús, el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice que ha bajado del cielo? Jesús les dijo: -No critiquéis. Nadie puede venir a mí si antes no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas que todos serán discípulos de Dios. Quien escucha al Padre y aprende vendrá a mí. No es que alguien haya visto al Padre, sino el que procede de Dios: ése ha visto al Padre. Os aseguro que quien cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Quien coma de este pan vivirá siempre. El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.”


* Los adversarios de Jesús no admiten que un hombre pueda ser de condición divina, pues sería usurpar el puesto de Dios. Sólo ven a Jesús como el hijo de José.

Es la fe, la que nos hace comprender el misterio de la encarnación, cómo la plenitud del Espíritu de Dios hizo posible la presencia de Dios hecho hombre en la tierra.

Es por la fe por lo que dejamos que Jesús nos arrastre hacia Él.

Es la fe la que nos pide Jesús para obtener la vida eterna que nos ofrece si comemos su carne, el pan de vida.

Así se nos presenta Jesús, como el pan bajado del cielo, al que debemos adherirnos en nuestra vida terrena, como camino hacia el encuentro definitivo con Él.


* El alimento necesario para llegar a la vida eterna es el mismo Jesús, porque también la vida eterna es su misma vida. Cuando pensamos en la eternidad, no sólo debemos fijarnos en el aspecto de su duración (lo que no acaba nunca), sino también en su contenido: la plenitud que significa. Así, la vida eterna es la vida misma de Dios. Y Él nos la ofrece.

Jesús promete que su carne da la vida. En esta promesa encontramos dos cosas. Por una parte que, gracias a Él, podremos participar de su victoria sobre la muerte. Por otra parte, que la participación en la vida de Jesús nos capacita para ser imitadores suyos: el alimento de la Eucaristía, el Cuerpo de Cristo, nos va transformando para que amemos como Él, y en ello está la plenitud de la vida.


* Son hermosos los mensajes de este pasaje evangélico. Primero, Jesús es nuestro pan de vida; segundo, al recibirle “el hombre se convierte en Dios”; tercero, el camino para acercarse a Dios es el camino que Dios hizo para acercarse al hombre: humanizarse; cuarto, la comunión del Cuerpo de Cristo es alimento de vida, de resurrección, porque el que coma de este pan vivirá para siempre.

Jesús anuncia la Eucaristía, su presencia real en medio de nosotros, ofreciéndose como el verdadero alimento que nos da la verdadera vida. Lástima que algunos de aquellos que escucharon al Señor se alejaran de Él sin entenderle. Como puede ocurrir a muchos cristianos de hoy que se alejan de los sagrarios, sin encontrar un minuto para estar con Jesús, para alimentarse con su Cuerpo y con su Sangre.


* Señor, sacia mi hambre. Sacia el hambre de saber por qué vivo y para qué vivo. Sacia el hambre de conocerme y de conocer el mundo que me rodea. Sacia el hambre de ver en dónde está la verdadera fe. Sacia el hambre de trabajar humildemente por hacer un mundo más justo y un poco más humano. Pero sobre todo, Señor, sacia el hambre de conocerte y de imitarte a ti.


* María, perfecta discípula de Jesús, quiero parecerme a ti escuchando la palabra de tu Hijo y comiendo su cuerpo, pan de la vida que no se acabará jamás.



Estos puntos ayudan a iniciar la reflexión, a partir de ahora esperamos vuestras aportaciones que nos abran nuevos horizontes y nos acerquen a una comprensión más completa de la Palabra.

Muchas gracias a todos por vuestra participación.

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